jueves, 22 de enero de 2015

Agentes, formados para una Evangelización de calidad

Parte del Sexto Plan


Dirigente Laico JHA


Lic. Árnold Omar Jiménez Ramírez

Vicaría Diocesana de Pastoral.


La Iglesia Diocesana de Guadalajara vive una feliz y nueva etapa pastoral. Bajo el impulso del Espíritu Santo, y valorando los procesos anteriores que han dado vida y rumbo a esta Arquidiócesis, estamos insertos ya en el VI Plan Diocesano de Pastoral, dando respuesta a los retos que el mundo de hoy presenta a la Evangelización. Todos los que formamos parte de esta Iglesia particular debemos insertarnos en este proceso, pues somos parte fundamental de él; podemos aportar en las Asambleas Parroquiales o Decanales, y también desde nuestros Movimientos; pero nadie debe quedar fuera.


Las Líneas de Acción Pastoral, camino en comunión

Justamente, la Asamblea Diocesana del año pasado nos dejó como fruto Siete Líneas de Acción que guiarán e iluminarán el caminar diocesano, y que han sido dadas a conocer a través de las Vicarías Episcopales, los Decanatos, las Parroquias, los Medios de Comunicación Católicos y las Redes Sociales, de tal suerte que puedan ser conocidas por todos los fieles Laicos. Incluso en este espacio ya se ha reflexionado sobre algunas de ellas, profundizando en su importancia. Mas es necesario no sólo conocerlas, sino aplicarlas en los distintos ámbitos de la vida pastoral de nuestras comunidades.


La Tercera Línea: Formación

La Tercera Línea propone: “Asegurar la creación y fortalecimiento de espacios y procesos de formación”.

La vocación y el compromiso de ser hoy discípulos y misioneros de Jesucristo, requieren de una clara y decidida opción por la formación de los miembros de nuestras comunidades, en bien de todos los bautizados, cualquiera que sea la función que desarrollen en la Iglesia. Si miramos a Jesús, el Maestro que formó personalmente a sus Apóstoles y discípulos, veremos que Cristo mismo nos señala el método: “Vengan y vean” (Jn 1, 39); “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6). Con Él podemos desarrollar las potencialidades que están en las personas y formar auténticos discípulos misioneros (D.A., 276).


Al encuentro personal con Cristo

Misión principal de la formación es ayudar a los miembros de la Iglesia a encontrarse siempre con Cristo, y así reconocer, acoger, interiorizar y desarrollar la experiencia y los valores que constituyen la propia identidad y misión cristiana en el mundo. Por eso, la formación obedece a un proceso integral; es decir, comprende variadas dimensiones, todas armonizadas entre sí en unidad vital. De aquí que la Tercera Línea sea muy clara al hablar de procesos como condición fundamental para la formación.

En la base de estas dimensiones está la fuerza del Anuncio kerygmático. Al mismo tiempo, la formación es permanente y dinámica, de acuerdo con el desarrollo de las personas y al servicio que están llamadas a prestar en medio de las exigencias de la Historia (D.A., 279). La formación abarca diversas dimensiones que deberán ser integradas armónicamente a lo largo de todo el proceso formativo. Se trata de la dimensión humana comunitaria, espiritual, intelectual y pastoral-misionera (DA, 280).


Experiencias exitosas

En nuestra Diócesis hay casos afortunados de Formación de Laicos. La Línea es muy precisa: deben reforzarse esos espacios que ya vienen trabajando de manera positiva, y resaltar que ya hay casos concretos que buscan dar respuesta al Objetivo Diocesano, inspirados en esta Tercera Línea, como el Instituto de Formación de Laicos, de la Comisión de Organismos Laicales, que ha tomado en serio la invitación a la Formación.

Así pues, todos los Agentes de Pastoral, Sacerdotes y Laicos, debemos buscar y propiciar esos ámbitos formativos, a fin de que la Evangelización sea más efectiva y transforme realmente nuestra Cultura.


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