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Muy relevante será la presencia de la Organista carioca Domitila Ballesteros en la Capital del Jalisco el miércoles 9 de septiembre, cuando ofrecerá, a las 8 de la noche, con entrada libre, un brillante Concierto en el Templo de Santa Teresa (Calle Morelos 525, entre las de Ocampo y Donato Guerra, Zona Centro), con el siguiente repertorio: de Dietrich Buxtehude (1637-1707), Tocata en Re Menor, Opus 155, y Coral ‘Nun bitten wir den heiligen Geist’ (‘Ahora le pedimos al Espíritu Santo’. De Félix Mendelssohn-Bartholdy (1809-1847), Preludio y Fuga en Do Menor, Opus 37. De Luis Bonfá (1992-2001), Canción de Orfeo, y de Juan Sebastián Bach (1685-1750), Fantasía BWV 572, Schmücke dich, o liebe Seele (‘Alma querida, ilumináos’) BWV 654, y su Tocata y Fuga en Re Menor BWV 538.
Domitila Ballesteros posee el Doctorado en Artes y la Maestría en Órgano por la Universidad Federal de Río de Janeiro. Actualmente preside el Instituto de Cultura y Arte Organístico de Brasil. Su actividad concertista es muy intensa, habiéndose presentado en Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Noruega, España, Suecia y Polonia. También en Argentina, México y Uruguay. En su discografía cuenta obras interpretadas en el famoso órgano Oude Kerk, de Ámsterdam. Es autora también del Libro Seis estudios, de Jeanne Demessieux, y la Técnica del Piano.
Su presencia entre nosotros ha sido posible gracias al interés de los Maestros Víctor Manuel Contreras Ruiz, Presidente de la Asociación Civil ‘Organistas de México’, y Felipe Adrián Rojero Herrera, Director Artístico del ‘Festival Musical Beato Ezequiel Huerta Gutiérrez’.
Estando ya próxima la conclusión del Año Jubilar Teresiano en España y el mundo por el Aniversario 500 del Nacimiento de esta gran Santa mística, en el marco de este Concierto, que se ofrecerá a la Arqueóloga María Irma Iturbide Robles, Presidenta de ‘Adopte una Obra de Arte’, A.C., develará, después de su restauración, tres pinturas hechas en Guadalajara hace 160 años, entre 1854 y 1855, por el gran Pintor Felipe Castro (1833-1908), para resaltar el altar lateral del Sagrado Corazón de Jesús, del propio Templo de Santa Teresa.
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