Un 14 de enero
Pbro. Carlos Javier Díaz Vega
Roma, Italia
A diferencia del Judaísmo y del Islamismo, el Cristianismo escogió como modo de expresarse, además de la palabra, la imagen. Gracias a esto, la Fe Católica ha sido fuente de tantísimas obras de Arte en todo el Planeta. Nació, entonces, el binomio Espiritualidad-Arte. La caridad de la belleza es un bien intangible, un bien para generaciones pasadas, presentes y futuras.
Multiplicidad de muestras valiosas
Cabe precisar que en la Ciudad del Vaticano no hay solamente un Museo; se trata, más bien, de una serie de Museos que precisamente dan el nombre al plural: “Museos Vaticanos”. Es decir, en El Vaticano se encuentran, entre otros, el Museo Pío-Clementino, el Museo Etnológico, el Museo Gregoriano Egipcio, el Museo Pío cristiano, el Museo Filatélico y Numismático, el Museo de la Biblioteca Apostólica Vaticana, la Pinacoteca Vaticana, la Colección de Arte Contemporáneo, el nuevo sector de la Necrópolis romana a lo largo de la Via Triumphalis, con tumbas de los Siglos I al IV, etc.
El 14 de enero de 1506 suele ser considerada la fecha fundacional de los Museos Vaticanos. En esa fecha se trasladó al Vaticano la memorable escultura de Laocoonte, encontrada en una viña cercana a la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma. El Papa Julio II mandó traerla y exponerla en el Palacio del Belvedere. Posteriormente, se colocaron también otras esculturas importantes, y esto dio pie al así llamado “Patio de las estatuas”, lo que se convertiría, con el tiempo, en los Museos Vaticanos.
Preclara visión y apertura
El complejo de los Museos Vaticanos es fruto de la sensibilidad artística de los Papas, quienes encomendaban la realización de obras de Arte a los más destacados Artistas de todos los tiempos, y están contenidas al interior de impresionantes edificios y salas, cuya construcción fue confiada también a relevantes Arquitectos como Bramante, Miguel Ángel, Mascarino, Fontana, Bernini y muchos otros. Los Pontífices fueron de los primeros Soberanos que pusieron a disposición de la Cultura y del pueblo las Colecciones de Arte de sus Salas. Como dato curioso, se sabe que el recorrido completo de los Museos Vaticanos equivale a más de siete kilómetros lineales, con Secciones poco frecuentadas y otras siempre abarrotadas.
Más de cinco siglos de existencia hacen de este complejo museológico uno de los más grandes Tesoros de Arte y de Historia en el mundo, pues recoge piezas que datan desde principios de la Era cristiana. Los Museos Vaticanos hospedan obras de todas las Culturas: las sugestivas Salas de Rafael; el Apartamento Borgia (con pinturas de Giotto, Melozzo, Perugino, Veronese, Caravaggio); obras menos conocidas de origen egipcio, etrusco, e incluso de la Cultura Azteca. En las diversas Salas de los Museos las personas encuentran armonía, belleza, trascendencia.
La mayor parte de las obras de Arte trasladan casi automáticamente a los Siglos XV y XVI. En los Museos Vaticanos se encuentran cuatro Capillas: Nicolina, Pío V, Urbano VIII y Sixtina. Esta última, que muchísimos turistas es la que más aprecian, está estrenando nuevo implante de climatización que controla temperatura, humedad y contaminación, y un implante de iluminación a base de lámparas led que permite ver detalles del fresco, que antes no se notaban. Conviene recordar que en esta Capilla no sólo trabajó Miguel Ángel, sino también Botticelli y Perugino.
Motivo de elevación
Tales muestras de Arte son un extraordinario instrumento de difusión de la Fe, que necesita, sin embargo, estudio y gusto para la comprensión de las capacidades técnicas y figurativas de las obras. No basta con verlas y admirarlas; además, hay que entenderlas. El Patrimonio Artístico debe ser preservado en su valor material, cultural y espiritual.
El Papa Benedicto XVI aseguraba que los Museos de Arte Sacro sirven para la Misión de la Iglesia, pues comunican, a millones de personas, las verdades cristianas con el lenguaje del Arte. El Arte y la Cultura, puestos al servicio de la Fe.
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