jueves, 16 de octubre de 2014

Deceso del Obispo Mercado

Obispo José Refugio Mercado Díaz

Un hombre bueno y entregado a su ministerio


El 15 de octubre partió a la Casa del Padre el Obispo Auxiliar Emérito de Tehuantepec, Oaxaca, quien desde hace algunos años

radicaba en Guadalajara.


Sonia Gabriela Ceja Ramírez


Como todos los días, desde hace seis años que regresó a Guadalajara tras presentar su renuncia por motivos de salud como Obispo Auxiliar de Tehuantepec, Mons. José Refugio Mercado se disponía a ir a la Parroquia de Santa Teresita, donde prestaba su servicio ministerial. Sin embargo, el plan del Señor fue diferente, pues al momento de subir a su camioneta cayó fulminado por un infarto que desde hace tiempo los médicos le habían advertido.

Así lo dio a conocer el Obispo Auxiliar de Guadalajara, José Trinidad González Rodríguez, compañero del Obispo “Cuco” desde los años del Seminario.


Obispo Cuco Mercado


Un joven alegre y responsable

“Desde que éramos Seminaristas lo recuerdo como un jovencito muy bien portado y con buenas calificaciones. Además, siempre sacaba premios de buena conducta y le dieron el cargo de vigilar la disciplina en nuestro Grupo.

“Era muy bueno para la actuación; le gustaba mucho cantar y participaba en las obras de Teatro haciendo papeles muy dignos. Como Seminaristas, fuimos enviados a prestar nuestro Año de Servicio como ‘Maestrillos’, se llamaba entonces, al Seminario Menor Auxiliar de Totatiche. Él era muy responsable en todas las actividades que teníamos como Coadjutores. “Cuco” se encargaba del Canto de los alumnos en las Misas; era un hombre eficaz y muy cumplido.

“Ningún problema tuvo al momento de la Ordenación para acceder al Diaconado y al Presbiterado porque tenía muy buen récord”.


Desde los albores, un buen Pastor

“Ya como Sacerdote -continuó relatando el Obispo González Rodríguez-, se dedicó en un principio a promover las Comunidades Eclesiales de Base, que eran la novedad cuando fuimos ordenados, en 1972. Desde entonces manifestaba su gran capacidad pastoral y de organización. Fue un buen Vicario, y pronto párroco en Oco-tlán, donde llegó a ser Decano y Vicario Episcopal; cargos que también ocupó durante su paso por la Parroquia de AjijIc.

“Luego pasó a Tlajomulco de Zúñiga como un muy buen Párroco, creativo, y siempre buscando nuevas maneras de evangelizar.

“Posteriormente, fue nombrado Obispo Auxiliar de Tehuantepec en 2003, tarea que le resultó difícil por ser una Diócesis serrana y al mismo tiempo de costa. Se enfermó y se vino a curar a Guadalajara. Le propusieron que regresara como Obispo Residencial, pero no quiso porque estaba enfermo, así que presentó su renuncia en 2009.

“Desde entonces se dedicó a ayudar en la Arquidiócesis de Guadalajara, visitando Parroquias. Era muy buen predicador, lo hacía muy breve, aplicaba un refrán latino que dice: ‘esto brevis, et placebis’ que significa: ’Sé breve, y agradarás’. Sus homilías eran breves, muy concisas y prácticas. En las Parroquias lo invitaban mucho.

“En Santa Teresita, su ‘oficina’ era la primera banca del templo. Todos los días celebraba Misa de 12 y escuchaba a la gente en Confesión”.



Para saber


Oriundo del Municipio de Ixtlahuacán del Río, Jalisco, nació el 28 de julio de 1942. Ingresó al Seminario Diocesano de Guadalajara en 1957 y fue ordenado Presbítero por el Cardenal Arzobispo José Salazar López el 2 de abril de 1972.

Entre otros destinos ministeriales, el Padre Mercado Díaz fue Vicario Parroquial de Santo Santiago Apóstol, en Ameca, así como en San Martín de Tours, de Guadalajara. Asesor de los Scouts. Párroco de San José, en Ocotlán; de San Andrés, en Ajijic, y de San Antonio de Padua, en Tlajomulco.

El 15 de noviembre de 2003, el Cardenal Arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, le confirió el Orden del Episcopado en Tehuantepec, de donde fue Obispo Auxiliar hasta hace seis años, cuando vino a radicarse a la Capital jalisciense. ¡Descanse en paz el querido Obispo “Cuco”!



Oración por su alma

“Murió como él quería. Sin hacer batallar a nadie. Siempre fue muy enfermizo, y los Doctores le habían dicho que necesitaba una operación a corazón abierto; pero siempre dijo que hasta que el Señor quisiera. Lo recuerdo como un hombre muy risueño y siempre muy positivo y alegre. Sus problemas siempre los enfrentaba con mucha valentía cristiana, buscando soluciones prácticas”.

Finalmente, el Obispo José Trinidad apuntó que la Familia del Obispo “Cuco” era muy unida, y él últimamente vivía con sus hermanas. Exhortó a los fieles a “rogar porque esté en el Cielo, y a pedirle a él que desde el Cielo ruegue por nosotros. Era un hombre bueno, un buen Sacerdote, un buen Obispo”, finalizó.


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