jueves, 23 de octubre de 2014

Se nos olvida el compromiso del Bautismo

Misión en acción

Aportaciones a la construcción del Reino de Dios


Al igual que la Misión dentro de la Iglesia, la que se realiza afuera no deja de ser prioridad, porque fue uno de los Mandatos directos que Cristo hizo, y en la actualidad hay diversos Grupos, Institutos y

Congregaciones que la llevan a cabo.


Dulce Natalia Romero Cruz


En Guadalajara, de parte de las OMPE, Obras Misionales Pontificio Episcopales, se ha formado un Equipo de Animación Misionera para Laicos, compuesto por los Coordinadores de los Grupos Misioneros, a los que se les convoca a una reunión mensual para formación e información sobre actividades relacionadas con su labor.

Dicho Equipo, por ejemplo, prepara los Talleres para las Misiones de cada año, por lo que es muy importante que los que no estén integrados a ellos, lo hagan, para que se trabaje en una misma dirección. En este contexto, presentamos los testimonios de tres personas, un Laico, una Religiosa y un Sacerdote, que llevan a cabo labor misionera hacia adentro y hacia afuera de la Iglesia.


foto1Jorge Alberto Aguilar Valdivia, Misionero Laico, con 20 años de experiencia apoyando la dimensión misionera en la Arquidiócesis de Guadalajara a través del Equipo Diocesano de las OMPE, y con un Grupo de Misioneros Laicos, de la Fraternidad Misionera, integrada por jóvenes y adultos; solteros y casados.

Como Misioneros Laicos apoyan la Nueva Evangelización a través de diferentes actividades en las Parroquias, principalmente con la Formación de Agentes de Pastoral. Se han conformado Grupos que participan en las Misiones de Semana Santa y en las de Verano.

“Nos consideramos jóvenes con inquietudes misioneras que sabemos de la necesidad que hay en toda la Iglesia, no sólo local sino universal. Nuestra labor se ha centrado en la Promoción de la Nueva Evangelización y el apoyo a comunidades que no cuentan con Sacerdotes ni Agentes que los atiendan. Acudimos a poblados muy lejanos, a los que difícilmente se puede llegar para recibir atención constante. Formamos a líderes en esas comunidades para que animen pastoralmente, tanto en la Liturgia como en la Catequesis.

Por la experiencia que tengo de trabajo pastoral-misionero en comunidades rurales alejadas, puedo decir que existe ahí muy buena respuesta y participación, porque hay mucha gente que tiene necesidad de Dios. Donde no es fácil entrar es en las comunidades de la ciudad, porque la mayoría ya están estructuradas y tienen muchos años trabajando sobre un plan concreto.

Otro objetivo de la Fraternidad, además de lo ya mencionado, es suscitar la vocación misionera en el Pueblo de Dios, principalmente en los Laicos, dando apoyo e información a quienes tienen inquietudes por la vida misionera, a los cuales se les canaliza hacia los Institutos Seculares o a alguna Congregación”.


foto2Hermana Marina Serralde Toledo, Misionera Comboniana, originaria del Distrito Federal.

Los Misioneros Combonianos fueron fundados por San Daniel Comboni, Sacerdote italiano que durante sus ministerio luchó por los derechos de los negros, y principalmente por el de recibir a Cristo y de salvarse. Comenzó a fundar Escuelas en el propio Continente africano, para hacer a los mismos nativos promotores de la Evangelización.

“Nuestro Fundador siempre creyó en el potencial del africano; en que él era capaz de llevar adelante una Misión Evangelizadora. Comenzó a trabajar con Laicos, y al mostrar su Proyecto a la Santa Sede y pedir esas tierras de Misión, se le concedió; pero, a la vez, se le pidió que fundara un Instituto que pudiese dar continuidad a su obra. De ahí procede el Instituto de los Misioneros y las Misioneras Combonianas. Él vio la necesidad de la mujer en la Misión, porque observó que en las familias la madre era la principal formadora de los hijos. Además, prestó atención al hecho de que las mujeres se quedaban solas durante el día mientas el padre se iba a trabajar, y que ellas eran las únicas que podían entrar a una casa ajena mientras no estaba el hombre”.

Este Instituto Ad Gentes se ocupa especialmente de África; pero, debido a las necesidades actuales, se ha abierto universalmente y ahora tiene presencia en América, Europa y Asia.

“Como Misionera trabajé en Oaxaca, con los mazatecos; posteriormente me enviaron a Brasil, donde estuve en la Diócesis de Ji-Paraná, en el Estado de Rondonia, que es la entrada a La Amazonia; ahí laboré durante seis años. También fui enviada al Nordeste de este país a una zona con extrema pobreza, donde permanecí otros cuatro años. Antes de llegar a México estuve en Guatemala, en Ciudad Quetzal. Como Combonianos concebimos la Misión y la Evangelización como algo que no puede darse sin la promoción humana, y por eso formamos líderes para que sean los multiplicadores de la Misión y lleven adelante esta labor.

“Ha sido un trabajo agobiante pero muy gratificante. Se hace mucha referencia a que, como Misioneros, ahora estamos en un lugar y mañana en otro, pero la Iglesia se queda ahí y sabemos que depende también de nosotros que la semilla que sembremos dé frutos. El Misionero es aquella persona que va y comparte su Fe. Lo que he compartido, además de mi Fe, han sido mis sueños, que son un mundo nuevo, lleno de paz, de amor, de justicia, de fraternidad, de oportunidades. Poco a poco, he ido viendo cómo las personas son promovidas, cómo van renaciendo y cómo vamos construyendo el Reino de Dios. También queremos ayudar a los Laicos y Consagrados a fortalecer su identidad misionera, a redescubrirse Misioneros y a querer ser Misioneros, porque ya lo somos todos por el Bautismo; sólo falta la voluntad y la acción”.

Actualmente, la Hermana Marina está dando su servicio en Guadalajara, con animación misionera a través de dos Talleres que ofrecen a la Iglesia en general, los de “Justicia y Paz” y “Evangelizar con Alegría”.


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Padre Juan Labonté, canadiense de nacimiento, miembro de los Misioneros de África, o como mejor se les conoce, de la Sociedad de los “Padres Blancos”, que fuera fundada en África del Norte, en Argelia, en 1868, por el Cardenal Lavigerie. Como carisma tienen el diálogo con el mundo musulmán y también la tarea evangelizadora de los pueblos africanos no cristianos.

“Yo estuve en África, en Tanzania, 20 años, y los viví en lo que se llama la primera Evangelización. El campo de Misión era bastante grande, con una población de 110 mil habitantes, de los cuales cuatro mil eran cristianos católicos y seis mil protestantes; había pocos musulmanes, pero la mayoría de la gente practicaba las religiones tradicionales africanas. Ahí comenzamos de cero, sin tener un templo y con dos o tres personas”.

Los “Padres Blancos” mantienen actualmente presencia en 20 países de África, en algunos de los cuales no puede hablarse de Jesús expresamente, pero ayudan con servicios.


mision“Tenemos que estar en esos lugares donde, aunque no conocen ni puede hablarse de Jesús, sí podemos proyectar con hechos la imagen de Dios. La diferencia entre paganos y cristianos, es que nosotros estamos dispuestos a perdonar. El perdón es algo que debe difundirse en África para que se logre la unidad. He convivido con compañeros canadienses, como yo, pero también con holandeses, franceses, alemanes, belgas, y pienso que mediante estas comunidades internacionales lo que podemos ofrecer a la gente es un testimonio de paz y de unidad, porque nos preguntan cómo es que a pesar de hablar distintas lenguas logramos entendernos. Hasta ahora hemos visto grandes muestras de unidad entre los musulmanes y los cristianos en Líbano, donde encontramos a personas de buena voluntad, que sin ser cristianas, han salvado a cristianos en momentos de recrudecida violencia. 1491487 365534633603761 2185199325214100961 oTanto estas reacciones como la conversión de los africanos y musulmanes son, sin duda, obra del Espíritu Santo, pero que sí requiere dedicación, proclamación y acción de campo. Aunque la respuesta sigue dependiendo del Señor; eso yo lo vi en pequeñitas comunidades.

Los Misioneros Africanos, como parte de nuestra labor de Evangelización, también visitamos a la gente, la escuchamos, trabajamos con ella en aspectos concretos como el desarrollo, el crecimiento humano y la formación de líderes”.

El Padre Labonté actualmente es Rector del Seminario de “Padres Blancos”, en Guadalajara, y aseguró que aunque tienen pocos alumnos, son jóvenes optimistas que están formándose para ir de misioneros a África. De vez en cuando realiza labor ministerial en Parroquias, con testimonio o exposición de temas.


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