Luis Sandoval Godoy
256- Anda en la bendita
Ya era tiempo de ganar una. Todos los andares del pasado fueron de pena, representaron forma de aflicción o dieron cuenta de los rezos que suele decir Pepa López
La mencionada doña, buena mujer, abnegada madre de sus hijos, es en este lugar, además, una piadosa señora que no deja un acto del templo donde no ande ella.
Y esa Pepa tal, respetada y querida en el barrio como nadie, sabe mil oraciones, todos los ruegos, las alabanzas todas, y las plegarias que puede el cristiano pedir en su vida
Es bueno acercarnos a personas religiosas, pías; es bueno rezar y saber que puede decirse que Pepa López anda en la bendita, y que haríamos bien en caminar a su lado.
257- Anda de vago
Espérense, oigan; no cojan el rasero parejo y quieran poner los bordos de todas las medidas al mismo nivel, pues hablando de vagancias, hay tipos, hay clases, hay señales.
Existen vagos y vagancias que podrían llevar aureola. Son diversiones, juegos por no dejar, como broma ingenua y simple que vendrá a hacerle ver a aquél, que se le estima.
Que llegó el día de los inocentes; la palabra lo dice todo. Si le pedimos prestado, si le hacemos creer que andamos en grave necesidad, ya sabrá que aquello fue una broma.
Pero están los otros, y a ellos hay que sacar la vuelta: individuos de mala entraña que por chiste, por jugarreta, dañan, lastiman, ofenden y transgreden la armonía social.
258- Anda de títere
De todo hay en la viña del Señor. Cómo se nos haría la vida monótona y cansada, si los humanos estuviéramos todos trazados en la misma línea, hechos al mismo molde.
El fulano serio, de frente arrugada, de labios duros y de gesto grave y sentencioso… Bueno, que sea así, y como él tengamos muchos vecinos; pero nos faltan luego los otros.
Nos faltan los amigos risueños, bromistas, guasones y pispiretos; nos falta el hablador, el chistoso, el que sale en la plática con ocurrencias que no dejan nada, pero divierten.
Hay que dejar sitio para estos compañeros; son la sal de la vida, son la chispa y la luz con que hemos de aguantar las penas, padecer las dolencias, soportar una mala cara.
259- Anda de malas
Nomás al ver, se mide la amargura que este compañero trae consigo. No por nada le dieron aquí en el barrio el mote que lo retrata de cuerpo entero: le pusieron el Burro Triste.
Habrá gente más ociosa como para pensar que han andado por acá y por allá asomándose a los ojos de todos los burros del corral, o de los vecinos, y hasta en el potrero.
Éste tiene la mirada clara; aquel es de mirada taciturna y decaída, y éste tiene los ojos tristes, como el vecino de la otra casa, siempre mudo, siempre serio, de mal genio, pues.
¡Ánimas benditas!, válganos la invocación para que no seamos llorones ni apurones, para que no andemos con un semblante mustio; que nos veamos alegres, en buen genio.
260- Anda de bola suelta
El que no tiene juicio ni compostura, el que no halla su lugar ni sabe cómo situarse en el pasillo de la Sociedad, ese pobre merece el título que aparece en este espacio.
Ni en la escuela ni en el trabajo ni en el campo ni en la ciudad; ni casado ni soltero ni en una fiesta ni en el velorio. No halla su lugar, no se entiende con nadie, no tiene calma
Seguramente éstos son casos para aquel médico que sabe arreglar tornillos flojos, que ajusta mentes perdidas; él estudió para dar líneas de vida, rumbos de una vida normal.
Dicen que nuestros tiempos y sus calamidades ofrecen los frecuentes casos de personas desquiciadas; no saben cómo llevar sus días en alegría; así andan, de bola suelta.
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