Los misioneros Oblatos de la Sagrada Familia cumplirán medio siglo de esmerada entrefa a Dios
El martes 28 de octubre, los Misioneros Oblatos, Congregación cien por ciento mexicana, conmemoraron 26 años de la muerte de su Fundador, el Padre Enrique Méndez Garibay, y en enero iniciarán un Año Jubilar para celebrar los primeros 50 años de su surgimiento. Su tarea fundamental es la búsqueda de la santidad.
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
De enero de 2015 a enero de 2016, esta Congregación, surgida en Sahuayo, Michoacán, celebrará un Año Jubilar para conmemorar sus primeras cinco décadas de existencia.
“Nuestro Fundador fue el Padre Enrique Méndez Garibay, Sacerdote de la Diócesis de Zamora. Ahí nacimos el día 31 de enero de 1966. El Padre Enrique dio origen a esta Congragación con 16 muchachos de Secundaria, y de ahí viene nuestra historia”, refirió el Padre Jesús Flores Ayala, Rector de la Casa de Formación en Guadalajara del Filosofado y Teologado de los Misioneros Oblatos.
“Y es que desde que el Padre Méndez Garibay se fue a estudiar a Roma, tenía la intención de fundar una Congregación Religiosa, aun cuando él era del Clero Diocesano de Zamora. Estuvo a punto de quedarse en Roma con los Jesuitas porque le atraía mucho su carisma, pero se puso a pensar y decidió ser fiel a su Obispo y a su Diócesis, pues si lo habían mandado a Roma era para regresar a trabajar; sin embargo, su idea de fundar una Congregación seguía latente.
La historia
“Una vez de regreso, lo destinaron a dar clases en el Seminario; entonces, juntamente con otro Sacerdote llamado José, quien había fundado la Congregación de los Misioneros Operarios de Cristo, se pusieron de acuerdo y se propusieron hacer la nueva fundación. Abrieron primero una escuelita, y de ahí se reforzó la idea al ver cómo tantos fieles requerían la presencia del Sacerdote, pero quizás no coincidieron del todo en las finalidades y en la misión, así que el Padre José se lanzó por su cuenta, en 1942, a la Fundación de los Operarios de Cristo.
“Nuestro Fundador todavía se demoró, pues del Seminario lo destinaron a la Parroquia de Tancítaro, y después a la de Pajacuarán, y fue ahí precisamente donde, sintiendo la soledad como Sacerdote, reafirmó más su pensamiento que él tenía, de fundar una nueva Congregación, de tal manera que, según él mismo nos expresaba, Dios Nuestro Señor fue acomodando y solucionando todos los problemas que se fueron suscitando para la fundación. El Padre hizo la solicitud para iniciar el Proceso Canónico de Fundación con el entonces Obispo de Zamora, que era Monseñor José Gabriel Anaya y Díez de Bonilla, de tal manera que le dieron el permiso para que iniciase una Pía Unión, y ya después le concedieron la licencia a nivel diocesano para iniciar formalmente la Congregación.
Su identidad
“El carisma de nuestra Congregación es vivir con radicalidad la obediencia, la Voluntad de Dios, que es el punto de partida para alcanzar nuestra prioridad, que es la de ser santos”, definió el Padre Jesús.
“Por ahora cumplimos la misión de ir a colaborar en las Diócesis más pobres de Sacerdotes en nuestra Patria; pero para el día de mañana, en la medida que vaya creciendo nuestra Congregación, también es poder hacerlo en el extranjero”.
“Nuestro Fundador lo decía: ‘Nosotros nacimos para ir a ayudar a Obispos necesitados de Sacerdotes; estamos dispuestos a acudir a los lugares más necesitados de ministerio sacerdotal, a aquellos lugares donde otros no pueden, o incluso no quieren ir; ahí estaremos nosotros’”, añadió el Padre Faustino Ramírez Vargas, Párroco de La Esperanza, en Ciudad Netzahualcóyotl.
Para que la juventud no se pierda
“Nuestro Fundador veía en la Confesión, particularmente en los jóvenes, cómo se desperdiciaban muchas vocaciones porque nadie los invitaba o por ser pobres. Él sabía que muchos aspirantes a Sacerdotes no se logran por falta de recursos económicos, y ésa es otra parte de nuestra Misión: que aquellos muchachos que tienen vocación puedan consagrarse como Religiosos Misioneros Oblatos de la Sagrada Familia.
“Nuestra espiritualidad es la íntima relación personal con Dios, según el corazón de cada uno. Es una relación muy estrecha, en comunión con Nuestro Señor; es una espiritualidad oblativa, de entrega, por el amor de nuestros hermanos”.
Siguiendo el modelo de La Sagrada Familia
“Actualmente, somos 23 Sacerdotes ordenados y son cinco Religiosos Hermanos de votos temporales. Tenemos presencia en Ciudad Netzahualcóyotl, en el Valle de Chalco, en la Diócesis de La Paz, en Sahuayo, y en Villa Hermosa, Tabasco.
“Somos Oblatos porque así como la Hostia, con la acción del Espíritu Santo se transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, nosotros también, a través de nuestra Congregación, queremos entregarnos de manera total a Dios Nuestro Señor, entregando nuestra vida para servir a los demás con entusiasmo, con alegría y con amor. Nuestros Patronos son los tres integrantes de La Sagrada Familia, y nuestro Fundador la eligió porque como Congregación Religiosa llevamos vida comunitaria y debemos vivir como hermanos, con espíritu de familia. Ése es nuestro estilo de vida
“La propuesta es imitar a María por su Pureza y por su Fe; a Jesús, por su obediencia a la Voluntad del Padre, y a Señor San José, por ser justo y trabajador. Esos son nuestros modelos para nuestro estilo de vida comunitaria”, apuntó el Padre Jesús Flores.
Actualmente sólo cuentan con rama masculina de Sacerdotes y Hermanos Consagrados; sin embargo, era el anhelo del Padre Fundador que en un futuro también se incorporaran mujeres como Misioneras Oblatas para misionar conjuntamente.
Un trabajo de Comunión con toda la Iglesia
“Respecto al trabajo en equipo, queremos realizarlo en todos los niveles: al interior de nuestra Congregación y al exterior de ella, integrándonos con miembros del Clero Diocesano, con otros Religiosos y Religiosas y con Agentes Laicos. En las Diócesis que hemos trabajado, por ejemplo en La Paz -relató el Padre Faustino-, tratamos de hacernos presentes participando en las Juntas de Decanato e integrándonos al Clero. Uno de los Hermanos fue Decano y ha tenido cargos en esa Diócesis. Igualmente, en la Diócesis de Chalco el Vicario de Pastoral pertenece a nuestra Congregación.
“También en la Diócesis de Ciudad Nezahualcóyotl nos hemos integrado al trabajo diocesano. En un principio, en la Parroquia de Nuestra Señora de La Esperanza, que fue la primera Parroquia que se nos dio, empezamos a trabajar con unas Religiosas Vicentinas que ya tenían conocimiento de las necesidades de esa comunidad. Además, como en las Parroquias vecinas estaban trabajando los Vicentinos, los Combonianos, los Jesuitas y los Franciscanos, entonces nosotros nos integramos también con esas Comunidades Religiosas y con los fieles Laicos formándolos como Agentes de Pastoral”.
Su presencia en Guadalajara
La Casa General de los Misioneros Oblatos está ubicada en Sahuayo, Michoacán, y ahí tienen los Grados de Preparatoria, Postulantado y Noviciado. “Aquí en Guadalajara, en la Colonia Agua Blanca, tenemos la Casa de Formación del Filosofado y del Teologado. Nuestros alumnos acuden al Seminario Diocesano Mayor por las mañanas, y por la tarde continúan su formación sobre la vida religiosa.
“En Sahuayo tenemos 14 muchachos de Preparatoria; aquí, 12 alumnos de Filosofía y cinco en Teología. Además, dos aspirantes a la vida religiosa no sacerdotal. También ellos estudian en algunos Institutos de Guadalajara, y pronto trabajarán en Parroquias. Muchas vocaciones nos llegan a través de nuestra Página de Internet. También nuestros Sacerdotes invitan a los muchachos de los lugares en los que tienen presencia; por ejemplo, a jóvenes de grupos parroquiales que ya terminaron la Preparatoria, y son en los que hay mayor perseverancia.
“En Guadalajara y en Sahuayo cada año visitamos las Parroquias donde nos dan oportunidad para promover las vocaciones. También tenemos la modalidad de Seminaristas en Familia. Nuestro Fundador estaba convencido de que lo que atrae es el testimonio de vida”.
Su servicio Pastoral
Aunque los Misioneros que trabajan en Guadalajara tienen como principal tarea la formación de los nuevos Sacerdotes y Religiosos, por disposición del señor Arzobispo, el Cardenal José Francisco Robles Ortega, atienden actualmente la Capellanía de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Colonia Agua Blanca.
“Cuando llegamos a Guadalajara en 1984, el Cardenal Arzobispo José Salazar López, que era muy amigo de nuestro Fundador, nos confió la Capellanía, que incluía siete colonias de la zona. En 1994, esas colonias crecieron mucho y quien estaba encargado de la formación no podía atender el Seminario, pues no se daba abasto con las labores de la Capellanía, por lo que se habló con quien en ese entonces era el Administrador
Diocesano de la Arquidiócesis, Monseñor José Guadalupe Martín Rábago, quien envió a un Sacerdote Diocesano como Párroco, erigiéndose el Templo de La Sagrada Familia como Parroquia, que tenía esa advocación porque los Misioneros Oblatos atendíamos ahí. A partir de entonces se nos asignó el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Colonia donde está nuestro Seminario. Trabajamos en coordinación con el Párroco y apoyamos el trabajo pastoral también con los Seminaristas”.
“Para inaugurar el Año Jubilar, el 31 de enero de 2015 se celebrará una Misa en Ciudad Netzahuatcóyotl, la cual será presidida por el Obispo de esa Diócesis, Monseñor Héctor Luis Morales Sánchez. “Como Congregación Religiosa estamos incardinados a esa Diócesis, porque fue el primer Obispo de dicha Diócesis, José Melgoza Osorio, quien nos dio la aprobación diocesana. Tendremos diferentes actividades extraordinarias, a las cuales invitaremos a ex alumnos, bienhechores, y a todas las personas que quieran sumarse a la celebración.
“Providencialmente, los Misioneros Oblatos fueron fundados el 31 de enero, día de San Juan Bosco, así que nuestro Fundador también asimiló la sencillez de la espiritualidad de Don Bosco”.
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