Meyer, un autor muy respetado
Daniel León Cueva
El Centro Universitario de Lagos (CULagos), de la Universidad de Guadalajara, el cual encabeza el Doctor Armando Zacarías Castillo, efectuó en su Segunda Feria Internacional de las Humanidades y las Ciencias Sociales en esta ciudad alteña, del 10 al 12 de marzo del año en curso, la entrega del Galardón ‘Carlos Terrés al Mérito en las Humanidades’ al Doctor Jean Meyer Barth (Niza, 1942), por su manera de abordar un Movimiento de resistencia católica a la Persecución Religiosa desarrollada en México entre 1914 y 1940, la Guerra Cristera o, simplemente, La Cristiada, en un tiempo en el que muy pocos en México lo habían tratado, por considerar el tema políticamente incorrecto.
Publicada hace más de 40 años por la Casa Siglo XXI Editores, la Colección de este título abrió una brecha que hoy han recorrido muchas y valiosas plumas. Consumada su hazaña, y aun cuando publicó acerca del tema muchos otros títulos, el autor francés no congeló sus expectativas, sino que fue llevándolas a diversos derroteros, aún más allá de las fronteras de México, usando como hilo conductor la Historia de la Iglesia.
Justo es apuntar que Jean Meyer no es un historiador confesional ni está casado con un solo punto de vista: es un intelectual imparcial muy comprometido con la difusión de las ideas, ahora desde la Revista de investigación histórica internacional ‘Istor’, del Centro de Investigación y Docencia Económicas. Su labor le ha valido la Beca Guggenheim, el Doctorado Honoris Causa, ser miembro de la Academia Mexicana de la Historia, y Premio Nacional de Ciencias y Artes.
PLATICANDO CON JEAN MEYER
Directamente para Semanario, el Doctor Meyer Barth hizo un recuento de su trato con dos Presbíteros del Clero de Guadalajara que mucho colaboraron a su Tesis Doctoral: el Padre Nicolás Valdés Huerta (1907-1982) y el Canónigo Jesús Jiménez López (1923-1996), el primero de los cuales, dijo, rescató muchísimas horas de grabaciones sonoras en cartuchos que, a su muerte, legó a don Luis Sandoval Godoy, del que se expresó en los términos más elogiosos, y éste, a su vez, los cedió al Archivo de la Arquidiócesis de Guadalajara.
Habló de la necesidad de matizar, por equívoco e insuficiente, el término ‘prehistoria’, para los actos humanos de los que tenemos evidencias tangibles, aunque no escritas; de la conveniencia de digitalizar los Archivos para evitar su dispersión y facilitar su consulta; de los numerosos temas que en México van concatenados al de la Iglesia, y del hallazgo de un archivo familiar que le ha permitido reconstruir capítulos de su historia personal, que pronto hará públicos.
LA CRISTIADA,
¿UNA VENDETTA MEXICANA?
Fue el título de la Conferencia que el Doctor Meyer impartió en el Teatro José Rosas Moreno, de Lagos. En ella, reflexionó en torno a hechos que, por la forma en la que se dieron (levantamientos armados, represión y ajustes de cuentas), fueron la reacción a las pretensiones totalitarias del Gobierno del General Plutarco Elías Calles, el gobernante que quiso desarraigar el catolicismo mexicano, provocando el levantamiento de campesinos en la Región de Los Altos de Jalisco, siendo La Cristera otro más de los Movimientos sociales de la Historia reciente de México.
Muy significativa resultó la Muestra de expresiones plásticas relacionadas con La Cristiada, expuesta en la Casa Universitaria de Lagos, como la pintura de Terrés que se colocó en el podium ocupado en el Teatro por Meyer y el Rector del CULagos, a los pies de los cuales quedó la efigie de uno de los Santos Mártires de la Persecución Religiosa.
Carlos Terrés, autor de una pintura de gran formato representando una Cruz atrial tiroteada, fue testigo, junto con una muy nutrida concurrencia, de la entrega del Premio al Doctor Meyer.
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