Una mirada a los refugiados

Refugiados que huyen de la violencia
El desplazamiento humano, producto del hambre y la guerra

Mucho hemos escuchado, en estos días, sobre los desplazados de Medio Oriente, aunque el mayor escándalo no es la razón por la que salieron de su país, sino las dificultades a las que se enfrentan al tratar de ingresar a otra nación.

Dulce Natalia Romero Cruz

El país que está provocando el mayor éxodo de personas en la actualidad es Siria, ubicada en el Oriente Próximo, entre El Líbano y Turquía. Ahí hay una guerra civil desde hace más de tres años, y también están muchos grupos que se oponen al Presidente Bashar al-Asad, que pertenece a la familia que ha gobernado esta nación desde hace cuatro décadas.
Hace varios años, cuando otros países derrocaron a sus dictadores para dar paso a la democracia, lo que se conoce como “Primera Árabe”, no hubo el mismo efecto al interior de Siria porque el Presidente permaneció en el país.
“Estados Unidos de Norteamérica ha seguido la estrategia, como muchos otros países, de armar a grupos opositores de gobiernos, pero dentro de ellos han surgido algunos que son terroristas, como Al-Qaeda”, explicó la Maestra Silvia Figueroa González, Directora de Formación Humanística y Ciudadana, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Guadalajara.
Nos comentó que, de igual forma, en esta situación de descomposición, surge el grupo extremista “Estado Islámico”, que sigue avanzando de tal manera, que hoy ocupa una tercera parte del territorio de Siria y de Irak, con la intención de establecer un gobierno musulmán.

¿Por qué se van?
La gente en Siria huye por dos razones: “Primera, porque hay enfrentamientos entre el gobierno y los diferentes grupos disidentes; y segunda, porque el Estado Islámico establece reglas y leyes radicales en las que hay una profunda vejación de los Derechos Humanos”. Algunas de las imposiciones son la obligación de practicar la ablación a las niñas (el corte del clítoris) y ejecuciones sumarias que provocan vivir en un estado de terror.
“En los bombardeos que se realizan por parte del gobierno sirio y del grupo radical, hay muchas bajas civiles y se provoca falta de empleo, de alimento e inseguridad. La gente necesita moverse -comentó la Catedrática- y hay muchos desplazados al interior del país, pero más de tres millones de personas han logrado cruzar la frontera. Entre ellas, muchos cristianos, porque el Estado Islámico tiene la idea de que la verdadera y única religión que debe prevalecer es el Islam”, entendido desde su particular punto de vista y con leyes que crean de acuerdo al Corán, estableciendo lo que se conoce como la “Sharia”.

Países de tránsito
Hungría no es el única nación por la que los desplazados entran al Continente Europeo, ni la única que los rechaza; también Italia y Grecia: “Para estos países, implica recursos económicos y humanos que tienen que destinarse para los refugiados, y por eso sus reacciones de enojo, discriminación y poca solidaridad. Pero, por la posición geográfica, Hungría se presta para que los que llegan a través de Italia o Grecia (al Sur de la nación húngara), atraviesen todo el territorio de Los Balcanes, y por Hungría entrar a Alemania, que es el país que más acoge gente”.
En la Unión Europea, se vive mucha diversidad económica; algunos países pronto estarán viviendo un invierno demográfico; es decir, que tendrán muy poca gente en edad de trabajar, y muchos retirados. Por eso se abren a la oportunidad de que niños y jóvenes entren en su territorio. Por otro lado, hay países que están pasando una seria crisis económica, como Grecia, a donde llegan los inmigrantes del Norte de África. En España, el 25% de la población en edad de trabajar no tiene un empleo.
“Hoy, lo que se está discutiendo en la UE es para saber cuántos migrantes podrán acoger y el tipo de política que van a plantear. Algunos toman en cuenta que no puede ser una política muy abierta porque sería promover más la migración. Una de las soluciones es la ‘Operación Tritón’, con fines de vigilancia y rescate. Incluso se ha puesto sobre la mesa la oportunidad de solicitar el permiso a la ONU para que se les permita destruir las embarcaciones en las que se trafica con gente; claro, cuando estén sin personas”.

Más allá de dar asilo
Muchos son los hechos que últimamente han sorprendido a la Humanidad y que le han hecho mostrar un sentimiento de solidaridad, que parece va a prevalecer para hacer frente a esta verdadera crisis humanitaria. La experta en asuntos mundiales dijo que países como Alemania tienen que medir bien el número de refugiados que acepta, porque puede ser desbordado por la desesperación de la gente, y la única solución es la paz: “En la medida que los conflictos no terminen, la gente va a seguir migrando, porque no sólo son los sirios, también los iraquíes, los afganos, los libios y los egipcios, que tienen años en guerra; también los que huyen de Somalia, que es un Estado fallido”.
Alemania hizo el anuncio de que estarán recibiendo y dando asilo a 800 mil personas, lo que equivale a cuatro veces más de lo que recibieron el año pasado, pero está empujando a que exista un compromiso por parte de todos los países de la UE para una distribución equitativa de todos estos refugiados. Es una nación que cuenta con las condiciones económicas para destinar recursos y enfrentar esta situación, además de que es posible que esté haciendo prospectiva con el tema del invierno demográfico.

En América
Brasil es la nación latinoamericana que más refugiados sirios acogió -2,077- desde que estalló la guerra civil. El atractivo es que, a diferencia de lo que ocurre en otros lugares, pueden trabajar y tienen acceso a la salud y educación, por lo que se le considera un ejemplo a nivel mundial. También han recibido Argentina, Uruguay y Venezuela, que recientemente anunció que recibirá a 20 mil desplazados. En Chile, al igual que en México, se están discutiendo diferentes alternativas. Pero en nuestro país se habla de que, en los próximos meses, se recibirán jóvenes sirios que han truncado sus estudios, añadió la Maestra Silvia Figueroa: “Hay una iniciativa desde la Sociedad Civil, desde los organismos no gubernamentales, para que se dé la oportunidad de abrir las puertas a los intercambios académicos y culturales, para que vengan muchachos sirios a aprender nuestro idioma, para emplearse o abrirles la oportunidad de que terminen la preparación de su carrera trunca”.
Ahora el tema está tan mediatizado, que está generando una opinión pública que está ejerciendo una presión para que los gobiernos muestren una postura definida frente al tema. Tanto en nuestro país como en el resto del mundo, se vive una crisis humanitaria que de repente nos entristece o indigna, como los hechos ocurridos en Medio Oriente y la UE, pero aquí no dejamos de llamar “vagos”, negarles el alimento, una moneda, una prenda de vestir o hasta el techo a los migrantes centroamericanos. Seguimos siendo despectivos con nuestros niños de la calle o con, incluso, los indígenas que se desplazan a la ciudad, por falta de oportunidades en sus tierras.
Necesitamos que la solidaridad se globalice, pero eso no sólo significa recibir a gente de Medio Oriente, sino ayudar a los que están cerca de nosotros y ser parte de la solución, encontrando esquemas para que haya paz, porque en la medida que no haya paz y deje de haber hambre, el éxodo continuará.