jueves, 10 de septiembre de 2015

Necesidades emocionales de nuestros hijos

Lupita:

Estoy desesperada, pues ya no sé qué hacer con mi hija. Tiene sólo 8 años, pero es muy rebelde. Yo soy madre soltera y la dejo bajo el cuidado de mis padres, pero ellos la malcrían y a mí me toca llegar a regañarla. Le he pegado muy fuerte por mi impotencia de ya no saber qué hacer. Esto es aparte de que en mi casa vive también mi hermano, que es adicto, y causa muchos dolores de cabeza. Por favor, ayúdame; me siento mal conmigo misma y no sé cómo actuar.

Alejandra L.

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HERMANA EN CRISTO, ALE:
¿Recuerdas aquel llamado vigoroso de San Juan Pablo Segundo?: “¡Familia, sé lo que eres!”. Es tiempo de educar para amar, de educar para hacer Familia. Formar a nuestros hijos varones para que sepan comprometerse y no abandonen a sus mujeres e hijos. Formar a nuestras jovencitas para que se valoren a sí mismas y no entreguen su vida a cualquiera, sino sólo a quien sepa amarlas como Dios manda.
Eres una valiente mamá soltera que representa a muchas mujeres que pasan las mismas dolorosas pruebas que tú. Sabes, por tu propia experiencia, lo difícil que es educar en nuestros días, y el trabajo enorme que conlleva el hacerlo sola, sin el apoyo de quien debiera ser el padre de tu niña.
Comprendo tu impotencia y frustración al ver que el problema rebasa tu capacidad, pero esto puede cambiar si consideras que todo tiene solución y que, conociendo lo que debes hacer, vas a aplicar toda tu voluntad por el bien de tu hija y el tuyo propio.
El trabajo terapéutico de un especialista en conducta es imprescindible para ustedes. Y, como madre cristiana, supérate. Nuestros hijos tienen necesidades emocionales básicas que, si no las satisfacemos, ellos crecerán sin armonía y su conducta rebelde nos desesperará. Pero no son ellos culpables a quienes debemos castigar; son hijos de Dios que están aquí para enseñarnos a ser mejores personas.
Tienen necesidad de:
1) El amor visible de sus padres (primera fuente de seguridad). Es por eso que debemos promover el Matrimonio bien fundado en el amor. Pero si eres mamá sola o papá solo, debes saber que cuentas con recursos humanos y espirituales a los que puedes recurrir. Dios suple tus carencias cuando así se lo pides.
2) Sentirse importantes y valiosos.
3) Seguridad y protección.
4) Elogios.
5) Disciplina (límites claros, puestos con amor).
Un ambiente de violencia y adicción no es el ideal para su desarrollo. En la medida de lo posible, busca otro ambiente para ella. Puedes emprender un trabajo desde tu hogar para estar más cerca. Si tu única opción de trabajo, por ahora, te requiere mucho tiempo, hay Casas-Hogar católicas que reciben a los niños, de lunes a viernes, para casos como el tuyo.
Puedes dejar de ser esa mamá regañona, para ser una madre nutritiva. Este cambio tuyo deberá fundarse en una formación humana integral que debes recibir tú, en primer lugar. Existen ministerios para mamás solas dentro de la Iglesia Católica. En ‘Valora’ tenemos uno de ellos (33-1148-7291).
Dialoga con tus padres y hermano; nadie tiene que vivir injustamente; todos podemos aprender y crecer. Acércate a Jesucristo y emprende un camino de salida hacia el éxito como mujer y madre.
Donde hay Fe, hay Amor; donde hay Amor, hay paz; donde hay paz, está Dios; y donde está Dios, nada falta.

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