jueves, 10 de julio de 2014

Pastoral de la Salud

La intuición de San Camilo de Lelis


Una comunidad de hombres piadosos y de bien, que voluntariamente y por amor a Dios sirvieran a los enfermos con aquel amor y cariño que muestra una madre hacia su hijo enfermo.


Sonia Gabriela Ceja Ramírez


capilla camilos (1)


San Camilo de Lelis, Servidor de los Enfermos, nació en Italia en 1550. Siguió la carrera militar, igual que su padre, pero le apareció una llaga en un pie, que lo hizo dejar la carrera de las armas e irse al Hospital de Santiago en Roma para que lo curaran. Ahí se dedicó a ayudar y a atender a otros enfermos, mientras buscaba su propia curación. Sin embargo, en esa época adquirió el vicio del juego, y en Nápoles perdió todos los ahorros de su vida, quedando en la miseria.

Estando en la más completa pobreza, se ofreció como obrero y mensajero en un Convento de los Padres Capuchinos, donde escuchó una charla espiritual del Padre Superior, que le hizo experimentar una fuerte llamada de Dios a su conversión. Tenía 25 años.

Pidió ser admitido como Franciscano, pero en el Convento se le abrió de nuevo la llaga en el pie y fue despedido. Acudió de nuevo al hospital y se curó, logrando luego que lo admitieran como aspirante a Fraile Capuchino. Ya en el Noviciado, apareció otra vez la llaga y tuvo que irse de allí también. Volvió al Hospital de Santiago y se dedicó a atender a los demás enfermos, por lo que fue nombrado Asistente General de ese centro de salud.



Presencia en el mundo:

Hoy, los Padres Camilos están presentes en 35 países de Europa, Asia, África y América Latina, y sus retos actuales son:

- Pastoral de la Salud.

- Asistencia directa: servicio profesional.

- Nuevas formas de servicio a grupos marginados.



El rostro de Cristo sufriente

Dirigido espiritualmente por San Felipe Neri, estudió Teología y fue ordenado Sacerdote. En 1575, se dio cuenta de que por la cantidad de peregrinos que llegaban a Roma, los hospitales eran incapaces de atender bien a los que venían enfermos, y fue por eso que decidió fundar una Comunidad de Religiosos que se dedicaran por completo a atenderlos en los hospitales.

Con sus mejores colaboradores fundó la Comunidad Siervos de los Enfermos, conocidos ahora como los Padres Camilos, el 8 de diciembre de 1591. Una vez fundada la Congregación, Camilo elaboró las Reglas para servir con esmero y toda perfección a los dolientes.

Leyó el Evangelio según la perspectiva del Versículo de San Mateo, que dice: ‘Cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a Mí me lo hicieron’, lo cual fascinó a muchos jóvenes.

Cuando Camilo murió, el 14 de julio de 1614, su Orden tenía 322 Religiosos; unos 200, ya habían muerto, la mayoría jóvenes, en el cuidado de los enfermos de peste. Aunque Camilo tuvo que soportar durante 36 años la llaga de su pie, nadie nunca lo vio triste o malhumorado.



“Más Corazón en las Manos…”


Elizabeth Uribe de Pétersen


Ésta es una frase de San Camilo de Lelis, de quien este año estamos celebrando 400 años de su muerte. Él comprendió y compartió lo que Cristo dijo en el Evangelio: “Estuve enfermo y me visitaste…”

Cuatro siglos después, “Más corazón en las manos” está vigente como nunca, pues vivimos tiempos en los que la juventud y el afán de dinero, poder y belleza opacan o nulifican el interés por quienes sufren o carecen de todo eso.

Nosotros, los Laicos que hemos sido invitados a colaborar con la Comunidad de los Religiosos Camilos en Guadalajara, que se estableció aquí en el año 2000, agradecemos la oportunidad que nos han brindado de aprender a ver al Señor Jesús en el hermano que padece; a comprender que en la enfermedad y el dolor se crece y se nutre la Fe y la Esperanza; que la salud es un don no permanente, y que gozar de ella responsablemente es hacer espacio en nuestras vidas para comprender y ayudar al que no la tiene.

“Más corazón en las manos”, mensaje de hace 400 años, debe ser motor de todos nosotros para crear un mundo más humano.

La Orden de los Religiosos Camilos, al conmemorar los 400 años de la muerte de su Fundador, también celebra los 50 años de servicio sacerdotal del Padre Celeste Guarise, a quien agradecemos su testimonio de entrega constante a los enfermos, pues ha reflejado siempre el amor y la ternura de Dios por la manera en que día a día se esfuerza por dar vida a la frase de su Fundador.

Gracias, Religiosos Camilos, por su presencia entre nosotros.



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