viernes, 2 de enero de 2015

50 años de Sacerdocio

Canónigo Arnulfo Jaime Arámbula


“A lo largo de mi vida he descubierto tres momentos muy importantes: cuando Dios me llamó, cuando Dios Nuestro Señor me envió y este período de 50 años en el que el Señor me ha acompañado en mi Ministerio”.


20141222 105949


Rebeca Ortega Camacho


El 19 de diciembre de 1964, fue Ordenado Sacerdote Arnulfo Jaime Arámbula, y a lo largo de su vida pastoral ha servido a la Iglesia como Maestro en el Seminario, también como Párroco en tres diferentes comunidades, y actualmente funge como Rector de la Catedral Metropolitana.

En la Sacristía de la Catedral, el Canónigo Arnulfo Jaime nos compartió una pincelada de su vida, para conocer que el servicio a Dios no es fácil, pero la satisfacción de estar cumpliendo su promesa sacerdotal por más de medio siglo, lo llena de alegría y fuerza para seguir anunciando el Evangelio.


Niñez

“Nací en Atotonilco el Alto el 6 de noviembre de 1937; mis padres eran gente campesina: Salvador Jaime y María de los Ángeles Arámbula. El recuerdo que yo tengo de mi padre es que siempre que subía a caballo, se metía su mano a su camisa para sacar su rosario. Sus caminatas largas a caballo eran para el rezo del Rosario, y pues evidentemente la Fe se dice que se mama en el hogar; yo siempre vi eso. Fuimos siete hermanos, cuatro hombres y tres mujeres; yo soy el cuarto, el de en medio”.


Vocación

“El llamado es inexplicable, Dios tiene sus caminos. Siendo yo un muchacho de pueblo, después de terminar la primaria estuve un año en el rancho, entregado a los trabajos del campo, pero siempre con la espinita de la vocación que luego por fin se concretó cuando al fin me vengo al Seminario. En ese llamado fui acompañado por Sacerdotes de una extraordinaria calidad, que me dieron un testimonio maravilloso; por ejemplo, el Señor Becerra, el Señor Salazar, el Señor Sahagún, sólo por nombrar algunos, porque todos fueron verdaderos padres que supieron llevarme y acompañarme.



“La vocación es una cosa que se va vislumbrando y no se precisa, se va descubriendo en el mismo Seminario, se va cultivando y aun cuando ya se ha decidido, nunca hay una seguridad absoluta, porque así es nuestra vida, una entrega, pero al mismo tiempo un ir descubriendo el signo del amor de Dios”, Sr. Cngo Arnulfo Jaime Arámbula.



Ordenación

“Me ordenó el Señor Cardenal José Garibi Rivera, a las siete de la mañana en el Altar de la Catedral. Éramos cinco Sacerdotes, un grupo pequeño; eran los tiempos del Concilio, un tanto conflictivos, pero al mismo tiempo prometedores”.


Sacerdocio

“El Sacerdocio es un encuentro maravilloso con Nuestro Señor, porque Él está en todo momento, y como que es precisamente la razón última y profunda la comunión con Él. Mientras no haya esa comunión y no se enriquezca y no se profundice, pues todo lo demás será superficial”.


Destinos
“Primero estuve cinco años en el Seminario de Lagos de Moreno y después me cambiaron al Seminario de San Juan; ahí estuve un año, y en el Seminario Menor otros diez años.

Como Párroco fui destinado a La Visitación, en Tabachines, mi primera Parroquia; ahí estuve durante siete años. Posteriormente, estuve en Tesistán, y la última comunidad fue San Eugenio Papa. Las tres comunidades con identidad diferente cada una, pero en algo coincidentes: una gran Fe, un gran fervor y un gran celo Apostólico”.


Catedral

“Cuando menos lo esperaba, me propusieron como Rector de la Catedral; yo lo veía como una barrera de fuego a la que no me animaba a incursionar. Lo pensé, sufrí y después vine y encontré una acogida extraordinaria en mis compañeros Canónigos y hermanos Sacerdotes que me recibieron con mucho amor, con una delicadeza que no merezco. Ciertamente la atención de la Catedral es un compromiso muy grande, por todo lo que implica del trato con las personas, del mantenimiento, de la custodia, de la atención pastoral a los fieles de paso, que es muy distinta a la de una Parroquia; hay celebraciones que yo no organicé y que sin embargo tengo que acoger, procurar que todos sean bien atendidos y que sea éste un lugar de encuentro con el Obispo. Con todo, Dios Nuestro Señor me ha concedido y ayudado para que estos últimos siete años haya podido prestar mis servicios aquí en la Catedral”.


Festejos

“El viernes 19 se llevó a cabo una Misa por mis 50 años de Ordenación; un grupo numeroso de Sacerdotes me acompañó en la concelebración y la Catedral se llenó de feligreses de mis antiguas Parroquias, así como de familiares, amigos y conocidos. Fue un momento muy hermoso, porque se despertó todo el cariño de aquella gente que atendí. Yo les comentaba: ‘Qué curioso cosechar en un día lo sembrado en 50 años; es algo muy hermoso’. Y en mi pueblo también; el 29 se realizó una Celebración de Acción de Gracias.

Hoy miró hacia atrás y siento una gratitud muy grande con Nuestro Señor que me llamó, que me consagró, que me envió y que me ha acompañado a lo largo de toda mi vida sacerdotal”.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario