jueves, 15 de enero de 2015

¿Qué buscan?

Juan López Vergara


Nuestra Madre Iglesia ofrece hoy una escena propia del Evangelista San Juan, que espléndidamente pintó la vocación de nuestros primeros hermanos en la Fe, recordando que el Bautista inspiró a sus seguidores a convertirse en discípulos de Jesús, y su encuentro con Él alumbró una reacción en cadena que nos revela la esencia misionera de la Fe Cristiana (Jn 1, 35-42).


Jesús es la respuesta de Dios

Estando el Precursor con dos de sus discípulos, cuando Jesús pasaba, manifestó: “Éste es el Cordero de Dios” (vv. 35-36). San Juan destaca que “al oír estas palabras, siguieron a Jesús” (v. 37), quien los cuestionó: “¿Qué buscan?” (v. 38a). Ellos le preguntaron: “¿Dónde vives, Rabí? -Rabí significa ‘Maestro’”- (v. 38b). “Jesús respondió: ‘Vengan a ver’. Fueron, pues, vieron dónde vivía y permanecieron con Él ese día” (v. 39a).

Jesús invita a “venir y ver”. “Venir” simboliza el paso de la Fe: “Yo soy el Pan de Vida. El que venga a Mí, no tendrá hambre” (Jn 6, 35). Para el Evangelista, “ver” significa la visión de la Fe, que creativamente delineó en el relato de la curación del ciego, a quien Jesús preguntó: ´¿Tú crees en el Hijo del hombre?’ Él respondió: ‘¿Y quién es, Señor, para que crea en Él?’ Jesús le dijo: ‘Lo has visto; el que está hablando contigo, Ése es’. Él, entonces, dijo: ‘Creo, Señor’. Y se postró ante Él” (Jn 9, 35-38). Finalmente, “permanecer”, expresa la unión vital con Jesús: “Yo soy la vid, y ustedes los sarmientos. El que permanece en Mí y yo en él, ése da mucho fruto” (Jn 15, 5).

Juan tiene especial cuidado en recordar la hora precisa del trascendental encuentro: “Eran como las cuatro de la tarde” (v. 39b). Con innegable arte literario, el Evangelista evoca al hombre que busca a Dios, al Dios de la Salvación y, en Jesús, encuentra la respuesta.


La misión de Pedro

Andrés vio primero a su hermano Simón y le participó su descubrimiento: “‘Hemos encontrado al Mesías’ -que quiere decir ‘el Ungido’”- (vv. 40-41); y lo llevó con Jesús, quien, fijando en él la mirada, le dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás -que significa Pedro, es decir, ‘roca’”- (v. 42).

Pedro se dejó conducir hasta el Señor, quien le otorgó una nueva identidad, cuya delicada misión consistirá en confirmar en la Fe a sus hermanos (compárense Lc 22, 32 y Jn 21, 15-17).


Jesús apela al deseo profundo…

‘“¿Qué buscáis?’ Esta pregunta es importante porque se trata de las primeras palabras que Jesús pronuncia en el Evangelio de San Juan. Y, ciertamente, el Evangelista ha tratado de remarcarlas con un significado singular. Jesús pregunta: ‘¿Qué buscáis?’, es decir, apela al deseo profundo de estas personas para que salga a la luz y tome forma concreta” [C. M. Martini, Los Ejercicios ignacianos, a la luz del Evangelio de Juan, Editorial Sal Terrae, Maliaño (Cantabria) 2014, Pág. 108].


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