Pbro. Alfonso Rocha Torres
FILMES QUE REESCRIBEN LA HISTORIA
Ejemplo de pertinente reescritura de la Historia por parte del Cine, podemos hallarlo en el Género americano por excelencia, el Western, que vivió a partir de principios de los años 50s del siglo pasado un proceso de replanteamiento de sus propias convenciones y símbolos, tendiente a reivindicar la imagen que esas películas venían dando acerca de las poblaciones indias. Filmes como La flecha rota (Delmer Daves, 1950) o Apache (Robert Aldrich, 1954) marcaron un camino que seguirían muchos exponentes del Género. Y 40 años después, Bailando con lobos (Kevin Costner, 1991) alcanzaría el prestigio de la industria -el Óscar a la Mejor Película- con una obra que invertía totalmente las premisas, pues en ella un soldado yankee abandonaba el Ejército y se unía a una población Sioux, a la que acompañaba en su lento, imparable e irreparable proceso de pérdida.
CINE CONTEMPORÁNEO
Siendo el Cine un reflejo de los conflictos de su tiempo, podemos citar un puñado de títulos contemporáneos que nos sirven para detectar diversas problemáticas a las que se ha enfrentado la Humanidad en los últimos decenios. La intolerable situación del comercio de armas en la esfera internacional: El señor de la guerra (Andrew Niccol, 2004).
El fenómeno migratorio a través de un retrato coral protagonizado por diversas mujeres que acuden a México a formalizar una adopción de menores: Casa de los babys (John Sayles, 2003); o una crónica de corte documentalista de un viaje en busca de la llamada Tierra Prometida: In this world (Michael Winterbottom, 2003). Los pespuntes amargos de la globalización económica a través de la denuncia de ciertas prácticas de las empresas farmacéuticas en los países del Tercer Mundo: El jardinero fiel (Fernando Meirelles, 2003). La crónica de los excesos y mentiras de la industria del tabaco: El dilema (The Insider), Michael Mann, 1999); o la impunidad de determinados lobbies de la clase dirigente estadunidense: Michael Clayton (Tony Gilroy, 2009). Crónicas, todas ellas, que en última instancia nos hablan del enquistamiento de crasas desigualdades sociales, elemento que incluso ha servido de parábola para fábulas entre lo fantacientífico y lo alegórico, como las dos que hasta la fecha ha rubricado el Cineasta sudafricano Neill Blomkamp: District 9 (2009) y Elysium (2013).
TRES CLÁSICOS DE SIEMPRE
Para finalizar este recorrido, podemos sacar a colación tres clásicos del Cine más combativo que, contemplado hoy, aún conserva intacta la efervescencia y convicción de su denuncia. Hablo de Incidente en la frontera (Anthony Mann, 1949), relato brutal sobre el tráfico de inmigrantes, realizada poco antes del ciclo de westerns que el realizador rubricó con James Stewart en la década de los cincuenta; Los olvidados (Luis Buñuel, 1950), crudelísima radiografía del Director sobre la realidad de la pobreza y miseria suburbana en México; o La Sal de la Tierra (Herbert Biberman, 1954), crónica de una huelga promovida por unos mineros en Nuevo México, que filmó un blacklisted, como Biberman (cuyo nombre estaba inscrito en la lista negra como sospechoso de actividades antinorteamericanas), en las condiciones más precarias y lidiando contra un establishment que intentó por todos los medios torpedear el estreno del filme; algo que, con el tiempo, sólo sirvió para engrandecer la leyenda de la obra, hoy uno de los títulos preservados en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos por su relevancia histórica y cultural.
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