jueves, 22 de enero de 2015

Encontrarse con Jesús, el trabajo más importante en la vida

Premisa de la Evangelización


Elevación AAR


Pbro. José Arturo Cruz Gutiérrez


“No todo el que diga: ‘¡Señor, Señor!’ entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la Voluntad de mi Padre del Cielo. En aquel día, muchos me dirán: ‘Señor, Señor, hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos expulsado demonios y realizado muchos milagros’. Entonces Yo les diré claramente: Nunca les conocí. Aléjense de Mí ustedes, que hacen el Mal”. (Mt. 7, 21-23)


NO SON SUFICIENTES LAS IDEAS
Conocer a Jesús será una de las tareas más importantes que todo cristiano tendrá que lograr durante su existencia. Es el mismo Cristo quien nos expresó tan exigente sentencia: “Sin Mí, nada podrán hacer”. Quizás, muchas veces podemos llegar a pensar que no necesitamos de Cristo para lograr tal o cual cosa, porque sin Él las hacemos. Pero nos equivocamos. Sí es cierto que sin Él podemos emprender numerosas cosas, pero éstas suelen ser obras negativas, que nada tienen qué ver con nuestro mejoramiento espiritual. Y ni siquiera en las de cariz positivo podremos avanzar, pues para ello será necesaria la Gracia Santificante, que sólo Él puede proporcionarnos.

Ya lo decía el Papa Francisco, que para conocer a Jesús no son suficientes las ideas ni el estudio. Es necesario rezarle con el corazón, celebrarle e imitarle. (Recientemente, en Manila, reconocía, ante los jóvenes, que “las realidades superan a las ideas”, y que pueden enfrentarse con éxito únicamente a través de la sabiduría, del amor y de la acción).

Una de las cuestiones desafiantes que han existido dentro de la Iglesia, y en especial en los Centros de Formación, es ésta: pensamos que, mientras mejores ideas y mayores conocimientos tengamos, estaremos en una mejor condición para conocer y estar con Dios. Pero esto es una verdad muy relativa. Jesús decía: “Por sus frutos los conoceréis”. No son, pues, las ideas ‘brillantes’ ni los conocimientos filosóficos o profundamente científicos los que puedan llevarnos al conocimiento del Señor. Eso es muy bueno, pero no garantiza que nuestra vida esté sacramentalmente unida al corazón y a los sentimientos del Padre y de Cristo su Hijo.

Somos muchos los que le hemos dicho Sí a Cristo, nada más con un movimiento de la cabeza o también de labios afuera, pero no lo hemos aceptado con el corazón. Cuando en la mente discurren muchas buenas ideas, pero éstas no están en consonancia con los afectos del corazón y con las entrañas del Padre Todopoderoso, puede resultar engañosa esa relación. Entonces puede cumplirse aquel refrán: “Caras vemos; corazones, no sabemos”


NECESARIO, EL ENCUENTRO CON JESUCRISTO

El Papa Francisco ha indicado que “las ideas solas no dan vida si no van acompañadas de las buenas obras. Quien va por este camino, de sólo ideas, terminará en un laberinto, del cual ¡nunca saldrá!” Es por esto que desde el inicio de la Iglesia han surgido las herejías, por tratar de entender solamente con nuestra mente y con nuestras luces intelectuales quién es Jesús. Un gran escritor inglés afirmaba que la herejía es una idea convertida en loca. ¡Es así! Cuando las ideas están solas, se convierten en locas… ¡ Y ése no es el camino!

Nuestros Obispos de América Latina, en la Asamblea Episcopal celebrada en 2007 en Aparecida, Brasil, nos señalaban los cinco pasos para establecer una mejor relación con Jesús:

1) El encuentro personal con

Jesucristo.

2) Entrar en un proceso de

conversión.

3) Una Permanente Formación, como discípulos del Maestro.

4) Vivir en comunión con todos los hermanos.

5) Anunciar a Jesucristo de lo que hemos visto y oído.

Un verdadero cristiano se distingue por llevar una vida unida a la de Cristo; acorde a la vida, obras y palabras de Jesús: “En esto conocerán que son discípulos míos: que se amen los unos a los otros como Yo los he amado”. Ésta será la mejor garantía de que estamos unidos a Cristo; que amamos a nuestros hermanos. Especialmente a los más pobres.


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