jueves, 22 de enero de 2015

EDITORIAL

Difícil… y fácil


El refranero popular dice: “Todo es según el color del cristal con que se mira”. Y puede haber obcecación en lo negativo, pero también ser oportunidad para la esperanza. No hay que ser ilusos ni estar derrotados antes de luchar. Alguien dijo: “En la Naturaleza no existen fronteras; sólo están en nuestra mente”. Quienes integramos la Humanidad, aunque con distintas culturas, tenemos un mismo destino. Cualquier cosa puede unirnos o dividirnos, según la valoremos. ¿Cómo camina el mundo? ¿Optamos por ser irreconciliables o por ayudar a complementarnos?

En el momento presente, a nivel planetario, una verdad sobresale. Algunos se ocupan de ver lo negro de las perspectivas. Sin embargo, hay quienes creen que es posible detonar la capacidad de mejorar los asuntos medulares de la convivencia, de la distribución del pan, del trabajo bien remunerado; de convivir en paz. Se ha vuelto un vicio, en la Sociedad actual, acentuar los nubarrones, cuando podríamos contar con la maravilla de la esperanza si en nuestro corazón hubiese suficiente espacio para los acuerdos.

¿Qué han presentado los Medios informativos en los últimos días? Multitudes enfrascadas en la protesta, incluyendo relevantes personajes de la vida pública. Grupos de todo el espectro social y hasta de diversos tintes religiosos, que han salido a las calles para alzar la voz por el atentado reciente a los Periodistas masacrados de la publicación satírica Charlie Hebdo. Estos hechos se publicitaron a nivel mundial y se puso de relieve la indignación de Gobiernos del orbe, encabezados por sus propios Jefes de Estado.

Pero… el mundo no es unipolar. Y volviendo la mirada hacia otras latitudes, encontramos que también en fechas cercanas, en Nigeria, una niñita de 10 años fue usada por el grupo terrorista Boko Haram como detonadora de una bomba, después de haber masacrado a dos mil personas… ¿Será que las mujeres niñas valen muy poco, y pueden desecharse al margen de toda educación y del respeto a su vida? Y hoy mismo, en el Norte de la misma Nigeria, continúa reinando el terror. Muchos dijeron: “Yo soy Charlie Hebdo”; pero casi nadie se atrevió a decir “Nosotros somos Nigeria”.

La Opinión Pública es veleidosa. Parece afirmar que la violencia sólo importa cuando va contra personas importantes; mas, cuando los cataclismos se dan entre los pobres, no importan tanto… ¡El Consejo de Seguridad de la ONU ni siquiera ha emitido una declaración oficial sobre el genocidio de Nigeria! De la primera noticia, hubo miles de réplicas; de la lejanísima Nigeria, sólo han hablado unas pocas Organizaciones No Gubernamentales comprometidas. Sin embargo, el tema ya permea distintos niveles de la conciencia mundial. Se afirma decididamente que la única buena noticia es que “la escalada de violencia ha reactivado la necesidad de actuar”.

El Papa Francisco, en la Misa que celebró en Filipinas para despedirse de su visita a ese país, donde casi seis millones de personas estuvieron presentes, muy atentas a sus palabras, habló de que, con Dios, es fácil mirar en el mundo los caminos para mejorar. Invitó a proteger a los niños y denunció que existen “estructuras sociales que perpetúan la pobreza, la falta de educación y la corrupción”.

Y agregó: “La familia necesita ser protegida de los ataques y de programas insidiosos, contrarios a todo lo que consideramos verdadero y sagrado, a lo más hermoso y noble de nuestra cultura. Y tenemos que cuidar a nuestros jóvenes…que no les roben la esperanza y queden condenados a vivir en la calle”.

Así pues, el mundo puede ser fácil o difícil; depende de la cultura y de las convicciones que se tengan.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario