La imagen de La Generala recorrió el Malecón de Chapala para implorar por un buen temporal de lluvias y rogar por la paz en México.
Yara Martínez González
Chapala vivió un domingo diferente; la Reina del Lago regresó después de un año para bendecir las aguas, para suplicarle un buen temporal de lluvias, y para rogarle por la paz en nuestro país.
Minutos antes de las 11 de la mañana del segundo domingo de julio, hizo su arribo ante la mirada de familias enteras que ya la esperaban para acompañarla en su trayecto por la calle principal; acontecimiento que se ha convertido ya en tradición que entusiasma a los fieles desde meses antes.
La aguardaba el carro que la llevaría a recorrer casi 3 kilómetros de la población ribereña, este año decorado con las imágenes de los recientemente canonizados San Juan Pablo II y San Juan XXIII, además de un gran arreglo floral que anunciaba el paso de la Patrona de la Arquidiócesis a los asistentes, unos 7,000, a decir de la Unidad de Protección Civil y Bomberos de Jalisco.
Un colorido recorrido
Irrumpió una lluvia multicolor de papeles; en las calles, tapetes de aserrín en colores rosa y azul y los arcos de gladiolas y claveles adornaban el camino hasta el atrio de la Parroquia de San Francisco de Asís, en el Centro de Chapala.
Poco a poco, todos tomaron su lugar: grupos de danzantes, mariachis, bandas de música, charros, guardia de honor y, en primer lugar, la Virgen, misma que fue colocada en un pedestal por el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega.
El recorrido comenzó, y los gritos de ¡Viva la Virgen!, ¡Viva el Papa!, ¡Viva el Cardenal! no se hicieron esperar; había niños que portaban una pequeña imagen de Nuestra Señora de Zapopan en la mano, como la pequeña María, quien acompañada de su mamá y dos hermanos, entusiasmada, comentó que desde hacía semanas ya quería que llegara el día para poder ver a la “Virgencita de cerquita”.
Detrás de la Virgen de Zapopan avanzó el carro donde iba el señor Cardenal, quien bendecía a los asistentes, y acompañado por el Párroco de San Francisco, Enrique Monteón Curiel, y por el Alcalde de Chapala, Ingeniero Joaquín Huerta Barrios; todos ellos escoltados por integrantes de la “Asociación de Charros de Chapala José de Jesús González Gallo”, los cuales ya suman seis años de engalanar el recorrido.
La Parábola del Sembrador
Después de casi una hora, finalmente la Procesión llegó al atrio, donde ya aguardaban cientos de fieles para participar de la Eucaristía, que empezó pasado el mediodía.
Durante su Homilía, el Cardenal Francisco Robles, refiriéndose a la Parábola del Sembrador, destacó la importancia que la Palabra de Dios tiene en la vida de los cristianos. Asimismo, hizo un llamado para que todos los seres humanos sintamos el poder de esa Palabra Divina y, sobre todo, que nos sirva para hacer el Bien a nuestros semejantes, y nunca el Mal.
“En nuestra vida, a veces asumimos como nuestra la Palabra de Dios, pero en ocasiones llega el Demonio y nos la quita y nos quedamos sin nada; en otras ocasiones, de momento la Palabra nos impacta y hace que germinen dentro de nosotros buenos propósitos, pero pronto se nos olvidan; y a veces, nos cala hondo la Palabra de Dios, pero tantas son nuestras preocupaciones y distracciones, que se ahoga”.
Madre Nuestra, bendice nuestro Lago
Terminada la Eucaristía, los asistentes se volcaron hacia el Malecón, por donde pasaría la imagen de la Virgen de Zapopan para bendecir el lago.
Con fe y devoción, los lugareños pidieron a su Reina, una vez más, su intercesión para un abundante temporal de lluvias; además, le demostraron su cariño con porras y aplausos por los milagros y favores concedidos.
Ya por la tarde, el atrio parroquial fue escenario de eventos culturales. La visita de La Generala continuó la mañana del lunes con el ya tradicional paseo en lancha a la Isla de los Alacranes, donde se celebró el Santo Sacrificio por los enfermos de la Parroquia. Más tarde, se rezó el Rosario y se celebró otra Eucaristía
Pasadas las cuatro de la tarde, los habitantes de Chapala se despidieron de la Virgen, quien volvió a su Basílica, en el Centro de Zapopan, en espera de regresar el próximo año al lugar donde las muestras de cariño y devoción fueron como siempre, sinceras y abundantes.
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