Buscando favorables opciones
Pepitas de calabaza, otra alternativa en tierras temporaleras
HOSTOTIPAQUILLO, JAL.- Los agricultores de temporal buscan alternativas para que sean redituables sus siembras. Un producto atractivo, en la región jalisciense de Los Valles, es la calabaza de tamaño grande, con el objetivo de aprovechar sus semillas, pues tienen amplia demanda en el mercado de las botanas y, en menor medida, para otros usos, como materia prima para el pepián y para elaborar golosinas (como el tradicional producto enmielado en piloncillo), así como su empleo en los alimentos naturistas.
En el Municipio de Hostotipaquillo la obtención de las pepitas se ha convertido en una buena opción, porque sale menos costosa su producción en comparación con el maíz, el sorgo o el cacahuate, según explicó el productor Gilberto Martínez Landeros.
Hizo memoria este agricultor de que, por lo general, esta semilla ha tenido buen precio. Detalló que en el último ciclo, por ejemplo, de haberse iniciado su cotización a 25 pesos el kilogramo, éste se elevó hasta los 40. Sin embargo, puntualizó que en ocasiones, cuando se logra mucha producción de calabaza semillera en otros lugares, el precio ha bajado, como cuando se ha traído el producto de Chiapas o incluso de Guatemala.
Bondades manifiestas
Entre las ventajas que representa el cultivo de la calabaza, señaló que se requiere de menos mano de obra para establecer la plantación. Para la siembra de una hectárea de la planta se necesita el trabajo de una sola persona, mientras que para el maíz se demandan de una a cinco personas en una siembra no mecanizada.
También puso de manifiesto que su cosecha es sencilla, a diferencia de la del maíz, que es muy laboriosa, dado que es en la misma parcela donde las calabazas se parten para la extracción de las semillas. Luego de su extracción, hay que asolear las simientes al menos tres días. Después, cada agricultor decide si regala la pulpa (hay gente que acude a recogerla) o si ésta se destina como alimento del ganado.
Al reconocer que hay más negocio al vender los productos del campo con el mayor agregado posible, el entrevistado dijo que hay retos pendientes para que las calabazas y sus semillas dejen más ingreso a sus productores. Un reto sería montar, entre los productores organizados, una planta beneficiadora de las pepitas, donde éstas se tostarían y empaquetarían en presentaciones atractivas para el consumidor final.
Insistió en que no sería lo mismo vender un kilogramo de semilla de calabaza cruda a 40 pesos, cuando podría venderse desde 80 pesos el kilogramo para arriba, como se cotiza en los mercados, misceláneas y cadenas de autoservicio. Asimismo, la venta de las semillas, ya con un mínimo de valor agregado, sería una herramienta para evitar situaciones adversas, como cuando los acopiados se ponen de acuerdo para castigar el precio al productor.
UN DATO INTERESANTE
Al sembrarse la calabaza mezclada con un cultivo de maíz, por su carácter de planta expansiva en la tierra, la calabaza cubre el espacio que ocuparían vegetales invasores, lo que evita el gasto en herbicidas. Aunque esto implica menor producción de maíz. Este enfoque es ahora rescatado por los promotores de la agricultura orgánica, como ha ocurrido en el Municipio de Juanacatlán.
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