jueves, 17 de julio de 2014

Honda huella en esta Región

El período pre constitucional y la relación Iglesia-Estado


Como cierre de los actos culturales por los 150 Años de la Provincia Eclesiástica de Guadalajara, brillantes Conferencistas aludieron con toda objetividad a los sucesos de hace 100 años.


José de Jesús Parada Tovar


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Con el Tema “La Iglesia y el Preconstitucionalismo. 1913-1917”, se desarrolló la Tercera Jornada Académica Iglesia-Revolución Mexicana durante el lunes 7 y el martes 8 del presente mes mediante una serie de Conferencias y otros actos culturales, y ante un auditorio de Investigadores y estudiosos de la Historia que colmó la sala principal del Museo Regional de Guadalajara.

“La memoria es un ejercicio de purificación de la Historia, y contribuye, en el presente, a la reconciliación del pasado para mejorar el futuro”, sentenció, al abrir el segundo día de sesiones, el Padre Manuel Olimón Nolasco, Doctorado en Historia por la Pontificia Universidad Gregoriana, de Roma, quien se refirió a lo que sucedió en 1914 en Tepic (su Diócesis de origen) con la ocupación de las tropas carrancistas que, según versión popular, habiendo hecho prisionero al Obispo Andrés Segura y Domínguez, lo vigilaban mientras lo obligaban a barrer las calles contiguas al Palacio de Gobierno. “La Revolución -advirtió el Padre Olimón- desgastó al pueblo por la división de los bandos y por la inexplicable Persecución Religiosa, cuyo estilo prolongado y persistente es sólo comparable a las más crueles de la Historia”.

Luego, en amena e interesante exposición, la Historiadora Lorena Meléndez Vizcarra disertó sobre el Convento de Santa Teresa de Jesús, que por tres siglos, desde 1690, habían ocupado las Carmelitas Descalzas de la Reforma de Santa Teresa, aquel céntrico Monasterio de dos manzanas de extensión, cercenado después al abrirse la Calle Ocampo. En dos ocasiones se escapó de la confiscación por parte del Gobierno, gracias a que oportunamente sirvieron como prestanombres varios particulares, aunque el Templo no se libró de la clausura por ser de propiedad federal, al igual que otros Conventos e iglesias. De todos modos, la Revolución las exclaustró; se fueron a San Francisco, California, y regresaron hasta el 22 de abril de 1942. En 1976, las Monjas se mudaron al Fraccionamiento Monraz, en abono a la tranquilidad.


Un célebre relevista

El Padre Tomás de Híjar Ornelas, Cronista de nuestra Arquidiócesis, ilustró, con lujo de detalles, el enorme y valioso servicio del Canónigo Manuel Alvarado y Sánchez Aldana como Gobernador de la Arquidiócesis en las ausencias forzadas del Arzobispo Francisco Orozco y Jiménez, siendo aquél Deán del Cabildo Metropolitano y Vicario General entre 1914 y 1932. El Conferencista lo consideró como “el mayor polígrafo del Siglo XIX”, especialmente por sus “Disposiciones del Gobierno Eclesiástico de Guadalajara”, entre 1914 y 1918.

Alumno de otros dos brillantes Clérigos, los Padres Agustín Rivera Sanromán y Agustín de la Rosa, refulgió como gran Escritor y un excelente relevo, con autoridad eclesiástica, en el mando de la Iglesia local en tiempos muy difíciles. El Presidente Porfirio Díaz Mori, en 1910, lo invitó como Orador Oficial de las Ceremonias por el Centenario del Inicio de la Guerra de Independencia.


Efemérides y Cine

Posteriormente, se le dio lectura a una minuciosa Carta que envió Miguel Palomar y Vizcarra, ferviente católico y político, al Arzobispo Orozco y Jiménez, en el exilio, relatando los pormenores de la ocupación de Guadalajara aquel 8 de julio de 1914, y también se cantaron Corridos de la Revolución, a cargo de integrantes del Coro de Infantes de la Catedral, dirigidos por el Mtro. Aurelio Martínez Corona.

A su vez, el Mtro. Ulises Íñiguez Mendoza, Especialista en la Historia del Cine Mexicano, reveló que, “por diversas circunstancias, se perdió el 90% de todo lo que se había filmado de la Revolución Mexicana. Y, de lo poquísimo que queda, exhibió un fragmento de la entrada de los carrancistas a Guadalajara, hace 100 años.


Personajes más contemporáneos

El Maestro Juan José Doñán Gómez habló sobre “Ixca Farías y Agustín Yáñez, activistas intelectuales en la Revolución”, resaltando el hecho de que, si bien no fueron precisamente coetáneos, tuvieron qué ver con el Movimiento Armado en distintos aspectos y momentos y en muy distintas acciones. Ixca Farías, por ejemplo, le pidió al Gobernador Manuel Macario Diéguez que respetase los obras pictóricas de Templos, Seminarios y Conventos intervenidos y expropiados por las tropas, lo cual cumplió Diéguez encargándole catalogarlas, rescatarlas y cuidarlas. Con ése y otros acervos, Farías inauguró y equipó el Museo del Estado. Además, fue el animador cultural de Jalisco en un período turbulento en que hubo 42 Gobernadores.

Yáñez Delgadillo, por su parte, niño de 10 años, presenció la irrupción militar de aquel 8 de julio. Además, dijo Doñán, “fue un activista hasta el cuello durante la Persecución Religiosa”. Empezó a escribir a los 12 años contra un Decreto del Gobernador Bouquet, y fue Jefe de Redacción del Periódico “El Obrero”, del Sindicato Católico, así como de los rotativos “El Cruzado” y “El Tiempo”.


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