San José, un Patrono fiel y generoso

En el “corazón de la Diócesis”

Como Esposo de María y padre custodio de Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, el Patrono de la Iglesia Universal y de nuestro Seminario, nos invita a responder a Dios, a la luz de la Fe.

Sonia Gabriela Ceja Ramírez

El jueves 19 de marzo, el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo Metropolitano, celebró en el Seminario Mayor de Guadalajara a Señor San José, Patrono de esa Casa de Estudios y de toda la Iglesia Católica.

A las 12.30 del mediodía presidió la Santa Eucaristía, en la que estuvieron presentes Formadores y Alumnos del denominado “corazón de la Diócesis”.

Durante la homilía, el señor Cardenal se refirió al nombramiento de Monseñor José Leopoldo González González, Obispo Auxiliar de Guadalajara, y quien ese día fuera elegido primer Obispo de la nueva Diócesis de Nogales, en Sonora, y dijo que las experiencias de Dios nos sorprenden, pero también nos emocionan, y cuando las aceptamos con espíritu de Fe, nos traen un aporte de gozo y de paz.

“Así son las experiencias de todos los hombres y mujeres que Dios llama para sus Planes de Salvación. Lo mismo decimos de Abraham, de María y de José, particularmente hoy”.

Un hombre que se consideraba indigno

“Sucedió que María, estando prometida a José como Esposa, estaba encinta, esperando un hijo por obra del Espíritu Santo. Se interpretaba que la reacción de José, de dudar si la aceptaba o no la aceptaba, siempre se ha dicho que fue por el honor de tomar a una mujer que no ha estado con él y que ya está esperando un hijo. Afortunadamente, la reflexión de los Teólogos ha ido últimamente por otra línea, que parece más coherente con la forma de proceder y con los Planes de Dios.

“Esta reflexión va en el sentido de que José no tuvo duda de la honra de María. Entendiendo que el fruto que María llevaba en su seno era obra del Espíritu Santo, se sintió indigno, pues no creía ser el indicado para acoger este Misterio. Entonces, en sueños, Dios le dice a José: ‘No dudes; toma a María como tu Esposa, porque el Santo que va a nacer de Ella es obra del Espíritu Santo. Tú no dudes de que eres el elegido, que eres llamado para cumplir la misión de ser el padre custodio del hijo que María lleva en su seno y que nacerá para ser el Salvador del mundo’.

“José se sorprendió y reaccionó con una emoción de humildad; pero, con Fe, asumió la misión que el Señor le encomendaba. La Fe es fundamental e indispensable para entender los Planes de Dios sobre la vida de todos sus hijos”.

Seguridad en el llamado que Dios nos hace

“Es indispensable que nosotros, desde la Fe, descubramos qué es lo que Dios quiere de nosotros y para nosotros, y si descubrimos eso, aunque nos sintamos indignos, pobres, débiles, nos toca en la Fe responderle con generosidad, plenitud, alegría, y con total y absoluta entrega.

“Hermanos Seminaristas, ustedes, en cualquier etapa de formación de su proceso en el Seminario, si es que no ha llegado para ustedes ese momento, busquen que llegue, descubran en la Fe, por medio de la oración, de la escucha de la Palabra de Dios, la práctica y vivencia de los sacramentos, por medio del consejo y orientación de su Padre Espiritual, qué quiere Dios para ustedes. Y una vez descubierto, no duden, no pierdan tiempo, no dejen pasar los años sin comenzar, sin fortalecer la respuesta generosa a lo que Dios quiere.

“Una vez que estamos ciertos de que Dios nos llama, no dudemos. José respondió en el silencio, en la humildad y en la sinceridad de ponerse al servicio del Plan de Dios.

“Esta gran Fiesta de nuestro querido Seminario nos deja una gran enseñanza. San José es el Patrón de la Iglesia Universal y de nuestro Seminario, así que quienes formamos parte de él no podemos ir por la vida sin volver nuestra mirada a él, sin contemplar lo que hizo José. Animémonos a crecer en la Fe ante el llamado que el Señor nos hace, y a crecer en la generosidad de responderle como lo hizo San José”, concluyó el Arzobispo, también Rector de esa Institución.