martes, 31 de marzo de 2015

Propuesta de un nuevo Plan, con participación de todos los Agentes

Los últimos sucesos en nuestro Proceso


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Pbro. Héctor López Alvarado


¿Dónde vamos?

Antes de la I Asamblea, en junio de 2013, no teníamos un Objetivo sencillo, claro y común ni teníamos Líneas Comunes de Acción. Ahora, con el trabajo de todas las fuerzas vivas de nuestra Iglesia local, después de la Asamblea Diocesana ya contamos con un Objetivo de esas ansiadas características.


El Objetivo Diocesano marca el camino, y dice:
¿QUÉ?

IMPULSAR LA NUEVA EVANGELIZACIÓN

¿MEDIANTE QUÉ?

MEDIANTE EL ANUNCIO DEL KERIGMA A TODOS Y LA FORMACIÓN INTEGRAL PERMANENTE

¿PARA QUÉ?

PARA FORTALECER NUESTRAS COMUNIDADES ECLESIALES, Y NUESTRO PUEBLO, EN CRISTO, TENGA VIDA.

Y después de la II Asamblea, de 2014, ya tenemos Líneas Comunes.

La II Asamblea, en 2014, tuvo como punto de referencia LAS METAS que cada instancia diocesana elaboró, considerando las dos prioridades de nuestro Objetivo Diocesano:

A- Anunciar el Kerigma a todos.

B- La Formación Integral Permanente.

Al final de esta jornada llegamos a proponer a nuestro Arzobispo, el Cardenal José Francisco Robles Ortega, 22 Líneas de Acción, sin tomar una decisión definitiva en ese momento, por falta de tiempo.


Seguimiento de la II Asamblea Diocesana.
Nuestro Pastor, al concluir la II Asamblea Diocesana, pensó en que las 22 propuestas presentadas en el último Plenario fueran trabajadas por el Equipo Base de la Vicaría de Pastoral, junto con un Equipo de Sacerdotes, Religiosos y Laicos con conocimiento y experiencia pastoral, en “espíritu de fidelidad a la Asamblea y siguiendo la metodología participativa”.

Y así, el 17 de julio de 2014, se llevó a cabo la reunión para trabajar en la redacción de las Líneas Comunes de Acción. Se presentaron al Arzobispo Metropolitano para que las revisara y corrigiera, las aceptara, las asumiera y las publicara.

De las 22 propuestas, se redactaron sólo 7, manteniendo la fidelidad al espíritu de la Asamblea.


¿Qué son las Líneas Comunes?
Es importante que todos entendamos qué son, para lograr un lenguaje común.

Una Línea Común de Acción es:

Un valor que ayuda a orientar el Plan y los Programas.

Es un imperativo que invita a la acción, fundado en la sólida Doctrina y en la realidad concreta. En ella reside la fuerza de la mística de la acción; es decir, suscita actitudes prácticas, lleva a un compromiso existencial.

Es una norma, una regla para juzgar y discernir nuestra Pastoral.

Es universal; esto es, que puede ser cauce para la acción pastoral de todas las personas, Agentes de Pastoral, e incluso de los cristianos que no son Agentes; de todas las instancias; o sea, aquellas que corresponden al territorio: la Parroquia, el Decanato y la Vicaría Episcopal, y aquellas otras que corresponden a la función: Secciones, Comisiones, Seminario y Vida Consagrada; y en todos los niveles o en todas las dimensiones de la vida cristiana.

Es una corriente que arrastra todas las acciones pastorales y las conduce como cauce del río. Tiene una redacción sencilla, clara, que genera actitudes y lleva a la acción.

Las nuestras son:

1- Propiciar el Encuentro Personal con Cristo vivo en todas las instancias y tareas pastorales.

2- Asumir la Espiritualidad de Comunión como cimiento e inspiración de toda acción pastoral.

3- Asegurar la creación y fortalecimiento de espacios y procesos de Formación Integral.

4- Situar y asumir toda acción evangelizadora en el marco de nuestro Proceso Pastoral.

5- Asumir el Compromiso de Solidaridad y Salida a las Periferias en el espíritu del discípulo misionero.

6- Anunciar a Jesucristo y su Evangelio, con un lenguaje comprensible, testimonial y significativo, a los hombres y mujeres de hoy.

7- Impulsar el Protagonismo de los Laicos en la transformación evangélica de la Sociedad y su participación en la Iglesia.


Ellas son nuestros cauces, nuestros caminos, nuestra dirección.
Luego del Primer Plan en aquellos años de novedad e ilusión, nació de una época gloriosa y distinta el 12 de diciembre de 1981. Luego del recorrido que hemos recordado por 34 años de alternativas, hoy estamos ante un momento histórico. Se previó que el Jueves Santo, en la Misa Sacerdotal, en la Misa Crismal, un nuevo fruto, recién nacido, sería entregado, de manos del Arzobispo, a las manos laboriosas y pastorales de cada Presbítero; momento singular para promulgar el VI Plan Diocesano de Pastoral. Será preciso llevarlo, como fruto pascual, a nuestras comunidades, también esperanzadas e ilusionadas.


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