Norma Angélica Trigo González
Los jóvenes Sacerdotes son conscientes de los problemas que enfrenta la Iglesia en diversos campos y en distintas estructuras, y eso enciende en ellos una actitud preventiva; además, tienen una formación disciplinar, espiritual, pastoral e intelectual enfocada a que abracen su vocación con toda integridad y autenticidad. Así lo señaló el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara.
“Ellos quieren ser buenos Sacerdotes, y estoy seguro de que se preguntan cómo vivir esta vocación sin ponerse en peligro o en riesgo de cometer faltas; no siento que se desanimen, sino que se alertan y se preparan para no ser ellos un día señalados con estas faltas”.
El Arzobispo Metropolitano dijo que constantemente se analiza a los jóvenes que aspiran a ser Sacerdotes, e incluso se les estudia y se les observa desde antes de ingresar al Seminario, y este escrutinio continúa a lo largo de los años de formación, de tal manera que si se descubre que un joven no es idóneo para este estilo de vida, se le convence de que debe separarse del Seminario, o definitivamente se toma la decisión de separarlo.
“Todos los elementos formativos en lo disciplinar, en lo espiritual, en lo pastoral, en lo intelectual, van tendientes a que el Seminarista asuma su vocación en toda su integralidad y con toda autenticidad”, puntualizó el Prelado, de amplia experiencia como Formador, pues ya había sido Rector del Seminario Diocesano de Autlán, y ahora lo es del de Guadalajara.
Luego lamentó que el mal comportamiento de algún Sacerdote, y sobre todo en un tema tan grave como el abuso de menores, no cabe duda que afecta a la Iglesia, y de forma muy especial a todos los Sacerdotes. “Pero no es justo, advirtió, que por la falla de un Sacerdote o de varios, por graves que hayan sido estas faltas, se deba calificar igual a todos los demás Presbíteros”.
EL MATRIMONIO ES ENTRE UN HOMBRE Y UNA MUJER
El Cardenal Francisco Robles señaló enfáticamente que para la Iglesia, el matrimonio sólo se da entre un hombre y una mujer: “Nos parece exagerado, injusto, tal vez abusivo, querer aplicar el nombre de esta importantísima Institución a otro tipo de relación. Yo no condeno ni califico las relaciones, yo lo que expreso es que la Iglesia no está de acuerdo en que quiera equipararse a la unión de un hombre y de una mujer, que está consagrada en la cultura, en el lenguaje, en la filosofía, como un matrimonio, aplicándolo a otro tipo de relación”.
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