jueves, 22 de enero de 2015

Apicultura, a la espera de eficiencia y demanda de miel

apicultores


La miel va ligada a la historia del ser humano que se hizo sedentario. Ya el texto bíblico mencionaba la tierra que manaba leche y miel, en referencia al espacio prometido al pueblo elegido.

Actualmente, la apicultura jalisciense conserva su volumen de producción de miel, lo que es un factor significativo que debe apuntalarse, puesto que se han afrontado problemas severos, desde sequías en años recientes, aparte de menos superficie de tierra para los apiarios, hasta cambios de cultivos, que han sido factores de riesgo para el ciclo productivo de las abejas.

Así lo expuso el responsable de la cadena apícola de la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco (SEDER), Francisco Pinedo Robles, quien refirió que se produce anualmente un volumen de seis mil toneladas, lo que hace que la Entidad se ubique entre el segundo y el tercer lugar entre los Estados productores.


Aquí, andamos bien

Como hechos destacados, indicó que se han obtenido resultados de mayor productividad en los apiarios, gracias a las aportaciones que se han facilitado en transferencia de tecnología, lo que ha supuesto mejoramiento genético de reinas y zánganos, además de superar problemas de plagas, particularmente de los ácaros nocivos.

Muestra de los avances en la producción es que el promedio estatal de 19 kilogramos de miel por cada cajón de apiario, se ha incrementado a 20 ó 22 kilogramos, según la eficiencia de cada productor.

Sin embargo, también hay retos a enfrentar, como el escaso consumo que se evidencia en el mercado doméstico, lo que supone una ingesta anual, por habitante, de 200 gramos, incluyendo la miel adulterada que se vende de manera informal.

Precisó que, afortunadamente, para beneficio de los apicultores y los comercializadores, la miel mexicana tiene una amplia demanda en el mercado internacional, lo que resuelve parcialmente el problema de su comercialización ante su reducida demanda interna.


Mejoría a la comercialización y entorno ambiental

El funcionario estatal insistió en que el reto de aumentar el consumo de miel es una tarea prioritaria. En este contexto, se presenta la consigna de lograr el registro de marcas colectivas de la miel de las regiones productoras de Jalisco, lo que requiere homologar la calidad del producto entre los apicultores.

Hizo notar que la promoción de marcas colectivas va de la mano con campañas de publicidad genérica en favor del consumo de miel y de otros productos apícolas, como el propóleo, la jalea real y cosméticos derivados de ese dulce natural.

En este punto, adujo que se plantea el objetivo de establecer, en lugares estratégicos, plantas de extracción de la miel para facilitar una mejor calidad del producto y mayor vida de anaquel del endulzante, en favor de los productores que no han tenido estas ventajas en la venta de su producto.

También aludió al desafío que amerita políticas públicas específicas y diálogo con los sectores involucrados en lo referente al impacto ambiental que se resiente en el caso de las huertas de aguacates y otros cultivos intensivos, dado que el empleo de ciertos agroquímicos ha generado impactos negativos sobre la actividad apícola, según quejas de grupos de apicultores, que deberán tenerse en cuenta por las Dependencias involucradas.



La producción nacional de miel es del orden de 60 mil a 65 mil toneladas.

Se recomienda instalar de cinco a seis cajones de abejas por hectárea.

En Jalisco hay un padrón de 1,500 apicultores, que poseen. en conjunto, 280 mil cajones.

Fuente: SEDER.



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