Cardenal José Francisco Robles Ortega,
Arzobispo de Guadalajara
Amigos, amigas:
Acabamos de celebrar la Festividad de los Reyes Magos.
En muchas ocasiones, tal vez por tradición, religiosidad popular, o por la fantasía de los niños, pudiera pensarse que lo más importante de esta celebración son los Santos Reyes. Pero no; el Personaje central sigue siendo el Niño nacido de María, para ser nuestro Salvador.
La presencia de los Magos venidos de Oriente, que llegaron para adorar al Niño Jesús, refleja la universalidad de la Salvación, que Dios quiere hacer llegar a todas las naciones. Cristo es Luz para todos los pueblos, para todas las personas que quieran recibirlo y acogerlo en su corazón, con la misma sinceridad y perseverancia que mostraron esos personajes llegados de lejos para conocerlo.
Los Magos representan a todos los hombres del mundo que se abren y que corresponden a la Salvación que Dios les ofrece. Ellos nos enseñan a buscar con constancia y a insistir hasta dar con el Misterio de Dios hecho hombre.
¿Cuántas personas, en estos días, buscan a Jesús sin saber dónde? Ya no buscan en la Fe, pues su fe, por desgracia, ya no les da la respuesta, ya no es un referente religioso o que les convenza. Andan buscando en filosofías orientales, en los signos del Zodíaco, en los amuletos o en una fuerza ‘sobrenatural’ que los acompañe y los proteja.
Ojalá que nosotros, discípulos y discípulas de Cristo, lográramos ser, para todas esas personas, la estrella que los guíe, que los acerque y los vuelva a la única Luz del Mundo: a Jesucristo Nuestro Señor.
Ayudemos a nuestros hermanos y hermanas que se han alejado de la práctica de la Fe, a reencontrarse con María, porque seguramente Ella los llevará de la mano, los guiará al Misterio de su Hijo y les dirá: ‘He aquí al que tú andas buscando sin saber, al que tú buscas sin poder encontrar, y a quien será tu paz y salvación’. Jesucristo es el Centro de nuestra Salvación, hoy y siempre. No tenemos por qué andar buscando en otras cosas que no son respuesta para nuestra vida. Para el hombre, la Salvación es Cristo, y nosotros podemos ser la estrella que oriente a los que no han sabido o no han podido encontrarlo.
Acojamos este mensaje de los Reyes Magos. Que nos den como regalo, precisamente, esa actitud de buscar siempre a Jesús, y de no descansar hasta encontrarlo, con perseverancia, superando cualquier obstáculo, cualquier inconveniente, cualquier ‘Herodes’ que quiera distraer o confundir nuestra búsqueda.
Yo les bendigo en el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo.
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