jueves, 31 de julio de 2014

En todos los niveles y grados

Bullyng, acoso escolar pernicioso


Este tipo de hostigamiento se ha producido en todos los tiempos y lugares, tanto en su manifestación física como psicológica, vía golpes, amenazas, apodos, escarnios, etc., y en el ámbito educativo ocurre desde el Preescolar hasta la Universidad.


Lic. José de Jesús Vázquez Hernández


En los últimos días se ha venido comentando en los diferentes Medios de Comunicación y diversos niveles de Gobierno: Federal, Estatales y Municipales, extendido al ámbito Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el Tema del Bullyng, que se ha agravado en los entornos escolares, laborales y sociales, con preocupantes consecuencias para la Sociedad.


Adolescentes


Fácilmente identificable

La palabra inglesa bullyng, traducida al español, podríamos definirla como acoso pernicioso, hostigamiento, distintas manifestaciones de maltrato, verbal, físico o psicológico que se produzca; y este fenómeno es reiterativo no sólo entre los escolares y en las aulas, sino también en las Redes Sociales, que han dado en bautizarlo como ciberacoso.

El bullyng o acoso escolar es una forma característica de violencia, de tortura metódica y sistemática, de falta de respeto, de burla y desprecio, que el agresor utiliza para intimidar a la víctima mediante palabras o golpes, que éste sufre en silencio y ante la indiferencia y complicidad de compañeros, y algunas veces hasta de los directores escolares, maestros, tutores o cuidadores de los niños.


¿De exportación o por contagio?

Los analistas de tan lamentable problema afirman que los primeros estudios sobre el tema los realizó el Psicólogo noruego Dan Olweus en 1973, cuando comenzó a observarse la violencia escolar en su país, pero no fue sino hasta 1982, después del suicidio de tres muchachos, cuando se insistió en el análisis y efectos del acoso escolar entre los jóvenes estudiantes.

Con el fin de contrarrestar sus efectos cada vez más extendidos, desde hace años existen Tribunales en Europa, especialmente en los países nórdicos y también en Inglaterra, los Bully courts, Tribunales Escolares, creados en el Reino Unido desde 1989, y que hacen disponible una línea directa para que quienes acudan y así lo deseen, puedan obtener orientación sobre situaciones concretas.


De funestas secuelas

Este acoso resulta altamente perjudicial para la víctima, que vive aterrorizada y puede mostrar signos de trastornos psicológicos graves que afectan su formación académica, pues a veces no desea ya presentarse a la escuela, y más de alguna vez piensa en salir de su problema por la puerta falsa del suicidio, o los mismos agresores le llegan a causar lesiones y hasta la muerte, como ya sucedió recientemente en nuestro país.

En México, y en Jalisco, se han venido estudiando sus efectos, cosa muy favorable, aunque como suele decirse, “se tapa el pozo después del niño ahogado”; sin embargo, junto con sus efectos, deben analizarse las causas y poner atención a ellas para prevenir sus graves consecuencias, reflejadas en todas las áreas de la Sociedad.

Sembramos vientos y cosechamos tempestades; los padres, hemos eludido la responsabilidad de educar a nuestros hijos en el amor y temor de Dios, ahuyentando los valores en el hogar, y desde tiempo atrás, de diferente manera, se ha venido implantando a temprana edad en la niñez la violencia a través de los videojuegos, de programas de televisión, de la discriminación y del sexo abierto; todo ello propalado en variados Medios.

Con el fin de aliviar la gravedad del problema es indispensable la vigilancia de los padres, de los maestros, de los gobernantes, de la Sociedad en general, pues si queremos cambiar, debemos orientar de manera más integral a nuestros hijos para que se preparen y eviten tanto las causas como los efectos de esta cruel acción, que tanto daño causa a la familia y a la comunidad en su conjunto.


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