jueves, 19 de marzo de 2015

Las Mujeres y la Política

Graves omisiones

Las mujeres y la política


PRI-fortalece-la-participacion


Mtro. Jorge Enrique Rocha Quintero


El domingo 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer. Más que una celebración es el recordatorio de que a la agenda de derechos de las mujeres todavía le resta mucho camino por recorrer, no sólo en México sino en todo el mundo.

Hay varios problemas que es necesario y urgente resolver, como la precaria equidad en las condiciones laborales de las mujeres, la falta de reconocimiento a la labor que muchas de ellas realizan en el cuidado de los hogares o la ausencia de soluciones contundentes ante los casos de feminicidio, ampliamente documentados por Organizaciones de la Sociedad Civil en todo el país.


Incorporación obligada

Sabiendo que la agenda de las mujeres es amplia y vasta, por ahora me detendré a reflexionar en torno a la representación política de las mujeres. Como ya sabemos, a partir de estas próximas Elecciones los Partidos políticos deberán contar en sus listas de candidaturas a Diputados Locales, Federales y Regidores a un 50% de mujeres; es decir, deberán cumplir con la llamada “paridad de género” en las candidaturas a estas instancias de representación política.

Habrá que advertir que esta medida no asegura que la Cámara de Diputados, el Congreso Local o los Cabildos Municipales queden conformados con la mitad de mujeres y la mitad de hombres, ya que serán los electores los que terminen definiendo esas configuraciones, aunque sí se anticipa que la representación política de las mujeres aumentará, por lo menos en el número.


Mecanismos en duda

Algunos no estarán de acuerdo en que esta medida es necesaria, pero sería muy poco serio no aceptar que tal Ley ya está mostrando dos deficiencias importantes. La primera versa sobre la forma como se hace la definición de las candidaturas adentro de los Partidos, y la segunda es porque se mantiene una enorme brecha entre las mujeres que hacen política formal y las mujeres que hacen política autogestiva en las comunidades.

Sobre el primer asunto, es de señalar que, luego de observar cómo los Partidos están decidiendo las candidaturas femeninas, no son pocos los casos cuyas cúpulas partidarias y los grupos de poder colocaron en esas posiciones a mujeres leales a sus intereses, parientes y amistades, que no cuentan con trayectoria política y que deben estas postulaciones a sus “padrinos políticos”.

No fueron las mujeres militantes las que decidieron quiénes las representarían; más bien, se mantuvieron formas poco democráticas para hacer dichas designaciones. El efecto que tendrá esta forma de proceder es muy previsible, pues estas mujeres tendrán como su agenda política las necesidades e intereses de sus “padrinos políticos” y no los intereses de las mujeres. Desde esta lógica, la paridad de las candidaturas tendrá muy pocos resultados.

El segundo problema es que semejante medida no cuenta con un mecanismo que garantice que otras mujeres, las luchadoras sociales, logren acceder a estas aspiraciones. La literatura sobre Movimientos Sociales y mi propia experiencia empírica de acercamiento a éstos, señala que en América Latina muchos Colectivos y Comunidades que exigen sus derechos, son liderados por mujeres, o sus miembros son mayoritariamente mujeres. Desde hace varias décadas, son mujeres las que han conducido las resistencias sociales o han creado proyectos de mejoramiento de sus comunidades. Son ellas las que proponen, demandan, transforman; las que mantienen el tejido social y se organizan en las comunidades.

Muchas mujeres latinoamericanas y mexicanas se han convertido en fuentes de innovación social y de creación de otras formas de hacer política; esto es, se han convertido en ejemplo de lo que podemos hacer para mejorar nuestra Sociedad. La reforma de paridad en las candidaturas no recupera estas experiencias, no las atrae; más bien, tiende a reproducir más de lo mismo. Otra cosa sería si la reforma hubiera contemplado mecanismos para salvar la brecha que ahora existe entre la Sociedad Civil y la clase política.

Habría que enterarnos de las “Patronas” de Veracruz, que le dan de comer a muchos migrantes centroamericanos, promoviendo la defensa de los derechos de esta población como Legisladoras, o las mujeres del Observatorio del Feminicidio empujando la creación de políticas públicas efectivas para resolver este grave problema, o las mujeres de muchas Cooperativas de Producción Rural dictando las políticas agropecuarias nacionales. Sin duda, la Patria sería distinta, tal vez mejor que ahora; pero la reforma todavía no logró que estas mujeres accedan a la representación política.


Correo electrónico:
jerqmex@hotmail.com


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