jueves, 10 de septiembre de 2015

Canónigo Valentín Ruiz, Nuevo Rector de la Catedral

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Miriam Ramírez Nahúm

El Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, nombró al señor Canónigo Valentín Ruiz Durán como nuevo Rector de la Catedral Metropolitana tapatía, cuya labor es cuidar el aspecto físico del Templo y también vigilar el buen desarrollo de las actividades de culto, pastorales y celebraciones de los Sacramentos; es decir, todo lo que tiene que ver con la buena marcha de la Catedral, así como llevar al pie de la letra los aspectos administrativos.
El Canónigo Arnulfo Jaime Arámbula, anterior Rector del máximo recinto católico hasta el domingo 6 de septiembre, solicitó ser relevado del cargo por cuestiones de salud y de edad, señaló el Cardenal Robles Ortega, quien agregó que aquél ya se sentía agobiado por todas las responsabilidades que tenía: “Nosotros hicimos una consulta entre los mismos Canónigos y entre otras personas que consideré conveniente consultar para realizar el nuevo nombramiento”.
Por su parte, el Canónigo Valetín Ruiz Durán, quien dejó de ser Párroco de San Rafael, en la Colonia Morelos, comentó que su nombramiento es motivo de mucha alegría, por lo que renovó su promesa de obediencia y respeto a sus Superiores, ante los feligreses de sus antiguos destinos que asistieron a la Catedral para apoyarlo y reconocer su labor.
Por otra parte, con respecto a los refugiados de Siria, el Cardenal Robles, también Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, comentó que Dios nos hace un llamado a todos: “Nos habla a través de los acontecimientos y a través de las necesidades de nuestros hermanos que sufren. Entonces el llamado es para todos; que seamos sensibles, que seamos atentos y que, en la medida de las posibilidades, abramos las puertas para que no sufran tanto los hermanos que, por su seguridad y la de su familia, deciden abandonar sus países, sin saber a dónde ir”.
El Purpurado añadió: “Nosotros vivimos una situación permanente con muchas personas de Centroamérica, Sudamérica y de aquí mismo de nuestro país; tienen que dejar su lugar de origen, sobre todo por falta de trabajo y de oportunidades. El fenómeno migrante es creciente, permanente entre nosotros”, y reconoció que en esta adversa situación sobresalen la cifra de tantos jóvenes migrantes, así como el empeño que la Iglesia pone en ayudar a los forasteros, aunque suele verse rebasada por el volumen de necesidades que presentan quienes transitan en busca de mejores horizontes.

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