El Papa Francisco pide:
“Una Iglesia sin fronteras, Madre de todos”
El próximo 18 de enero la Iglesia conmemora la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2015, y el Santo Padre señala que los emigrantes y refugiados se encuentran entre los más pobres y desamparados, quienes deben ser tutelados por la Iglesia.
En su Mensaje, publicado el 3 de septiembre de 2014, el Sumo Pontífice señala que:
“Jesús es «el Evangelizador por excelencia y el Evangelio en Persona». Su solicitud especial por los más vulnerables y excluidos nos invita a todos a cuidar a las personas más frágiles y a reconocer su rostro sufriente, sobre todo en las víctimas de las nuevas formas de pobreza y esclavitud.
Misión de la Iglesia, peregrina en la Tierra y Madre de todos, es, por tanto, amar a Jesucristo, adorarlo y amarlo especialmente en los más pobres y desamparados; entre éstos, están ciertamente los emigrantes y los refugiados, que intentan dejar atrás difíciles condiciones de vida y todo tipo de peligros. Por eso, el Lema de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado de este año es: Una Iglesia sin fronteras, Madre de todos”.
Iglesia de brazos abiertos
“En efecto, la Iglesia abre sus brazos para acoger a todos los pueblos, sin discriminaciones y sin límites, y para anunciar a todos que «Dios es Amor» (1 Jn 4,8.16).
“Después de su Muerte y Resurrección, Jesús confió a sus discípulos la Misión de ser sus testigos y de proclamar el Evangelio de la alegría y de la misericordia”.
“La Iglesia sin fronteras, Madre de todos, extiende por el mundo la cultura de la acogida y de la solidaridad, según la cual nadie puede ser considerado inútil, fuera de lugar o descartable. Si vive realmente su maternidad, la comunidad cristiana alimenta, orienta e indica el camino, acompaña con paciencia, se hace cercana con la oración y con las obras de misericordia”.
“Todo esto adquiere hoy un significado especial. De hecho, en una época de tan vastas migraciones, un gran número de personas deja sus lugares de origen y emprende el arriesgado viaje de la esperanza, con el equipaje lleno de deseos y de temores, a la búsqueda de condiciones de vida más humanas.
“No es extraño, sin embargo, que estos movimientos migratorios susciten desconfianza y rechazo, también en las comunidades eclesiales, antes incluso de conocer las circunstancias de persecución o de miseria de las personas afectadas. Esos recelos y prejuicios se oponen al Mandamiento bíblico de acoger con respeto y solidaridad al extranjero necesitado”. (…) “A causa de la debilidad de nuestra naturaleza, sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor” (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, 270).
El amor, acerca
“La fuerza de la Fe, de la Esperanza y de la Caridad permite reducir las distancias que nos separan de los dramas humanos. Jesucristo espera siempre que lo reconozcamos en los emigrantes y en los desplazados, en los refugiados y en los exiliados y, asimismo, nos llama a compartir nuestros recursos, y en ocasiones a renunciar a nuestro bienestar.
“El carácter multicultural de las Sociedades actuales invita a la Iglesia a asumir nuevos compromisos de solidaridad, de comunión y de evangelización.
“Aquí se sitúa la vocación de la Iglesia a superar las fronteras y a favorecer el paso de una actitud defensiva y recelosa, de desinterés o de marginación, a una actitud que ponga como fundamento la cultura del encuentro, la única capaz de construir un mundo más justo y fraterno”.
Tarea también del Estado
“Sin embargo, los movimientos migratorios han asumido tales dimensiones, que sólo una colaboración sistemática y efectiva que implique a los Estados y a las Organizaciones Internacionales puede regularlos eficazmente y hacerles frente.
“En efecto, las migraciones interpelan a todos, no sólo por las dimensiones del fenómeno, sino también por los problemas sociales, económicos, políticos, culturales y religiosos que suscita.
“En la agenda internacional tienen lugar frecuentes debates sobre las posibilidades, los métodos y las normativas para afrontar el fenómeno de las migraciones. A pesar de generosos y laudables esfuerzos, es necesaria una acción más eficaz e incisiva, que se sirva de una red universal de colaboración, fundada en la protección de la dignidad y centralidad de la persona humana.
“De este modo, será más efectiva la lucha contra el tráfico vergonzoso y delictivo de seres humanos, contra la vulneración de los derechos fundamentales, contra cualquier forma de violencia, vejación y esclavitud. Trabajar juntos requiere reciprocidad y sinergia, disponibilidad y confianza, sabiendo que ningún país puede afrontar por sí solo las dificultades unidas a este fenómeno.
“A la globalización del fenómeno migratorio hay que responder con la globalización de la caridad y de la cooperación para que se humanicen las condiciones de los emigrantes. Al mismo tiempo, es necesario intensificar los esfuerzos para crear las condiciones adecuadas para garantizar una progresiva disminución de las razones que llevan a pueblos enteros a dejar su patria a causa de guerras y carestías, que a menudo se concatenan unas a otras.
“A la solidaridad con los emigrantes y los refugiados es preciso añadir la voluntad y la creatividad necesarias para desarrollar mundialmente un orden económico-financiero más justo y equitativo, junto con un mayor compromiso por la paz, condición indispensable para un auténtico progreso.
“Queridos emigrantes y refugiados, concluye el Papa, vosotros ocupáis un lugar especial en el corazón de la Iglesia, y la ayudáis a tener un corazón más grande para manifestar su maternidad con la entera familia humana. No perdáis la confianza ni la esperanza”. (Vatican.va).
Los migrantes nos despiertan al Evangelio
P. José Pablo Mora Gómez,
Misionero del Espíritu Santo
La Humanidad, desde épocas antiquísimas, ha migrado. Los primeros grupos humanos poblaron la Tierra porque se desplazaron en busca de climas, alimentos y zonas más aptas para su desarrollo. Las exploraciones emprendidas por los europeos en el Siglo XVI y el consecuente “descubrimiento” de América, reflejan esta condición propia de los seres humanos: decidimos dejar nuestros lugares de origen para buscar otros, que nos ofrezcan mejores condiciones de vida.
Difícil realidad, el paso por México
Hoy en día, la situación es bastante diferente. Aproximadamente 214 millones de personas, en todo el mundo, han tenido que dejar sus países por diversas razones.
Esta situación se vive en los países vecinos de Centroamérica (Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, sobre todo), provocando que miles de nativos abandonen sus localidades para emigrar hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de trabajo, bien sea para mantener a sus familias, bien para escapar a la violencia que viven en sus patrias o para reencontrarse con familiares.
Las causas son diversas, mas lo común es que el paso que estos hermanos realizan por México sea en condiciones inhumanas, pues el Gobierno no les concede documentos para hacerlo; las Autoridades los maltratan y abusan de ellos; los integrantes del crimen organizado los secuestran o asesinan; viajan en el tren de carga bajo las inclemencias del clima, con hambre y frío o calor extremo. Los hermanos migrantes que pasan por México sufren situaciones que atentan contra su vida y que denigran su dignidad como personas e hijos de Dios.
A tomar en serio el compromiso del Evangelio
Esta realidad debe despertarnos de las actitudes pasivas que vivimos muchos católicos. El Papa Francisco nos dice: “El Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo (…) El Hijo de Dios, en su Encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura” (EG, 88).
Sin embargo, debido a que en nuestra Iglesia hay Sacerdotes, Religiosos, Seminaristas, Agentes de Pastoral y buena parte del Pueblo de Dios que no hemos tomado verdaderamente en serio el Mensaje del Evangelio, debemos esforzarnos por dar más de nosotros mismos, compartir la vida con los hermanos que más sufren, con los más desprotegidos, ya sean migrantes, enfermos, indígenas o indigentes. Tenemos que comprender que es urgente compartir la alegría del Evangelio a través del amor y del perdón que hemos recibido como una tarea.
No todo es oscuro
En medio de tanta injusticia, muerte, exclusión y pecado social, como fruto del encuentro con Jesús y producto del compromiso de su vida cristiana, hay personas e instituciones que están trabajando y luchando por nuestros hermanos migrantes.
Ejemplo de ello, el Hogar-Refugio para Personas Migrantes “La 72”, ubicado en Tenosique, Tabasco, que coordina la Provincia Franciscana San Felipe de Jesús, específicamente Fray Tomás González y Fray Aurelio Vázquez, quienes se han dedicado, desde el 25 de abril de 2011, a atender no sólo las necesidades básicas de nuestros hermanos, sino también a constituir un bastión en la lucha, la denuncia y la defensa de los Derechos Humanos de las personas migrantes.
Es el primer lugar seguro donde se les ofrece comida, baño y un sitio tranquilo para dormir. Su calvario se inicia al dejar sus países de origen, y aunque por Centroamérica pueden transitar relativamente tranquilos y sin necesidad de visas, la situación empeora al ingresar a territorio mexicano. Para evadir los puestos de control migratorio caminan durante horas en medio del “monte”, cruzando ríos y con el riesgo de perderse. Sumemos a esto que las Autoridades gubernamentales los tratan como criminales, los persiguen y detienen de manera violenta, mientras que criminales organizados los secuestran, amenazan y extorsionan. Pero este es sólo el inicio del camino, pues es hasta llegar a Tenosique donde pueden abordar un tren que posiblemente les ayude a cruzar el país, en un viaje que puede prolongarse durante semanas o meses, sin que por ello los peligros y el acoso disminuyan.
Ante ello, al menos en esta Casa-Hogar encuentran un oasis que les brinda un abrazo solidario, confianza, cercanía y comunión.
Los hermanos migrantes aquí son escuchados, consolados, atendidos espiritualmente, orientados y asesorados jurídicamente. Es un espacio de protección regido por la solidaridad y el Evangelio. Y así, afortunadamente, hay otras Casas/Albergues en todo México, algunas dirigidas por Religiosos, Diócesis o Parroquias, y otras por miembros de la Sociedad Civil, pero todas comprometidas y entregadas a esta Causa.
Para reflexionar
La Migración en Jalisco
José de Jesús Vázquez Hernández
Jalisco estuvo colocado por varios años dentro de los primeros lugares en exportación de migrantes a Estados Unidos, junto con Zacatecas, Michoacán y Guanajuato, por aquello de la contratación de “braceros”; lugar que actualmente se ha revertido, pues ha dejado de ser de los primeros para ser el décimotercero ya en 2010, seguramente por el endurecimiento de las leyes migratorias en el país vecino.
En busca de una vida mejor
Las causas son multifactoriales; sin embargo las más comunes son la búsqueda de una mejor oportunidad de vida en un lugar diferente al de su nacimiento, pero también puede ser la extrema pobreza, la falta de opciones en el lugar de origen, los conflictos personales o familiares, y en ocasiones, hasta por liberarse de la tutela paterna, sobre todo los jóvenes.
En el caso de México y de Jalisco, la tendencia migratoria ha sido tradicionalmente la búsqueda del “sueño americano”, que ofrecía mejores perspectivas para quienes lograban cruzar el río de alguna manera con la contratación respectiva o mediante un coyote, sueño que en la actualidad se ha convertido en una pesadilla.
Bienestar económico contra Desintegración familiar
Esta práctica, ha generado efectos tanto positivos como negativos para ambos países, siendo algunos favorables para el nuestro, la remesa de recursos en dólares que envían los migrantes a sus familias en México, el desarrollo socioeconómico por el contacto con otras culturas diferentes a las de su entorno familiar, que muchos, a su regreso, suelen poner en práctica con una visión más técnica.
Algunos de los efectos negativos han sido la división y abandono de la familia, ya sea temporalmente o en ocasiones hasta definitivamente al quedarse a residir en aquel país, olvidándose, los casados, de su esposa y de sus hijos, o los jóvenes de su familia, y con frecuencia, también de sus valores aprendidos en su lugar de origen.
Para el país vecino, la migración genera mano de obra más barata y en abundancia para desempeñar las funciones laborales, tanto del campo como de la ciudad, sobre todo en aquellos quehaceres menospreciados por los ciudadanos residentes, que encuentran en los extranjeros la solución a muchos de sus problemas, pero generando, además de riqueza, también conflictos a ese país.
El sueño que se convirtió en pesadilla
Ante las oleadas de migrantes, procedentes en su mayoría de Centroamérica, y desde luego de México, la Unión Americana endureció sus leyes a nivel federal y estatal; además, ha construido muros divisorios entre ambos países y ha militarizado los cruces equipándolos con más elementos y sistemas de seguridad, haciendo cada vez más difícil el ingreso de los ilegales.
Estas medidas, en buena medida, han aminorado el flujo de migrantes a ese país, pues ahora nuestro Estado recibe a más migrantes que regresan, que los que se van, dejando de ser para muchos aquella aventura tradicional de sus padres de lograr el “sueño americano” que, como digo, ahora se ha convertido en una auténtica pesadilla, por los peligros que implica su búsqueda en la actualidad.
Un derecho de todos
La migración es un derecho que tenemos las personas, que los Derechos Humanos protegen y que está avalado por el Artículo 11º Constitucional, que garantiza el derecho para entrar y salir de la República, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes, con las limitaciones que impongan las leyes sobre emigración, inmigración.
Momentos de la E-migración y la In-migración
Aspectos problemáticos del flujo incesante
“Sobre Centroamérica pesa un estigma que tiene qué ver con la violencia; con la pobreza, con las pandillas y con ‘maras’…Todo eso ‘Complejiza’ (sic) más las cosas. Y refuerza el estereotipo de que el migrante, se piensa, puede ser un potencial delincuente” (Cfr. Alonso Hernández López, Director de “Promigrantes FM4 Paso libre”, 3-I-2015).
Dr. Alberto Gutiérrez T. Formoso
Pasadas las Fiestas Navideñas con todo su hondo sentido de Encarnación en pobreza, sencillez y humildad, y con todo su sabor de Nacimiento Virginal y de fraternidad; y también pasadas la agudeza de las detenciones arbitrarias, los robos y aun maltratos a través del camino migratorio, debemos consignar igualmente, con sus aristas y complejos, Aspectos de la Migración en sus dos Momentos para todos nuestros hermanos americanos, peregrinos incansables: El momento de la E-migración (que sabe a ‘éxodo’, con todos sus riesgos), y el momento de In-migración en otra tierra, con todas sus entrevistas esperanzas, y también con la crudeza de la realidad inhumana e inflexible.
Así lo desdibuja, con toda su experiencia diaria, de día y de noche, Alonso Hernández López en cuanto Director de la Organización Pro Migrantes FM4 Paso Libre”, cuando nos habla de que “cada día hay casos nuevos de vejaciones y maltratos. Unos más bochornosos que otros, asegura, “vividos y observados muy cerca de nosotros en el Centro de atención que se localiza a un costado de las vías del tren sobre la Avenida Washington, en Guadalajara misma, con la atención diaria a 500 migrantes (sello casi indeleble: “Migrante”. Con una expresiva frase nos la resume: ¨Migrantes con más estigmas que dinero. Y si te asaltan y no tienes dinero…más seguro es que te golpean”. Realidad de toda nuestra América con muchos botones de muestra y en todas las ‘Rutas’ del flujo migratorio.
ASPECTOS COMPLEJOS DE ESA CRUDA REALIDAD
1ª Sea la primera, por su impacto, la de los niños migrantes (emi-inimi) no acompañados (¡¿) y el complejo manejo de cada uno y de muchos casos prototipo. 2ª El aspecto de los Derechos Humanos. Su diagnóstico y pronunciamiento sobre el ejercicio y la garantía de esos Derechos inalienables, los cuales hay que contemplar conforme la cohorte demográfica en la cual están insertos: los niños casi infantes, los adolescentes y los jóvenes en márgenes muy amplios: de 18 a 35 (¿) años. 3ª Un aspecto sutil pero grave, es el de la ‘Injusticia perfecta’: ser migrante, y por ello, ser culpable, al instante, de todo… El delito es el mismo: ‘Portación de cara’; viajar al Norte y tener un acento distinto…. Así de crudo y cruel.
¿Podrán aguardarse, con esperanza, mejores expectativas? Todo hace suponer que, luego de la entrevista sostenida en la Casa Blanca entre los Presidentes Enrique Peña Nieto y Barack Obama, y ateniéndonos a sus intenciones y compromisos, la situación del complejo fenómeno migratorio mejore considerablemente y no obstante los graves y fuertes condicionantes que persisten: allá, el factor político de la oposición al Partido gobernante. Aquí, la cacería y carnicería humana que han desatado los grupos del crimen organizado para secuestrar, reclutar, extorsionar, intimidar y hasta asesinar, por cientos y miles, a tantos hermanos mexicanos y centroamericanos que osan aventurarse en pasar la Frontera Norte. Muy pronto lo sabremos.
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