Las palabras del Nuncio Apostólico en México describen la realidad
“Lo único que sé de los hombres, es que recuerdan, que tienen miedo y que mueren” (Arturo Pérez-Reverte, en “La piel del tambor”).
Pbro. Antonio Gutiérrez Montaño
La expresión del Arzobispo francés Christophe Pierre, Representante del Papa en nuestra Nación, no podía ser más elocuente de lo que para la mayoría de los mexicanos fue el año 2014 en sus vidas. También lo ha sido, en particular, para la Iglesia en este país, por el asesinato de algunos Sacerdotes, lamentables hechos, como en todas las demás personas víctimas o desaparecidas por la delincuencia, y que, como en el caso de éstas, todavía no se ha hecho justicia. Es más, ni siquiera sabemos quién lo hizo. De hecho, México es el país latinoamericano más peligroso para ejercer el Sacerdocio. Un estudio presentado por la Agencia Fides, Órgano de las Pontificias Obras Misioneras, así lo confirma.
México, negro protagonista
La zona del planeta en la que fueron asesinados más Agentes de Pastoral católicos no es el Medio Oriente, atormentado por los yihadistas, sino América Latina. El país en donde mataron a más Sacerdotes y Seminaristas no es Paquistán o Arabia Saudita; tampoco Nigeria o Irak, que afrontan la barbarie de las milicias sectarias, sino México, en donde viven más de 100 millones de católicos bautizados.
Los datos de 2014, publicados con toda autoridad cada fin de año por Fides, señalan que fueron asesinados en todo el orbe 26 Agentes Pastorales, tres más con respecto a 2013. En la lista hay 17 Sacerdotes, un Religioso, seis Religiosas, un Seminarista y un Laico.
Por sexto año consecutivo, el mayor número de Agentes de Pastoral católicos ultimados se registró en el Continente Americano (14), seguido por África (7), Asia y Oceanía (2, respectivamente) y Europa (uno).
Pero, considerando en el detalle cada una de las naciones, después del primer lugar que ocupa México figuran Venezuela y Burundi, ambas con tres víctimas.
Aterrizando en nuestra Patria, “la tendencia de atentados contra Sacerdotes sigue al alza: se constata un aumento de un 100% al cierre de 2014, comparado contra el segundo año de gestión del sexenio pasado”, asienta otro Informe, el del Centro Católico Multimedial 2014, citado en la edición anterior, y puntualiza que también “subió un 300% el índice de secuestros de Sacerdotes”.
Luego reporta que “en los últimos doce meses, tres Sacerdotes adscritos a la Arquidiócesis de Acapulco, Guerrero, pagaron con su vida al ser levantados y secuestrados por grupos violentos de la Entidad. Gran dolor han causado estos magnicidios a fieles de la Diócesis de Ciudad Altamirano, Guerrero, y a la Iglesia de México en general.”
Otros delitos
En cuanto al robo a templos, remontó el porcentaje de 100%, comparado contra el período sexenal del Presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Respecto a amenazas, de 2012 a la fecha se tiene referencia de 520; situación que ha elevado un promedio de 221% las intimidaciones. Las Entidades de la República Mexicana más afectadas por amenazas, son: Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Veracruz, D.F., Morelos, Aguascalientes, Colima, San Luis Potosí, Estado de México, y Chihuahua (Sierra Tarahumara).
¿Cuántos “¡basta ya!” se necesitan?
Los Obispos mexicanos, reunidos en Asamblea Ordinaria el pasado mes de noviembre, dijeron: “¡Basta ya! No queremos más sangre. No queremos más muertes. No queremos más desaparecidos. No queremos más dolor ni más vergüenza. Compartimos como mexicanos la pena y el sufrimiento de las familias cuyos hijos están muertos o están desaparecidos…miles de víctimas anónimas en diversas regiones de nuestro país. Nos unimos al clamor generalizado por un México en el que la verdad y la justicia provoquen una profunda transformación del orden institucional, judicial y político, que asegure que, jamás, hechos como éstos vuelvan a repetirse”.
Y más adelante subrayaban: “Con tristeza reconocemos que la situación del país ha empeorado, desatando una verdadera crisis nacional. Muchas personas viven sometidas por el miedo, la desconfianza, al encontrarse indefensas ante la amenaza de grupos criminales y, en algunos casos, la lamentable corrupción de las Autoridades. Queda al descubierto una situación dolorosa, que nos preocupa”.
Estas palabras quedaron como un grito en el desierto, silenciadas por el cruento homicidio del Padre Gregorio López Gorostieta, de la Diócesis de Ciudad Altamirano. O fue un reto lanzado a la Iglesia para que permanezca callada. ¿De parte de quién? ¿De las Autoridades? ¿De los delincuentes? ¿De quién? Nada se ha dicho al respecto. Los números ahí están, contundentes y elocuentes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario