martes, 31 de marzo de 2015

Mujer criada por lesbianas revela su drama

Para reflexionar


DESFILE-5


Fuente: Aci Prensa


“Comunidad gay, yo soy su hija. Mi madre me crió con su pareja del mismo sexo durante los 80´s y 90´s. Ella y mi padre estuvieron casados por poco tiempo. Ella supo que era gay antes de casarse, pero en ese momento las cosas eran distintas. Así fue como llegué aquí. Fue más complicado de lo que pueden imaginar. Ella lo abandonó cuando yo tenía dos o tres años porque quería la oportunidad de ser feliz con alguien a quien amaba de verdad: una mujer.

“Mi mamá, su pareja y yo vivimos en una casita acogedora en los límites de una zona muy liberal y de mente abierta. Su pareja me trataba como si fuera su propia hija.

“Yo sentía que la gente gay era mi gente. Aprendí mucho de ustedes. Ustedes me enseñaron a ser valiente, especialmente cuando las cosas son más difíciles. Me enseñaron la empatía. Me enseñaron a escuchar y a bailar. Me enseñaron a no tener miedo a las cosas que son diferentes, y me enseñaron cómo ponerme de pie, incluso si eso implica hacerlo sola.

“Les escribo porque estoy saliendo del clóset: yo no apoyo el matrimonio gay, pero no por las razones que ustedes piensan”.


Los niños necesitan una madre y un padre
“No es porque ustedes sean gays. Yo las amo muchísimo. Es debido a la propia naturaleza de las relaciones del mismo sexo.

“Crecí, y cuando tenía más de 20 años, apoyé y abogué por el matrimonio gay. Sólo fue con algún tiempo y distancia desde mi infancia como pude ser capaz de reflejar mis experiencias y reconocer las consecuencias a largo plazo que me causó tener dos padres del mismo sexo. Y sólo ahora, y cuando veo a mis hijos amando y siendo amados por su padre cada día, es cuando puedo ver la belleza y la sabiduría del matrimonio y la paternidad tradicional.

“En el matrimonio entre personas del mismo sexo, cuando se cría un hijo o una hija, no le aclaran quién es el padre o la madre, y al niño o niña le dicen que eso no importa. Le dicen que da igual; pero no es así. Muchos de nosotros, muchos de sus hijos, estamos heridos. La ausencia de mi padre creó un gran vacío en mí, y yo sufría todos los días por no tener conmigo un papá. Amaba a la pareja de mi madre, pero ninguna madre podía reemplazar al padre que perdí.

“Hubo momentos en los que me sentía muy enojada con mi papá por no estar allí para mí, y momentos en que me enojaba conmigo misma por siquiera querer un padre. Aún hay partes de mí que sufren por esa ausencia.

“No estoy diciendo que ustedes no puedan ser buenos padres. Sí pueden. Yo tuve las mejores. Pero tampoco estoy diciendo que ser criada por padres heterosexuales significa que todo va a salir bien. Nosotros sabemos que hay muchas formas diferentes de que se rompa la unidad familiar y que cause el sufrimiento de los hijos: el divorcio, el abandono, la infidelidad, el abuso, la muerte, etc. Pero, y de lejos, la mejor y más exitosa estructura familiar es aquella en la que los niños son criados por un padre y una madre”.


¿Por qué los hijos de la gente gay no pueden ser honestos?
“El matrimonio gay no sólo redefine el matrimonio, sino también la paternidad. Promueve y normaliza una estructura familiar que necesariamente nos niega algo precioso y fundamental. Nos niega algo que necesitamos y que, al mismo tiempo, nos dice que no necesitamos algo que naturalmente imploramos. Que nosotros estaremos bien. Pero nosotros no estamos bien. Nosotros estamos sufriendo.

“Muchos de nosotros tenemos tanto miedo de hablar y contarles a ustedes sobre nuestras heridas y nuestro dolor; pero, por alguna razón, sentimos que ustedes no nos están escuchando; que ustedes no quieren escuchar.

“Si les decimos que tenemos heridas porque fuimos criados por padres del mismo sexo, somos ignorados o etiquetados como un enemigo. Esto no se trata de ser enemigos. Yo sé que ustedes entienden el dolor de una etiqueta que no encaja y el dolor de una etiqueta que es utilizada para maldecirlos o silenciarlos. Y yo sé que ustedes han sido realmente odiados y que realmente han sido heridos. Yo estuve allí, en las Marchas, cuando algunos portaban letreros que decían: ‘Dios odia a los maricas’ y ‘El SIDA cura la homosexualidad’. Yo gritaba y me volteaba roja de la ira allí en la calle junto a ustedes. Pero esa no soy yo. Esos no somos nosotros”…


No hay comentarios.:

Publicar un comentario