jueves, 31 de julio de 2014

Hacia el Plan Diocesano

Propuestas de nuestras Lneas Comunes de Acción


Vicaría de Pastoral


Aforo nutrido


La recientemente celebrada Asamblea Diocesana de Pastoral, propuso al seor Cardenal Jos Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, 22 Lneas Comunes de Accin, sin que, por ello, necesariamente nuestro Pastor las asumiera para el VI Plan Diocesano de Pastoral tal como fueron presentadas. Sin embargo, un denominador comn que las permea es que en ellas late un espritu evangelizador y una invitacin perentoria a la accin. Se pens que fueran trabajadas en espritu de fidelidad a la Asamblea y siguiendo la metodologa participativa, por parte del Equipo Base de la Vicara Diocesana de Pastoral, junto con un Equipo integrado por Sacerdotes y Laicos con profundos conocimientos y larga experiencia pastoral.

Fue as como el jueves 17 de julio se llev a cabo la reunin de este Equipo ampliado, y a ella concurrieron: Monseor Rafael Hernndez Morales, Secretario Ejecutivo de la Vicara de Pastoral; la Hermana Claudia Hernndez Vega, Religiosa Catequista de Jess Crucificado; los seores Curas Gerardo Jimnez Lozano, Pedro Rodrguez Gonzlez, Jos Vicente Ortega Bentez, Hctor Lpez Alvarado y Jos Luis Llamas Salazar; los Presbteros Jos Marcos Castelln Prez, Juan Eduardo Vargas Flores y scar Maldonado Villalpando.

Asimismo, por los Vicarios Episcopales, los seores Curas Javier Gonzlez y Ricardo Armando Daz Ortega; por los Decanos, los seores Curas Bernardo Santana Ramrez y Enrique Gonzlez Gonzlez; por las Comisiones Diocesanas: seores Curas Antonio Godina Tejeda y Engelberto Polino Snchez; como Representantes de la Vida Consagrada: Presbtero Arturo Martn del Campo Medina y Fray Jorge Arturo Luna. Por parte del Laicado, el Licenciado Joaqun Meza, el Doctor Jess Bernal Navarro y la Licenciada Vernica Antimo, Secretaria Adjunta. Al final de esta reunin, se lleg a siete Lneas Comunes de Accin, con el acuerdo de que sern presentadas al Arzobispo Metropolitano con la finalidad de que las revise, las corrija, las acepte, las asuma y, en su caso, las publique.

Los criterios adoptados para la redaccin de estos siete Lineamientos, adems de los ya descritos en el material de la Asamblea, fueron los siguientes:

¡¤ Que fueran fieles al espritu (no a la literalidad) de las propuestas de la Asamblea Diocesana de Pastoral. Que partiesen de lo ms recurrente o frecuente.

¡¤ Que fueran de carcter universal; es decir, que pudieran ser cauce para la accin pastoral de todas las personas y de todas las instancias a todos los niveles.

¡¤ Que tuvieran presente, con mucha claridad, el Objetivo Diocesano, sin que se repitieran los elementos de ste, sino una concrecin prctica.

¡¤Que su redaccin fuese sencilla, impactante y operativa; capaz de generar actitudes tendientes a conducir a la accin.

As pues, en concreto, se lleg, por consenso, a la redaccin de las ya enunciadas siete Lneas Comunes de Accin, que fueron las siguientes:


1- Propiciar el encuentro personal con Cristo vivo en todas las instancias y tareas pastorales

La Evangelizacin, que es nueva en su ardor, comienza en el corazn de cada persona que encuentra a Cristo como el gran tesoro de su vida, por el que se es capaz de relativizar todo. Del encuentro con Cristo nace la vida cristiana y el deseo vehemente de llevar la Buena Noticia del Evangelio a todos, con parresa, con gozo y con valenta. Del encuentro nace, asimismo, el itinerario formativo del discpulo misionero, que lo induce a la Misin, siempre en un estado de permanente conversin personal y pastoral, en fiel seguimiento de Jess, y en comunin con la comunidad eclesial. Por lo tanto, es tarea de la Iglesia y de todos los Agentes de Pastoral, propiciar en nosotros (ad intra), y en todos (ad extra), en todas las tareas que realizamos y en todas las instancias eclesiales, el encuentro vivo, existencial y transformador con Cristo, especialmente atendiendo a los lugares de encuentro que nos seala claramente el Documento de Aparecida.

De igual forma, a la luz del encuentro con Cristo, que es la razn por la que se es cristiano, deben revisarse nuestras personas, estructuras y mtodos pastorales.


2- Asumir la espiritualidad de comunin como cimiento e inspiración de toda acción pastoral

Como Cuerpo de Cristo, la Iglesia goza y agradece los diversos ministerios, carismas y dones que el Espritu Santo suscita en ella. La diversidad es un gran don del Espritu, por lo que nunca puede ni debe ser ocasin de divisin ni de fragmentacin. Nuestra Iglesia de Guadalajara en particular, ha sido bendecida por el Espritu Santo en la abundancia de estos ministerios, carismas y dones que, ponindolos al servicio de toda la comunidad eclesial y alejando siempre todo mezquino inters sectario, ha hecho florecer la vida de Cristo en nuestra Sociedad hasta llegar a convertirnos en agentes de transformacin social.

Nuestra Iglesia, por lo tanto, debe ser ¡°casa y escuela de comunin¡±, porque con todas sus acciones hace presente el Reino de Dios, que es comunin con Dios y comunin con los hermanos. La comunin hace creble nuestra misin y orienta con mayor facilidad todas las acciones a la consecucin de un objetivo comn. Podemos ms, juntos, que cada ¡°genio¡± batallando individualmente desde su trinchera. Por otra parte, la espiritualidad de comunin fortalece la comprensin y el afecto fraterno, la solidaridad, la subsidiaridad, la corresponsabilidad, la conciencia y el agradecimiento de las cualidades del hermano, de las cuales Dios se vale para evangelizar. Igualmente, evita las envidias, el ¡°carrerismo¡± clerical y un ambiente de competencia malsana que pudiera darse en el mbito pastoral.


3- Asegurar la creación y fortalecimiento de espacios y procesos de Formación Integral
La Formación Integral de los Agentes de Pastoral es una de las prioridades diocesanas, por lo que hay que encauzarla en la creación o fortalecimiento de los espacios y procesos de formación. Esta Línea invita a dos cosas: la primera, a tomar conciencia de que toda acción pastoral debe ser formativa, ya que debe llevar, a quien la realiza como Agente (Misionero) o a quien es interlocutor (receptor activo), a un encuentro o a un reencantamiento con Cristo, de tal forma que sea el inicio o re-inicio de su proceso formativo como discípulo misionero. Esto, sin perder de vista que el sentido de todas las acciones de las tareas fundamentales de la Pastoral tiene como finalidad el hacernos discípulos misioneros de Jesucristo.

La segunda es asegurar que, de forma explícita y metódica, existan lugares y momentos para la formación integral de los Agentes, y que éstos sean siempre acordes con las posibilidades de cada instancia. Por otra parte, nos exige respetar el carácter progresivo de la Formación que, por lo mismo, debe ser permanente. La apuesta pastoral por los procesos, desde el inicio con la Catequesis Infantil hasta la Formación Permanente del Clero, es la de favorecer no el sacramentalismo o la vivencia aislada e intermitente de eventos religiosos, sino el verdadero y constante seguimiento de Cristo y la lucha por alcanzar la madurez humana, espiritual, doctrinal y pastoral de todos.


4- Situar y asumir toda acción Evangelizadora en el marco de nuestro proceso pastoral

La Evangelización se realiza a través de procesos de seguimiento de Cristo y de eventos puntuales. Estos acontecimientos nunca deberán romper con los procesos, sino potenciarlos; así como ayudar a enmarcar los eventos en el caminar pastoral de la comunidad y rescatar de ellos su potencial transformador. Cuando se habla de un proceso pastoral, se tiene de trasfondo una Teología de la Historia; es decir, se debe de ver la acción pastoral desde la perspectiva del Plan de Salvación obrado por Dios en su Hijo Jesucristo, y por el impulso vivificador del Espíritu. Dios no actúa la Salvación de forma intermitente, sino que todas sus intervenciones las encamina pedagógica y gradualmente a su finalidad última y escatológica: la de una comunión perfecta con el Dios-Amor-Trinidad. Así pues, toda acción pastoral, inserta a un proceso, debe ser una realización actual y auténtica. En este sentido, toda nuestra Pastoral debe estar encaminada a fortalecer a nuestras comunidades eclesiales y a la transformación de la Sociedad por la vida nueva de Cristo.

Por ello, la acción pastoral, acción de la Iglesia que prolonga la obra salvífica de Cristo, debe insertarse en el Plan de Dios, concretado en un estructurado Plan Pastoral que, partiendo del Obispo, dé garantía de fidelidad a Cristo, de comunión eclesial, de la búsqueda y la consecución de un objetivo común. Al mismo tiempo, ofrecer un amplio margen a la libre creatividad, en cuanto que son diversas realidades. Podemos decir, en suma, que de lo que se trata es de mirar el mismo horizonte, caminar hacia él, pero cada quien desde su propio contexto, con los pies bien puestos en “su” tierra.


5- Acentuar la solidaridad y la salida a las periferias en la formación espiritual del discípulo misionero

El fin formativo del discípulo misionero, cuyos espacios y procesos deben ser creados o potenciados conforme a la Línea Tres, tiene una acentuación en la solidaridad y la salida a las periferias, bien definidas por nuestro contexto social y eclesial. La vida nueva en Cristo, que abarca la vida de la Gracia y la calidad de vida aquí y ahora, crea lazos de solidaridad entre las personas y crea o potencia estructuras que la promuevan. En nuestro contexto, tan marcado por las desigualdades sociales, por una lacerante pobreza y por una grave descomposicin del tejido social, es conveniente y urgente que los Agentes de Pastoral se formen en el valor social de la solidaridad, teniendo en cuenta que la espiritualidad cristiana no puede realizarse al margen o dando la espalda al hermano sufriente, sino crucificndose en el dolor con l, a fin de hacerlo partcipe de las riquezas de la Salvacin, tanto del orden material como espiritual. De la misma manera, el proceso formativo lleva necesariamente a la misin, a salir fuera de uno mismo, a dejar de ser autorreferencial e ir a las periferias geogrficas y/o existenciales de nuestra Sociedad para anunciar en ellas la alegra del Evangelio.

En este aspecto, ciertamente admitimos que la cultura actual est sufriendo una profunda transformacin secularista y atea; pero, al mismo tiempo, reconocemos que el corazn del hombre siempre estar abierto a la verdad, al bien y a la belleza, contenidas en el Evangelio de la Vida, y que nosotros tenemos la Gracia de poder testimoniarlo.


6- Anunciar a Jesucristo y su Evangelio con un lenguaje comprensible, testimonial y significativo a los hombres y mujeres de hoy

Por otra parte, estamos plenamente conscientes de la dificultad para darnos a entender hoy a las nuevas generaciones, que han creado un nuevo lenguaje y nueva forma de comunicarse. Y no se trata slo de un problema tcnico, sino, sobre todo, antropolgico y hermenutico. Se ha pasado del lenguaje de la palabra y de la razn, al del sentimiento, del smbolo y de las imgenes. Sin embargo, la tarea evangelizadora de la Iglesia nunca ha renunciado a la ¡°traduccin¡± de los perennes contenidos de la Revelacin, a nuevas vasijas conceptuales. As por ejemplo, del mundo hebreo a la cosmovisin griega; del simbolismo mistaggico a las formulaciones metafsicas; de la Escolstica a la existencia y a la Historia.

En estos tiempos nos toca a nosotros conocer, entender y utilizar el lenguaje de nuestros contemporneos para hacer comprensible, atractivo y significativo el nico Mensaje de Salvacin: la Palabra del Seor. Y tomando en cuenta que para el cristiano el Mensaje se une irremediablemente con el mensajero, utilizndose el lenguaje que se utilice, el testimonio de vida deber ser siempre la manera ms directa y elocuente de anunciar y hacer presente a Cristo y su Mensaje.


7- Impulsar el protagonismo de los Laicos en la transformación Evangélica de la Sociedad y su participación en la Iglesia

Los Laicos tienen una tarea especfica dentro de la Iglesia y del mundo. En la Iglesia participan con sus carismas, no como colaboradores de los Clrigos, sino con pleno derecho por el sacerdocio comn desde el Bautismo. Ellos ofrecen a Dios el sacrificio existencial de su propia vida y reciben, de los legtimos Pastores, el Pan de la Palabra y de la Eucarista para su sustento espiritual, participando de la vida de Cristo. Tambin ejercen una funcin en el mundo, al que deben siempre impregnar de los valores del Evangelio, como el fermento en la masa.

No debe clericalizarse a los Laicos ni hacer de los Clrigos unos promotores activos de la Sociedad, tomando partido por determinadas ideologas. Los Seglares deben formarse como discpulos misioneros para ejercer su misin con liderazgo en todos los campos, especialmente en el de la Cultura, de la Poltica y de la Economa, a fin de que la vida nueva de Cristo impregne a toda la Sociedad. En nuestra Dicesis, todava se extraa el ejemplar y oportuno liderazgo social de Laicos como los hoy Beatos Anacleto Gonzlez Flores, Luis Padilla y los hermanos Vargas, entre otros.

De esta forma, los elementos para el VI Plan Diocesano han venido completndose. Ya tenemos un Objetivo claro, unas prioridades, y especficamente trazadas, nuestras Lneas Comunes. Todo esto ha venido unindonos cada vez ms, y a partir de eso habremos de ir asumiendo un lenguaje comn en nuestro trabajo pastoral.


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