CARMELO LENGO
Cuando menos a una pausa
Nos empuja la Semana Santa
Y a olvidarnos de tanto trajín.
Para la Ciudad es una dicha
toda la Semana Mayor:
disfruta de calma chicha
y no hay horarios de rigor.
Hay asueto para toda talla:
se van a la sierra o inundan la playa.
Mas otros se quedan en casa
porque el dinero no les alcanza.
Empero, lo más trascendente
Es asimilar los Misterios
De La Pasión del Salvador.
Primero con vivas todos aclamamos
al Rey de los Cielos, Nuestro Señor;
pero, pasando el Domingo de Ramos,
ni nos acordamos del “Yo, pecador”.
No bastan tan sólo los sentimientos
ni golpes de pecho por tradición;
hay que adentrarnos en los sufrimientos
que nos merecieron la Redención.
Se habían tardado en reconocer
Como tianguera a nuestra Ciudad:
Será Sede de magno evento nacional.
No le pusieron peros ni taches
por su polución y tanta violencia,
ni por sus rúas repletas de baches,
pues tiene argumentos de gran experiencia.
Tendremos aquí un Tianguis Turístico,
aunado a los cientos que abundan en calles.
Parece pregón con acento político
Que oculta en el fondo aviesos detalles.
So pretexto de apertura e inclusión,
Se pusieron en franca barata
Candidaturas a cargos públicos.
Una cosa muy distinta
es el acceso apartidista,
y otra es la lista variopinta
de tan diverso arribista.
Si la ocasión está tan en ganga,
ponen en riesgo la Democracia.
Habrá quienes sigan en la pachanga,
y la lid seguirá siendo falacia.
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