FILIPINAS
El domingo 18, alrededor de 70 mil jóvenes se congregaron en la Pontificia y Real Universidad de Santo Tomás, en Manila, Filipinas, para participar en un Encuentro encabezado por el Papa Francisco.
Ahí, el Sumo Pontífice exhortó a los asistentes a no ser jóvenes “de museo”, que sólo acumulan información , sino a ser sabios y aprender a llorar, a conmoverse con el sufrimiento ajeno, aprender a amar, a dejarse amar y evangelizar por los pobres, los enfermos y los huérfanos, quienes, dijo, “tienen mucho qué enseñarnos”.
Durante su intervención, una pequeña de 12 años que había sido niña de la calle, cuestionó al Papa sobre por qué Dios permite que los niños sean víctimas de la prostitución y de las drogas, y por qué hay tan poca gente ayudándolos. Y luego rompió en llanto.
Al respecto, el Santo Padre, dejando de lado su discurso escrito, afirmó que “al mundo de hoy le hace falta llorar”, pues “sólo lloran los marginados, los que son dejados de lado”. Y quienes “tenemos una vida sin más o menos necesidades, no sabemos llorar”.
En ese sentido, reiteró la importancia de aprender a conmoverse con la tragedia del prójimo. Si no, “no sos un buen cristiano. Éste es un desafío: cuando nos hagan la pregunta de por qué sufren los niños, que nuestra respuesta sea o el silencio o la palabra que nace de las lágrimas. Sean valientes, no tengan miedo a llorar”, exhortó.
Misa rompe récord de asistencia
El Papa Francisco rompió récord de asistencia durante la Celebración de la Misa de despedida, antes de partir de Filipinas hacia Roma.Según las cifras dadas a conocer por el Director de la Sala de Prensa del Vaticano, el Padre Jesuita Federico Lombardi, entre seis y siete millones de personas se congregaron en las instalaciones del Parque Rizal.“Éste es el evento más grande de la Historia de los Papas”, señaló.
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