jueves, 10 de julio de 2014

El Papa, contra la Mafia

El sábado 21 de junio, el Papa Francisco aseguró que los mafiosos están excomulgados, incluidos los mexicanos que se dedican a esta actividad.


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¡Bien dicho! ¡Era necesario que lo dijera! Y fue a decirlo a la madriguera de la Ndrangheta, la Mafia más poderosa de Italia. Durante su visita a la Diócesis de Cassano allo Jonio fue cuando lanzó esta contundente advertencia al crimen organizado; admonición que no se queda en Italia, sino que se extiende a los demás países donde las organizaciones criminales pasan por encima de toda norma cristiana, entre ellos México.

Y qué bien que lo afirmó, pues algunos ladrones y criminales del narco mexicano se hacen tatuar imágenes de la Virgen de Guadalupe “para que los cuide” -dicen-, mientras concretan robos, secuestros, asesinatos y demás actos de terror que forman parte de las primeras planas de la Prensa desde hace ya casi 10 años.


Pontífices comprometidos

No es la primera vez que Francisco denuncia las atrocidades del crimen. El 26 de mayo de 2013, en la Plaza de San Pedro, en El Vaticano, expresó: “Recemos para que los mafiosos se conviertan. No pueden continuar así”.

Y no sólo Francisco ha condenado a la Mafia. El 21 de noviembre de 1982, Juan Pablo II, durante su Visita Apostólica a Palermo (Italia), escuchó el clamor de un obrero de los Astilleros: “Aquí, Santidad, estamos empeñados cada día en la lucha contra el cáncer de la Mafia, que con su presencia amenaza con destruir la convivencia civil de nuestra ciudad y de nuestra isla, poniendo en serio peligro el sistema democrático y sofocando el desarrollo económico y productivo, y que día tras día siega víctimas inocentes, culpables sólo de haber dedicado su empeño y su vida a la lucha contra las injusticias, los abusos y el parasitismo social”.

El Santo Padre respondió que, si bien “es cierto que algunas de sus manifestaciones podrán ser eliminadas con medidas represivas, la Mafia tendrá que combatirse, sobre todo, mediante una paciente formación de las conciencias”.

De nueva cuenta, en Agrigento, en 1993, Juan Pablo II volvió a denunciar a la mafia siciliana, la Cosa Nostra. En respuesta, fueron dinamitadas dos iglesias de Roma.

También Benedicto XVI, en octubre de 2010, hizo un llamado a los jóvenes sicilianos en Palermo: “No cedan a las sugestiones de la Mafia, que es un camino de muerte, incompatible con el Evangelio”.


Mafia, con M de muerte

Ahora, ante cien mil personas, en la llanura de Síbari -Región de Calabria-, el Vicario de Cristo, durante su homilía en la Misa celebrada en la Catedral de Cassano, hizo lo que ya era un clamor mundial, excomulgó a los mafiosos: “La Ndrangheta es esto: adoración del Mal y desprecio del Bien Común. ¡Este Mal hay que combatirlo, hay que alejarlo! ¡Es preciso decirle que no! La Iglesia, que sé que trabaja tanto en la formación de las conciencias, debe esforzarse cada vez más para que el Bien pueda prevalecer. Nos lo piden nuestros chicos, nos lo demandan nuestros jóvenes, necesitados de esperanza. Para poder responder a estas exigencias, la Fe puede ayudarnos. Los que sigan en su vida los caminos del Mal, como son los mafiosos, no están en comunión con Dios: ¡Están excomulgados!”

Pero no sólo alzó la voz; también fue a la cárcel para visitar allí al padre de ‘Cocó’ Campolongo, el niño de ocho años de edad que murió asesinado por la Ndrangheta, en enero, junto con su abuelo materno, como una venganza del narcotráfico. En aquel momento, el Pastor de la Iglesia Universal condenó el crimen, pero luego quiso consolar a los familiares del niño asesinado: “Nunca más víctimas de la Ndran-gheta. Jamás debe suceder en la Sociedad una cosa de este tipo”.

Por eso viajó a Calabria y llegó en helicóptero a la Cárcel de Castrovillari, donde también está preso el presunto asesino que en marzo mató a golpes de barra de hierro, frente a su iglesia, al Sacerdote de Síbari, Lazzaro Longobardi, por negarse a una extorsión.



¿Vendrá el Papa a México?

El sábado 7 de junio, el Presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, visitó al Papa Francisco en El Vaticano. Hablaron sobre emigración, lucha contra la pobreza y el desempleo, y del combate a la violencia y el tráfico de drogas. Al término de la reunión, el Presidente de México, mediante su Cuenta de Twitter, envió este mensaje. “Vine al Vaticano para reunirme con el Papa Francisco @Pontifex, e invitarlo a México. Me da gusto decirles que ha aceptado la invitación”.

La fecha de la visita del Santo Padre a México está pendiente; podría ser en 2016. Dios quiera que aquí también condene el narcotráfico y reitere que los delincuentes del crimen organizado “están excomulgados”, tal como lo sentenció en Calabria.



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