El milagro líquido
“El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios”: Papa Francisco.
Pbro. Germán Orozco Mora
Mexicali, B.C.
Mientras en la Región de Mexicali la temperatura oscilaba entre los 47 y los 50 grados centígrados, en la Sierra de Juárez y San Pedro Mártir hay que andar enchamarrados y encender una lumbrada para pasar la noche.
En estos días de verano ardiente y húmedo en la zona desértica y valles de Mexicali, Baja California, y de San Luis Río Colorado, Sonora, muchísimas personas deben ir a la Costa de Tijuana: Rosarito y Ensenada, donde el clima es muy benévolo, aunque uno tenga que pagar miles de pesos por ello. Son lugares hermosos, pero hay que pensarlo por los gastos, máxime en familia.
La sequía en las Sierras ha provocado varios incendios; el más reciente, en la Zona del Valle de La Trinidad. Gracias a Dios, las lluvias del viernes 14 de agosto refrescaron el ambiente serrano, haciendo disminuir la temperatura a 70 grados Fahrenheit, al mediodía.
En la Sierra de Juárez, el cielo es uno de los más limpios del mundo, junto con el de San Pedro Mártir. Si las personas no quieren acampar, tienen oportunidad de rentar cabañas disponibles en el área de los Guardabosques, en el Parque Nacional Constitución 1857.
Del 8 al 15 de agosto, en dicho Parque-Laguna Hanson, se hizo visible una “lluvia de estrellas”, marcadamente la noche del jueves 13 entre las 23 y 24 horas, como fue pronosticado, y el viernes llovió intensamente en la zona donde, a finales de junio, se presentaron los incendios que arrasaron casi 20 mil hectáreas. El agua pluvial cayó sobre El Mazateco, El Rayo, El Tularcito, La Botella y el área de Laguna Hanson y Rodeo de Cota.
Lluvia es lo que más hace falta en las Sierras de Juárez y San Pedro; los incendios son apagados por la humedad y las precipitaciones. Los bosques se encienden tanto por la mano criminal de algunos, como por la sequía, de modo que si llueve en las montañas, la Creación lo agradece y las personas alaban a Dios por el milagro del agua del cielo.
Incendios de enormes proporciones se suscitan también en las montañas de Baja California, sólo apagables por la acción de las lluvias, no demasiado frecuentes, por cierto.
Rendida gratitud
Quiero aprovechar esta colaboración para darle gracias a Nuestra Señora de Guadalupe, y a Dios mismo, en primer lugar, porque, por falta de lluvias, la Laguna Hanson –descubierta por el noruego Jacob Hanson en 1872–, a sus 24 años de edad solamente está húmeda, como preparándose para ir llenándose, pues no tiene agua exteriormente, aunque sí interiormente.
Como en otros años, por la sequía, algunos creyentes del área de la Sierra y las montañas, salimos a las 11 horas a pasear a la Virgen de Guadalupe por el centro de la laguna y el bosque, rezando el Rosario a Nuestra Señora. Como afirma un amigo y la gente de Fe de la Sierra, pronto llegó la respuesta de la Virgen: el viernes, a mediodía y la tarde, intensas lluvias refrescaron el Parque Nacional, y en especial la zona donde ocurrió el trágico incendio que dañó casi 20 mil hectáreas.
Cuestión de Fe. Por ejemplo, son célebres, en este sentido, las Procesiones de Nuestra Señora de Zapopan en la recuperación del Lago de Chapala, allá en Jalisco.
Si no tuvo usted oportunidad de disfrutar este Verano el fresco e invernal clima que nos ofrecen permanentemente las Sierras de Juárez y San Pedro Mártir, de Baja California, organícese para el próximo año. Mientras el calor veraniego de la región siempre ha sido de casi 50 grados centígrados, no tiene por qué asustarse usted por tener que gastar tanto a otros lugares, cuando en las montañas puede gozar de climas entre los 60 y los 90 grados Fahrenheit. Vaya consiguiéndose bolsas de dormir, una buena silla, bicicleta, hielera y algunas cosas más. Va a pasarla bien.
Dice el Papa Francisco, en su reciente Carta, que “quien ha crecido entre los montes, o quien de niño se sentaba junto al arroyo a beber, o quien jugaba en una plaza de su barrio; cuando vuelve a esos lugares, se siente llamado a recuperar su identidad”.
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