jueves, 3 de septiembre de 2015

En pro de Migrantes

Casa del Migrante ‘El Refugio’
Los pobres se solidarizan con los más pobres

La Jornada Mundial del Migrante lleva por título ‘Una Iglesia sin fronteras, madre de todos’. “Si vive realmente su maternidad, la comunidad cristiana alimenta, orienta e indica el camino, acompaña con paciencia, se hace cercana con la oración y con las obras de misericordia”, señala el Mensaje del Santo Padre para la ocasión.

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Sonia Gabriela Ceja Ramírez

El primer domingo de septiembre, en este caso el día 6, se celebra a nivel mundial el Día del Migrante. La Arquidiócesis de Guadalajara lo festejará de manera especial en la Casa del Migrante, de la Parroquia de Nuestra Señora del Refugio, en el Cerro del Cuatro, que es la única estancia en Guadalajara en la que los migrantes pueden permanecer las 24 horas del día, por el tiempo que así lo requieran, según explicó el señor Cura Alberto Ruiz Pérez, Párroco del Refugio, también miembro de la Comisión Diocesana de Arte Sacro, y recientemente nombrado Subcoordinador de la Pastoral del Migrante en nuestra Arquidiócesis.

Recibir ayuda para dar ayuda

Para esta ocasión, la Casa del Migrante se ha visto beneficiada, pues el Padre Heinrich Pfeiffer, Maestro de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, ha donado un Ciclo de Conferencias sobre el Tema “La Historia de San Miguel a través de la Iconografía”, que fueron impartidas en la Parroquia de Santa Rosa de Lima: “El Padre ha tenido a bien aportar su actividad intelectual, laboral, para que nosotros podamos tener más recursos y continuar con la obra de apoyo a migrantes”, señaló el Presbítero Alberto Ruiz.
“En estos días, la Cruz Roja nos canalizó a una persona; es un migrante que cayó del tren y sufrió fractura expuesta de tibia y peroné, por lo que no sabemos cuánto tiempo estará con nosotros, pues permanecerá hasta que se recupere. Mientras tanto, sus medicamentos, tratamiento, alimentación y hospedaje corren por cuenta de la Casa, ya que la Cruz Roja indicó que no tenía dónde resguardarlo ni cómo cubrir los gastos”, detalló el entrevistado.
El Sacerdote y Arquitecto señaló que la Casa se sostiene con lo que los propios feligreses aportan, además de las ayudas que otorgan ocasionalmente algunas Asociaciones Civiles que se vinculan con esta causa, e incluso algunos particulares, como familias que apoyan mediante despensas, ropa, calzado o mochilas; pero es algo esporádico.

Pocos recursos, mucha solidaridad

“Nuestra Casa del Migrante está en la periferia, en el Cerro del Cuatro. No todos los migrantes que transitan por la ciudad llegan allá, pero a quienes se acercan, los atendemos.
“Aproximadamente la mitad de los que llegan vienen heridos, enfermos o fueron asaltados y golpeados. Por eso, la mayoría permanece entre dos y tres días completos. En este lapso se les dan sus tres comidas, se les permite que se bañen y se les da ropa limpia. La intención es brindarles ayuda humanitaria en un sentido cristiano.
“Los Padres Scalabrinianos, Especialistas en Migración, son los que nos asesoran, y el trabajo lo hacemos con voluntarios de la comunidad, a quienes seleccionamos con tal de que tengan cierta madurez y criterio para trabajar con los migrantes e identificar quiénes sí lo son y quiénes no, de manera que podamos administrar mejor nuestros recursos.
“Es una comunidad pobre que se solidariza con el más pobre”.

El mejor recurso es el deseo de ayudar

“Los migrantes son personas muy vulnerables que, cuando llegan a nosotros, ya no traen nada; muchas veces, ya ni calzado o quieren lavar su ropa y se deshace. Llevan días y a veces semanas sin bañarse, enfrentando el sol, la lluvia y durmiendo a la intemperie.
“Hay gente que nos regala ropa y zapatos que ya no usa, y nosotros se lo hacemos llegar a ellos. Se requieren, sobre todo, pantalones de mezclilla y calzado deportivo, así como gorras y mochilas en desuso pero en buen estado. Ya sea nuevo o usado, todo nos sirve.
“También tenemos un Bazar, que ponemos el día de tianguis; es decir, el miércoles, y con lo que ahí vendemos también obtenemos algunos recursos para seguir pagando consultas médicas, medicamentos y lo que se va requiriendo. A mí me da mucha alegría ver eso. Aunque la gente de la comunidad es pobre, es sensible y se solidariza”, afirmó el Padre Alberto.
“El Movimiento Familiar Cristiano de la Parroquia se encarga de llevar la cena todos los días. Cada noche, un matrimonio se compromete a llevar el alimento. En el día se comunican y preguntan cuántas personas hay, para llevar lo necesario. Cuando hay más de 10 personas, la Casa también aporta algo para no cargarles la mano a las familias, porque, además, los migrantes llegan hambrientos y comen bastante.
“Durante el día tenemos quién cocine. Tenemos una granja de gallinas y aprovechamos los huevos. Tenemos una granja de conejos, de donde obtenemos carne. Complementamos esta obra con nuestro Comedor Parroquial, que tiene más de 30 años y que inició el Padre Rafael Uribe Pérez”.

El rechazo no es una actitud cristiana

“Afortunadamente, nuestra comunidad no ha rechazado a los migrantes porque hemos tenido, con la orientación de los Padres Scalabrinianos, el cuidado de evangelizar y catequizar a las personas en el sentido de que la ayuda al migrante es algo que la Iglesia debe hacer. Como católicos, cuando vemos un migrante, no podemos ser indiferentes.
“Quiero hacer un llamado a las Parroquias que están a lo largo de las vías del tren para que consideren esta situación. El mismo Evangelio nos lo señala. La solidaridad con los migrantes, desde el Antiguo Testamento, está enmarcada y se muestra con la hospitalidad. El pueblo de Israel fue errante. Nuestra Iglesia, según el Nuevo Testamento, forma el nuevo Pueblo de Dios y tenemos que ser también abiertos al que va de paso”.
El domingo 6 de septiembre, la Parroquia recibe la visita de la imagen de Nuestra Señora de Zapopan, y también será llevada a bendecir la Casa del Migrante.
La Pastoral del Migrante proyecta crecer en la Arquidiócesis y apoyar más y mejor a los itinerantes. Por su parte, el Padre Alberto Ruiz invitó a la población a que, cuando vea a un forastero, vea en él el rostro de Cristo que sufre, y que también tuvo que emigrar a Egipto.
Reconoció que entre quienes van de paso también hay algunos delincuentes, pero la mayoría no lo son, y vale la pena ayudarlos. No por unos, deben perder todos.

Con el ánimo de ayudar

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Como ya es tradición desde hace algunos veranos, el Padre Heinrich Pfeiffer, Sacerdote Jesuita, visitó Guadalajara con el fin de impartir un Curso sobre Arte Sacro. En esta ocasión, el tema fue “La Historia de San Miguel a través de la Iconografía”, y tuvo lugar, del 24 al 28 de agosto, en la Parroquia de Santa Rosa de Lima, en la Colonia Las Águilas.
Es un tema que apasiona al Padre Pfeiffer e incluso le han pedido que escriba un libro al respecto. Es más, San Miguel marcó la historia personal del Padre Pfeiffer, pues siendo estudiante de Historia del Arte y Arqueología Clásica, en la Universidad de Tubinga, en su natal Dublín, fue a través de una imagen de este Arcángel como el Padre se adentró al mundo místico, conociendo los dones particulares de Dios, lo que lo llevó a tomar la decisión de ingresar al Noviciado de la Compañía de Jesús.
Y es que este Sacerdote alemán ha dedicado más de 50 años a estudiar el asunto, e indicó que ha habido una evolución: “Pues a San Miguel se le ha venerado desde siempre en la Iglesia. Tenemos imágenes en la Iglesia Oriental, y cuando pasa a la Iglesia Occidental, San Miguel comienza a formar parte de la cultura de los Caballeros, adquiriendo así su armadura y la indumentaria, que en la Iglesia Oriental no tenía”.
Hay que recordar que San Miguel Arcángel es Patrono de la Iglesia Universal desde su aparición en el Monte Gargano, como también es uno de los Patronos de la Ciudad de Guadalajara.
El tinte especial que tuvo en esta ocasión el Curso, es que lo recaudado será para el apoyo de la Pastoral de Migrantes, concretamente para la Casa del Migrante ‘El Refugio’, que tiene la Parroquia Nuestra Señora del Refugio en el Cerro del Cuatro y que atiende el Padre Alberto Ruiz, también parte de la Comisión Diocesana de Arte Sacro y amigo personal del Padre Pfeiffer.
El Especialista señaló que Guadalajara suele estar un poco mejor que el resto de la República en cuestión de Arte Sacro; sin embargo, también se cometen grandes errores, como en otras Diócesis del país.
Además de Guadalajara, el Padre Pfeiffer estaría en Puebla, también dando otro Curso-Taller, para posteriormente visitar su natal Alemania y luego partir a Italia a retomar sus clases en la Universidad Gregoriana.

Cómo ayudar
Tel. Parroquia: 3670-2346.
Tel. Casa: 3675-1475.
“Estamos ubicados en el Cerro del Cuatro, junto a Miravalle, frente a CEMEX”, explicó el Padre Alberto. “Se necesita ropa nueva o usada pero en buen estado, para hombre y/o mujer, despensas, artículos de limpieza, mochilas, gorras, ropa de cama”.

En números
Diariamente, la Casa recibe de cinco a diez personas, las cuales duran de uno a tres días. En promedio, semanalmente se atiende a 50 personas, lo que representa casi 2,500 migrantes al año. La Casa, actualmente, tiene capacidad para recibir a 70 personas, aunque no son suficientes aún las literas. “Nos faltan 20 camas o literas”, lamentó el Padre Ruiz.

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