¡Ya está aquí la hora de la prueba!

Año Nuevo… otros retos

Gerardo Guzmán Sánchez,

1º de Teología

Al llegar el mes de enero, con él asoman muchas cosas a nuestra vida, en especial a la vida del Seminario, pues luego de unas merecidas vacaciones, nos acercamos a ¡la hora de las pruebas, al tiempo de los exámenes semestrales!

Y es que también nosotros los Seminaristas tenemos que presentar exámenes, ya que son parte de nuestro proceso de formación hacia el Sacerdocio; por ello, debemos repasar nuestros textos y apuntes académicos y demostrar el esperado aprovechamiento y conocimientos.

Como es sabido, el 1º de septiembre de 2014 iniciamos un nuevo Curso escolar, y cuatro meses después de intenso estudio, tanto los alumnos de la Facultad de Filosofía como de la Facultad de Teología, la mejor forma de concluir esta primera etapa del Curso será presentando exámenes.

Una etapa difícil

Dichos reconocimientos semestrales dan comienzo desde el mes de diciembre en el caso de los alumnos del Seminario Menor; mas se llevan a cabo en enero para los alumnos del Seminario Mayor, puesto que continuamos asistiendo a clases hasta el día 23 de diciembre, y es por eso que, luego de un breve descanso en familia durante las Fiestas Navideñas, regresamos con ánimos para sustentar estas pruebas.

En cada una de las etapas de formación de todo el Seminario se aplica una evaluación del aprovechamiento de los estudiantes durante el año, y a los Seminaristas Mayores nos corresponde esta evaluación en el mes de enero. Iniciamos, pues, el año, con los libros en la mano, pues la Metafísica, Epistemología, Cosmología, Ética y Teodicea en la Facultad de Filosofía, y en la Teología, materias como Evangelios, Cristología, Moral y demás, requieren de un repaso intenso.

Éstas son sólo algunas de las materias que nos califican nuestros Maestros Formadores, en su gran mayoría Sacerdotes, aunque también hay Laicos comprometidos en la formación académica de los futuros Sacerdotes.

Palomitas y taches

Hay una pregunta que quizá a algunos les venga a la mente: ¿los Seminaristas también salen reprobados?… Como todo ser humano, no lo sabemos todo, pero procuramos esforzarnos y hacer lo mejor que podemos, aunque muchas veces se dan casos en que algunos no superan el examen; sin embargo, siempre hay oportunidad de recuperarse.

Lo importante es que cada uno de nosotros nos preparemos a conciencia y demostremos nuestros conocimientos. Y los frutos que de ello surjan, corresponden a Dios. El área intelectual es sólo una entre otras muchas para prepararnos a ser Sacerdotes; no obstante, es una de las más importantes, pues nos brinda la oportunidad de adquirir conocimientos para responder a las necesidades de la Sociedad de nuestro tiempo y, lo más importante, nos prepara específicamente para que cuando seamos Sacerdotes podamos servir de un mejor modo a las personas que nos tocará atender como Pastores; es decir, estudiamos para conocer la Verdad, y esa Verdad es la Palabra de Cristo, que transmitiremos y viviremos.

Por ahora, tendremos que enfrentar una prueba más ante nuestros Maestros, y en estos días estaremos muy ocupados estudiando para solventarla; por lo tanto, pedimos a los lectores que eleven una oración a Dios para que nos ilumine en este trance y que podamos ser, en el futuro, Pastores cada vez mejor preparados, según el Corazón de Cristo.