jueves, 30 de octubre de 2014

El Tema del Sínodo fue la Familia; no el divorcio ni la homosexualidad

Cardenal José Francisco Robles Ortega,

Arzobispo de Guadalajara


Amigos, amigas


Quiero compartir con ustedes, de una manera muy concreta, la experiencia del Sínodo que acaba de celebrarse en Roma del 4 al 19 de octubre, recordándoles, en primer lugar, que el Tema fue: “Los desafíos de la Familia, en el contexto de la Nueva Evangelización”.

Puedo sintetizar el trabajo de estos días en estos Puntos: Primero, se trató de ver la realidad que desafía a las familias. Actualmente, existen muchos retos que vienen de un mundo secularizado e individualista; que se ha alejado y le ha dado la espalda a Dios; que está profundamente ideologizado, con muchos intereses negativos, por lo que todo este panorama ha afectado a muchos hogares.

Sin embargo, pese a esta realidad adversa, pudimos constatar, por el testimonio de muchos Padres Sinodales, que afortunadamente abundan en el mundo familias que están luchando y dando ejemplo de lo que es una verdadera familia según el Proyecto de Dios.

Y no sólo hay familias que están viviendo ese proyecto divino, sino también un anhelo, incluso en muchos jóvenes, de querer formar un proyecto de vida como familia para bien propio, de la Sociedad y de la propia Humanidad.

Después de ver lo positivo y lo negativo que hay en la realidad actual con respecto a la Familia, los Padres Sinodales repasamos la propuesta que la Iglesia tiene en su Doctrina sobre este tema. En ningún momento se puso en tela de juicio la verdadera propuesta de la Iglesia sobre la Familia, Institución fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer indisolublemente unidos, fieles y abiertos a la vida. Estos valores del matrimonio siguen y seguirán proponiéndose y preservando como un depósito de la Fe de la Iglesia. Se profundizó y se asumió que esto no puede cambiar porque no es voluntad de la Iglesia; es voluntad de Nuestro Señor Jesucristo, que quiso que el matrimonio por la Iglesia fuera así.

Después de ver y repasar esta buena noticia que la Iglesia tiene sobre la Familia, se consideraron varias posibles acciones que ésta tiene que desarrollar para responder al padecimiento que sufren tantas familias, agobiadas por problemas o golpeadas por estas malas influencias que les mencionaba al principio; entre ellas, qué debemos hacer para atender a familias heridas, desintegradas o en situaciones críticas, pero que no quieren apartarse del Amor de Dios ni de la Iglesia. Qué debe hacer la Iglesia para alentar la esperanza de estas familias y cómo darles una acogida en su seno, porque forman parte de ella; pero, al mismo tiempo, buscamos qué otras acciones pueden emprenderse en lo preventivo para que no lleguen a esas situaciones límite. Cómo hay que inculcar desde la niñez, una cultura familiar sobre el matrimonio y cómo educar para este proyecto de vida.

En este Sínodo se abrió un abanico de propuestas según la realidad de cada región del mundo. Toda esta reflexión se hizo en un clima de libertad y respeto, como nos lo pidió el Papa Francisco al inicio, y él mismo estuvo presente en todo momento. Después de hacer esa discusión plenaria, se pasó a un trabajo por grupos menores, de 20 ó 22 personas, según las distintas lenguas habladas, y se profundizó sobre esa panorámica general que se presentó en la primera parte; de ahí, se extrajo una relación, que se le presentó al Papa.

¿Qué va a hacer el Papa con esa relación que le hicimos sobre las consideraciones y las participaciones de todos los Padres Sinodales? El Papa la enviará en fecha próxima a todos los Episcopados del mundo para que la profundicemos y enriquezcamos; para que hagamos propuestas nuevas según lo que nosotros discernimos, y luego devolverle todas esas consideraciones a la Secretaría del Sínodo, y ésta, a su vez, tendrá la tarea de sintetizar toda esa información y hacer un nuevo Documento de Trabajo que será nuestra guía para el nuevo Sínodo Ordinario, que se celebrará en octubre de 2015.

Nada está definido aún ni quedó concluido en este Sínodo Extraordinario reciente. Distintos Medios de Comunicación han creado un clima de desaliento, de desánimo porque ‘todo permaneció igual’; pero yo quiero alentar a todas las familias que tienen la Fe y su conciencia de pertenencia a Dios en la Iglesia, que en este tiempo que estamos ya iniciando para preparar el nuevo Sínodo lo hagan con una intensa oración en lo personal, en lo familiar y en lo comunitario. Que oren para que el Espíritu Santo descienda y enriquezca con sus luces lo que la Iglesia tiene que hacer en este momento para responder a los retos que el mundo actual ha impuesto a esta importante Institución, como es la Familia.


Yo les bendigo en el nombre del Padre,

y del Hijo y del Espíritu Santo.


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