EDITORIAL

Discordia y mal Gobierno

Desapariciones forzosas y misteriosas. Jóvenes y adultos, hombres y mujeres, emigrantes, estudiantes, rivales de banda y de muchas especies y condiciones… de repente desaparecen del mapa causando la angustia, la inquietud y dolor de sus familias, ante el silencio de los Gobiernos y Administraciones de Justicia obsoletas. Algunos son encontrados en fosas clandestinas tras inhumaciones multitudinarias; pero de la mayoría ya nadie vuelve a saber.

Esto viene ocurriendo a causa de la insania de las relaciones humanas en aras de la ganancia fácil, gracias a lo cual la ambición, la intolerancia, el secuestro y el asesinato se convierten en infernal y productiva artesanía. Mientras tanto, crece el dolor y la rabia ante la impunidad solapada y los contubernios; gente de Gobierno, asesinos a sueldo y empleados de la delincuencia organizada parecen sentarse a tomar café en una misma mesa.

En la piedra de los sacrificios de la Humanidad hay unos que mueren y otros que matan; el mundo continúa dividiéndose en dos partes alternativamente. No para la violencia a causa del engendro de la desigualdad, que ostenta muchos tonos y teorías, que ofende y discrimina.

Quienes llevan la crónica puntual y la información oficiosa también han dado cuenta de la lentitud de las respuestas de Gobiernos elegidos por los mismos que luego, ante la realidad de los hechos, deben de colgarles el sambenito de la ineficiencia, la falta de oficio o el exceso de mañas e intereses turbios. Hay, a veces, razonamientos infundados, pero también razonadamente cargados de sospecha, que sólo revierten la cordura y siembran inseguridad.

Cuando la Autoridad enseña el talón sangrando, hay quienes se ensañan en confidencias maléficas. “Matas un perro y te ponen mataperros”, señalan las consejas populares; mas la verdad es que existe violencia, impunidad, desconfianza y dolor, por una parte, y por la otra, una gran mayoría de la población sufre por falta de empleos o por salarios de hambre. Y también, simultáneamente, algunos se entregan al crimen organizado o a la cascarita política, que paga muy bien.

Cuando desde ciertos niveles sociales, altos o bajos, se pretenden prebendas no merecidas, el ciudadano anónimo se da a la protesta en busca de justicia para su dignidad ultrajada. La revancha social de los grupos zarandeados es también nociva si se sale de los límites de resistencia. El golpeteo social pude ser caldo de cultivo para la delincuencia.

La Celebración de los Difuntos está a la vuelta de la esquina… Cierto que es tiempo de llorar, de rezar por los que nos han precedido, pero habrá quienes, ante la muerte violenta o la desaparición de los suyos, ya han desesperado en su dolor e inquietud que maltrata a la armonía de las familias y de la Sociedad entera.

Noviembre es también el tiempo de ir cerrando el libro del debe y el haber, no sólo para el cálculo de los ingresos y egresos. La invitación viene a ser un ejercicio de balance personal y social ¿Dónde estamos situados ante la violencia, las injusticias, los desórdenes y los descalabros políticos, sociales y familiares?