Vivimos una situación de crisis, pero de gran esperanza
Pbro. José Manuel Anceno Rivas
La Paz, Baja California Sur. “Estamos viviendo momentos de contingencia, momentos difíciles, pero es en el sufrimiento en donde se demuestra de qué estamos hechos y hasta dónde llega nuestra Fe”, inició diciendo el III Obispo de La Paz, Monseñor Miguel Ángel Alba Díaz, el jueves 25 de septiembre, al dirigir un Mensaje al pueblo sudcaliforniano y a las personas del país que se han unido a ellos en estos momentos. “Estar en el lugar de los hechos, hace que las imágenes electrónicas queden reducidas; permanecer de pie ante un panorama desolador, dantesco, en el que no se encuentran las palabras y nos embargan los sentimientos”.
Efectivamente, el Pastor de la Diócesis de La Paz hizo un recorrido por las poblaciones ubicadas en el lado del Océano Pacífico: Todos Santos -uno de los pueblos mágicos de Baja California Sur- y Pescadero. Luego, por el lado Oriente, a orillas del Mar de Cortés, recorrió Cabo San Lucas, San José del Cabo, Santiago, Miraflores, Los Barriles, San Bartolo, San Antonio y El Triunfo. Recorrido largo y difícil por la caída de un puente y otros daños ocasionados a las carreteras.
“Nuestra media Península es enorme, pero fue tal la magnitud del Huracán Odile, que tuvo la fuerza suficiente para recorrerla de Sur a Norte. Su paso fue destructor, llevándose lo que se encontraba; tanto así, que un número grande de edificios hoteleros, comerciales y de vivienda sufrió serios daños”. No olvidó que las dispersas rancherías que existen a lo largo y ancho del Estado quedaron totalmente aisladas, al desaparecer todo acceso.
Señaló el Prelado, originario de la Ciudad de Monterrey, Nuevo León, que hoy viven la pesadilla “del día siguiente”. Realidad que habla de una reconstrucción que tardará semanas y meses. Y se preguntó: “¿Qué pasará cuando ya no seamos noticia, cuando ya no haya material interesante desde el punto de vista mediático? Debemos estar de pie, debemos trabajar con estrategia, con planes concretos que incluyan a todos los que somos parte de esta tierra, en la ardua labor de reconstrucción”.
Tuvo palabras de agradecimiento y elogio para las Autoridades de los diferentes niveles de Gobierno: “Están poniendo todo su empeño a través de recursos para que amainen los grandes problemas presentados”. También habló del loable trabajo realizado por la Comisión Federal de Electricidad, de las Compañías Telefónicas, de las Fuerzas Armadas y del nuevo Cuerpo de Seguridad, la Gendarmería.
“Odile vino a recordarnos, también precisó, lo pequeño que somos ante la Naturaleza. Aprendimos el valor de la prevención. No debemos ignorar los avisos o minimizar la fuerza de la Naturaleza. No puede faltar, igual como una gran lección, el sentirnos verdaderamente hermanos. Todos tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones”. Alertó sobre el racismo y la denostación que nunca favorecen, y menos en estos momentos en los que hay que caminar codo con codo. “Es la oportunidad de vernos de otra manera, de hacer a un lado la xenofobia. Debemos partir de que, esencialmente, todos somos iguales y debemos vivir en el respeto, para seguir complementándonos desde los distintos oficios y enriqueciéndonos en la diversidad cultural, sin perder jamás las huellas sembradas en el pasado”.
Finalmente, asentó en su Mensaje: “Tenemos retos en nuestras manos como quizá nunca los habíamos tenido, pero no estamos solos; Dios, Padre Providente, nos acompaña y nos impulsa a trabajar para construir una nueva Sociedad, más fraterna, más solidaria”.
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