Cardenal Juan Sandoval Íñiguez
Arzobispo Emérito de Guadalajara
Están en juego el matrimonio, la familia y la vida. Desde instancias internacionales de muy alto nivel se quiere controlar el mundo, y casi lo logran. Parte de este propósito es el ataque sistemático contra la sociedad fundamental para el ser humano, que es la familia, fuente y soporte de la vida. Se obliga a los países a aceptar la “ideología de género”, según la cual no son los sexos masculino y femenino los que hacen la diferencia, sino el género, que definen como la preferencia sexual que cada quien tenga o escoja tener. Se atenta, así, contra la obra del Creador, que los hizo “varón y mujer”. Se quiere pervertir la naturaleza del matrimonio definiéndolo en las Leyes como “la unión de dos personas”, para que en él puedan caber las uniones homosexuales.
Motivaciones y argumentos perniciosos
En México las relaciones sexuales entre adolescentes y jóvenes aumentan, y van ocurriendo más seguido entre chicos de menor edad, mientras que la formalización del matrimonio o de una unión estable se pospone cada vez a mayor edad. Las causas de este desorden son la propaganda oficial machacona: “Es tu derecho; si lo haces por amor, está bien; sé responsable, protégete, usa el preservativo”, el cual se ofrece gratuitamente en centros de salud y en escuelas. Otra causa que incide es también la pornografía abundante en los Medios de Comunicación, que despierta las pasiones, pervierte los criterios e induce a la pérdida de valores religiosos y morales que pueden orientar a la continencia y al uso responsable del sexo. Y, por último, la despreocupación de los padres de familia en educar y cuidar a sus hijos.
Contra el bienestar, la salud y la razón
Obviamente, en consecuencia de esas irresponsables conductas, se han incrementado los embarazos y los abortos entre las adolescentes, así como las infecciones venéreas y el Sida; embarazos que son ya un problema serio para la Sociedad y para la salud de la madre precoz, a causa de la pobreza de amplios sectores de la población. Según las estadísticas, la edad en que se contrae el Sida con mayor frecuencia, oscila ya entre los 10 y los 24 años de edad.
Ojalá que los Legisladores de cualquier nivel (estatal o federal), por el bien de México y de las generaciones actuales y futuras, tomen en cuenta, al legislar, los postulados de la Ley Natural, la que se sigue de la naturaleza misma de las cosas y está inscrita en sus preceptos fundamentales en el corazón del ser humano. Es importante tener en cuenta la Ley Natural, sobre todo al legislar sobre la familia y la vida, pues para cualquier mente honesta, el aborto, el permisivismo sexual y el pretendido “matrimonio” de personas del mismo sexo son perversiones contra la Naturaleza.
Cuestión de lógica y de bien común
La diferencia de Religión o la indiferencia religiosa, la secularización, la Sociedad plural, el Estado laico, etc. etc., no son motivo de aducir para transgredir la Ley Natural, que es de todos, a todos obliga y a todos protege.
Si la Ley Positiva, en cualquiera de los campos, no toma en cuenta la Ley Natural, se presta al capricho, a las conveniencias o perversiones de los Legisladores, muchas veces sin escrúpulos o vendidos a intereses extraños. Si por encima de los que gobiernan no está la Ley Natural, las Leyes Positivas que formulen pueden convertirse en instrumento de explotación y maltrato contra los ciudadanos. Cualquier día se les puede ocurrir penalizar en la Ley a quienes se opongan al aborto y a la anticoncepción, a los que proclamen la moral sexual correcta o se opongan a los “matrimonios” de personas del mismo sexo.
Ojalá todos los que creemos en Dios luchemos porque se respete su obra: la familia y la vida humana. Y que los Pastores de la Iglesia no duerman el sueño de los justos mientras el lobo destroza el rebaño.
En octubre próximo se llevará a cabo en Roma el Sínodo de los Obispos sobre la Familia, y será muy significativo que en esos días habrá de ser beatificado el Papa Paulo VI, que con claridad y valentía enseñó a la Iglesia y al mundo la Doctrina sobre la Familia y la Vida, y sufrió por ello críticas y persecuciones.
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