jueves, 24 de septiembre de 2015

Los desafíos, la vocación y la misión de la Familia

Rumbo a la XIV Asamblea General Ordinaria
Responder a las necesidades de la Familia

Los desafíos, la vocación y la misión de la Familia: son éstas las líneas guía del Instrumentum Laboris del Sínodo de los Obispos sobre la Familia, que tendrá lugar del 4 al 25 de octubre en el Vaticano.

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Rebeca Ortega Camacho

Durante tres semanas, Obispos de todo el mundo se congregarán en el Vaticano, para conocer, discutir y analizar los desafíos y necesidades que afronta la Familia en el Siglo XXI. Los temas que abordarán los Epíscopos, matrimonios, especialistas y demás invitados, no son un secreto; el 23 de junio de 2015 se publicó el Instrumentum Laboris (Instrumento de Trabajo), es el documento que presenta los temas a tratar; a continuación, un extracto del escrito.
El Instrumentum Laboris presentó enteramente la Relatio Synodi –el texto conclusivo del precedente Sínodo Extraordinario sobre la Familia, desarrollado en 2014–, integrado con la síntesis de las respuestas al cuestionario propuesto, en el curso del año, por la Secretaría sinodal a todas las Iglesias del mundo.
No se recomienza de cero, y esto es claro: el Instrumentum Laboris, en efecto, presenta integralmente todos los párrafos de la Relatio Synodi de 2014, ampliados gracias a las contribuciones de las Conferencias Episcopales, de las Familias, de las Universidades y las Instituciones Académicas. El documento se subdivide en tres partes: la escucha de los desafíos sobre la Familia; el discernimiento de la vocación familiar y la misión de la Familia, hoy.

No a la anulación de la diferencia sexual
Con respecto al primer punto, se sacan a la luz las “contradicciones culturales” de nuestra época, en la cual se dice que “la identidad personal y la intimidad afectiva deben afirmarse en una dimensión radicalmente desvinculada de la diversidad biológica entre varón y mujer”, o en la cual se quiere reconocer la “titularidad matrimonial” a parejas instituidas independientemente de la diversidad sexual. De aquí, el llamado a una “mejor profundización humana y cultural, no sólo biológica, de la diferencia entre los sexos”, porque su anulación “es el problema, no la solución”.

Familia, pilar fundamental de la sociedad
El Instrumentum Laboris señala las “contradicciones sociales” que llevan a la disolución de la Familia: guerra, migraciones, pobreza, usura, cultura del descarte, coyuntura económica “desfavorable y ambigua”, mientras las instituciones son incapaces de sostener a los núcleos familiares. Las familias, en cambio, “pilares fundamentales e irrenunciables del vivir social”, necesitan de “políticas adecuadas” que tengan en cuenta su “acción compensativa” en relación al bienestar.

Dignidad para los ancianos y personas diversamente hábiles.
Pastoral específica para familias migrantes

Por esto, el Instrumentum Laboris resalta la importancia de la Familia como instrumento de inclusión, sobre todo de categorías frágiles como los viudos, los ancianos, los discapacitados, que deben ser acompañados para hacer frente a “las formas despiadadas de estigma y prejuicio”. Se espera una Pastoral específica para las familias en migración porque, sobre todo, donde no hay “auténtica acogida y respeto de los derechos de todos”, se pueden alimentar “fenómenos de fundamentalismo”. Y el drama crece cuando la migración es ilegal, sostenida por “circuitos internacionales de la trata de seres humanos”.
El citado documento se detiene, además, en el papel de las mujeres, y recuerda que en los países en vías de desarrollo, a la explotación y a la violencia se agregan el aborto y esterilizaciones forzadas, entre otros fenómenos, pero espera también una “mayor valorización en la Iglesia”.

El Sacramento del Matrimonio es indisoluble
La segunda parte reafirma la indisolubilidad del Matrimonio sacramental y, al mismo tiempo, recuerda que la Iglesia debe ‘acompañar’ los momentos de sufrimiento conyugal, con una óptica de misericordia, que no le quita nada a la verdad de la Fe. Todos tienen necesidad de dar y de recibir misericordia; se lee luego, en la tercera parte, y algunos piden que también la Iglesia demuestre una actitud análoga hacia los que han roto la unión. El Instrumentum recuerda también un punto clave de la Relatio Synodi, es decir, el de los casos de Nulidad matrimonial. En lo que se refiere a la gratuidad de los procedimientos de reconocimiento de la misma Nulidad, se registra un amplio consenso. Sobre la doble sentencia conforme, hay amplia convergencia sobre su superación, al tiempo que no recibe un consenso unánime la idea de un procedimiento administrativo, bajo la responsabilidad de un Obispo diocesano.

Repensar las formas de exclusión litúrgico-pastorales de los divorciados vueltos a casar
En lo que se refiere, en particular, a los divorciados civilmente vueltos a casar, se desea una reflexión sobre la oportunidad de dejar caer las formas de exclusión, que se practican en la actualidad, en ámbito litúrgico-pastoral, educativo y caritativo, porque estos fieles no están fuera de la Iglesia. Sin embargo, se señala que los caminos de integración pastoral deben estar precedidos por un discernimiento oportuno y se deben realizar según una ley de gradualidad, en el respeto de la maduración de las conciencias.
Sobre el acceder a la Eucaristía para los divorciados vueltos a casar, el Instrumentum Laboris evidencia el común acuerdo sobre la hipótesis de un camino penitencial, bajo la responsabilidad de un Obispo.
Quedando firme la posición de la Iglesia, contraria al matrimonio entre personas con tendencias homosexuales, se reitera que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, debe ser respetada en su dignidad y acogida con respeto y delicadeza, en la Iglesia y en la sociedad. Por ello se desean proyectos pastorales específicos para personas homosexuales y sus familias.

Que la educación de los hijos se base sobre diferencia sexual
Invitando a valorizar la importancia de la adopción y de la custodia, el documento afirma que la educación de un hijo se debe basar en la diferencia sexual, así como la procreación, porque también ésta se fundamenta en el amor conyugal entre hombre y mujer. El documento culmina recordando el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que dará comienzo el 8 de diciembre de 2015, a la luz del cual se coloca el próximo Sínodo. La Asamblea General Ordinaria será del 4 al 25 de octubre, sobe el tema “La vocación y la misión de la Familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo” (Instrumentum Laboris del Sínodo de los Obispos, 2015).

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¿Qué es el Sínodo?
El Sínodo de los Obispos es una institución permanente, creada por el Papa Pablo VI (15 de septiembre de 1965), en respuesta a los deseos de los Padres del Concilio Vaticano II para mantener vivo el espíritu de colegialidad nacido de la experiencia conciliar.
Etimológicamente hablando, la palabra ‘Sínodo’, derivada de los términos griegos ‘syn’ (que significa ‘juntos’) y ‘hodos’ (que significa “camino”), expresa la idea de “caminar juntos”. Un Sínodo es un encuentro religioso o asamblea en la que unos Obispos, reunidos con el Santo Padre, tienen la oportunidad de intercambiarse mutuamente información y compartir experiencias, con el objetivo común de buscar soluciones pastorales que tengan validez y aplicación universal.
El Sínodo puede ser definido, en términos generales, como una Asamblea de Obispos que representa al Episcopado católico, y tiene como tarea ayudar al Papa en el gobierno de la Iglesia Universal, dándole su consejo.
Aun cuando el Sínodo de los Obispos es una institución de carácter permanente, sus funciones y su concreta colaboración no tienen tal carácter. En otras palabras, el Sínodo de los Obispos se reúne y actúa sólo cuando el Santo Padre considera necesario y oportuno consultar al Episcopado, el cual, durante un encuentro sinodal, expresa su opinión “sobre argumentos de gran importancia y gravedad” (Pablo VI, Discurso a los Cardenales, 24 de junio de 1967). La finalidad de cada Asamblea sinodal es vivir una experiencia de colegialidad entre el Episcopado y el Santo Padre (www.infocatolica.com).
Al término de la Asamblea del Sínodo, el Secretario General supervisa el archivo del material y la redacción del informe sobre el trabajo sinodal, para someterlos al Santo Padre. No existe una norma establecida acerca del documento final resultante de la Asamblea sinodal.

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El Sínodo de los Obispos
La Familia no es un problema, es un misterio que se contempla

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Pbro. Carlos Javier Díaz Vega
Roma, Italia

Para mantener vivo el espíritu de colegialidad –pues en la Iglesia “caminamos juntos”–, el Papa Pablo VI instituyó el Sínodo de los Obispos hace ya 50 años.
A pocos días de que comience la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (del 4 al 25 de octubre), resulta imperativo elevar nuestras oraciones a Dios, pidiendo el éxito espiritual de esta reunión. El tema lo conocemos todos, “La vocación y la misión de la Familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”.

¿Qué podemos esperar del Sínodo de los Obispos?
En primer lugar, esta “espera” ha de ser llena de confianza, porque es una esperanza fundada en Cristo. Los Obispos que participan en este Sínodo tienen una tarea privilegiada, pues se trata de hacer un discernimiento pastoral para valorar la extraordinaria vocación y belleza de la Familia; y es claro que el amor es la vocación y la belleza de la Familia. Entonces caridad conyugal, amor esponsal, fraternidad, vida comunitaria, espíritu de donación y gratuidad, primer anuncio del Evangelio, son elementos de la vocación y la misión del amor familiar. La Iglesia no puede abandonar a sus propios hijos, a ninguno. Por eso, el Sínodo de los Obispos, sin duda, ofrecerá luces para que los cristianos recordemos que la Familia es tiempo/espacio de Santificación.
Cierto, se trata de un Sínodo de los Obispos, participan sólo Obispos. “A ellos corresponde la tarea de ser profetas, testigos y servidores de la esperanza; tienen el deber de infundir confianza y proclamar ante todos las razones de la esperanza cristiana… Sobre todo donde más fuerte es la presión de una cultura inmanentista, donde falta la esperanza y donde la Fe misma es cuestionada” (Pastores Gregis, 3).
Aunque la novedad de los actuales Sínodos es que se ha involucrado también el pueblo de Dios de manera directa, por lo que se han convocado laicos expertos en la materia, pero ellos no tienen derecho a votar.

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El Sínodo y los Medios de Comunicación
Desde el año pasado, los Medios de Comunicación han hablado mucho sobre la agenda temática del Sínodo. No quiero abonar nada al respecto, sino aquellas palabras que el Papa Benedicto XVI pronunció al Clero de Roma en febrero de 2013, en uno de sus últimos discursos antes de hacer efectiva su renuncia. En aquella ocasión, el Papa hablaba a los sacerdotes sobre el Concilio Vaticano II –que él vivió en primera persona y en primera fila–, y casi al final de su discurso, apuntó:
“Estaba el Concilio de los Padres —el verdadero Concilio—, pero estaba también el Concilio de los Medios de Comunicación. Era casi un Concilio aparte, y el mundo percibió el Concilio a través de éstos, a través de los Medios. Así pues, el Concilio inmediatamente eficiente que llegó al pueblo fue el de los Medios, no el de los Padres. Y mientras el Concilio de los Padres se realizaba dentro de la Fe, era un Concilio de la Fe que busca el intellectus, que busca comprenderse y comprender los signos de Dios en aquel momento, que busca responder al desafío de Dios en aquel momento y encontrar en la Palabra de Dios, la Palabra para hoy y para mañana; mientras todo el Concilio —como he dicho— se movía dentro de la Fe, como fides quaerens intellectum, el Concilio de los periodistas no se desarrollaba naturalmente dentro de la Fe, sino dentro de las categorías de los Medios de Comunicación de hoy, es decir, fuera de la Fe, con una hermenéutica distinta. Era una hermenéutica política. Para los Medios de Comunicación, el Concilio era una lucha política, una lucha de poder entre diversas corrientes en la Iglesia. Era obvio que los Medios de Comunicación tomaran partido por aquella parte que les parecía más conforme con su mundo.
“Sabemos en qué medida este Concilio de los medios de comunicación fue accesible a todos. Así, esto era lo dominante, lo más eficiente, y ha provocado tantas calamidades, tantos problemas; realmente tantas miserias: seminarios cerrados, conventos cerrados, liturgia banalizada… y el verdadero Concilio ha tenido dificultad para concretizarse, para realizarse; el Concilio virtual era más fuerte que el Concilio real… Me parece que, 50 años después del Concilio, vemos cómo este Concilio virtual se rompe, se pierde, y aparece el verdadero Concilio con toda su fuerza espiritual… El Señor vence”.
Son estas palabras sabias de un gran pensador de los siglos XX y XXI que vale la pena atender y entender.
Existe el riesgo de que en octubre nos topemos con dos Sínodos, el de los Obispos –el verdadero–, pero también el de los Medios de Comunicación. Comprendamos, pues, que la confrontación no es conflicto, que no hay combate porque no hay adversarios; en el Sínodo de los Obispos resalta el respeto, la lealtad y la humildad, que son la base del diálogo. Se trabaja en comunión y el garante de esta comunión es el Santo Padre.
El Sínodo es el lugar en que se escucha al Espíritu Santo y al hermano. Es el Papa Francisco, quien últimamente ha dado un gran servicio a la Iglesia y a la Doctrina Cristiana sobre la Familia con sus catequesis de los miércoles durante las audiencias públicas, iniciadas en noviembre pasado; él ya ofreció, pues, una orientación precisa, aunque de ello poco han hablado los Medios.

Los temas a tratar
Los contenidos que se analizarán en el Sínodo de los Obispos fueron publicados en el Instrumento de trabajo. Éste se divide en tres partes:
1. Los desafíos de la Familia (en su contexto antropológico-cultural, socio-económico, la inclusión y la afectividad).
2. La vocación Familiar (Familia y pedagogía divina, vida de la Iglesia, camino hacia la plenitud).
3. La misión de la Familia (evangelización, formación, acompañamiento eclesial, generatividad y educación).
En la reciente Encíclica Laudato si’, el Papa escribió: “El mundo es algo más que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa alabanza”. Creo que exactamente lo mismo se debe decir, pensar, juzgar y hacer de y por la familia.
La Familia no es un problema, es un misterio a contemplar.

¿Quiénes están convocados a participar en la Asamblea del Sínodo de los Obispos?
A la cita acudirán representantes de 114 Conferencias Episcopales de los cinco Continentes (44 de África, 43 de América, 25 de Asia, 47 de Europa y 5 de Oceanía). En total, más de 164 Obispos de todo el mundo, y poco más de 400 personas entre asistentes, colaboradores, oyentes y delegados compartirán reflexiones, experiencias, propuestas durante las tres semanas que durará el Sínodo de los Obispos.
Son el Cardenal José Francisco Robles Ortega (Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano), el Cardenal Norberto Rivera Carrera (Arzobispo de México), Mons. Rodrigo Aguilar Martínez (Obispo de Tehuacán) y Mons. Alfonso Miranda Guardiola (Obispo Auxiliar de Monterrey), los representantes de los Obispos mexicanos en el Sínodo.
Además, por invitación expresa del Santo Padre, otros tres Obispos mexicanos fueron considerados, a saber: el Cardenal Alberto Suárez Inda (Arzobispo de Morelia), Mons. Carlos Aguiar Retes (Obispo de Tlalnepantla) y Mons. Alonso Garza Treviño (Obispo de Piedras Negras). Como oyentes, participan también, representando a México, la pareja de esposos Gertrudis Rubio y Andrés Galindo López. Por último, como asistentes de la Secretaría General del Sínodo, los Sacerdotes mexicanos César García Salazar (Arquidiócesis de Guadalajara), Edgar Estrada, Javier Gaxiola y Luis Ramírez.
Es ya sabido que en el Sínodo no se toman decisiones, sino que se ora, se convive, se estudia, se analiza, se escucha, se propone.

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Anteriores Asambleas

PONTIFICADO DE PABLO VI
I Asamblea General Ordinaria
Tema: “Preservación y fortalecimiento de la Fe católica, su integridad, su fuerza, su desarrollo, su coherencia doctrinal e histórica”.
Fecha: 29 de septiembre-29 de octubre de 1967.
II Asamblea General Ordinaria
Tema: “El sacerdocio ministerial y la justicia en el mundo”.
Fecha: 30 de septiembre-6 de noviembre de 1971.
III Asamblea General Ordinaria
Tema: “La evangelización en el mundo moderno”.
Fecha: 27 de septiembre-26 de octubre de 1974.
Exhortación Apostólica Postsinodal: Evangelii nuntiandi (18 de diciembre de 1975).

PONTIFICADO DE JUAN PABLO II
IV Asamblea General Ordinaria
Tema: “El Catecismo de nuestro tiempo”.
Fecha: 30 de septiembre-29 de octubre de 1977.
Exhortación Apostólica Postsinodal: Catechesi tradendae (16 de octubre de 1979).
V Asamblea General Ordinaria
Tema: “La familia cristiana”.
Fecha: 26 de septiembre-25 de octubre de 1980.
Exhortación Apostólica Postsinodal: Familiaris Consortio (22 de noviembre de 1981).
VI Asamblea General Ordinaria
Tema: “La penitencia y el perdón en la misión de la Iglesia”.
Fecha: 29 de septiembre-29 de octubre de 1983.
Exhortación Apostólica Postsinodal: Reconciliatio et paenitentia (2 de diciembre de 1984).
VII Asamblea General Ordinaria
Tema: “La vocación y la misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo”.
Fecha: 1-30 de octubre de 1987.
Exhortación Apostólica Postsinodal: Christifideles Laici (30 de diciembre de 1988).
VIII Asamblea General Ordinaria
Tema: “La formación de los Sacerdotes en las circunstancias actuales”.
Fecha: 30 de septiembre-28 de octubre de 1990.
Exhortación Apostólica Postsinodal: Pastores dabo vobis (25 de marzo de 1992).
IX Asamblea General Ordinaria
Tema: “La vida consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo”.
Fecha: 2-9 de octubre de 1994.
Exhortación Apostólica Postsinodal: Vita Consacrata (25 marzo de 1996).
X Asamblea General Ordinaria
Tema: “El Obispo: servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo”.
Fecha: 30 de septiembre-27 de octubre de 2001.
Exhortación Apostólica Postsinodal: Pastores Gregis (16 de octubre de 2003).

PONTIFICADO
DE BENEDICTO XVI
XI Asamblea General Ordinaria
Tema: “La Eucaristía: fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia”.
Fecha: 2-23 de octubre de 2005.
Exhortación Apostólica Postsinodal: Sacramentum Caritatis (22 de febrero de 2007).
XII Asamblea General Ordinaria
Tema: “La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”.
Fecha: 5-26 de octubre 2008.
Exhortación Apostólica Postsinodal: Verbum Domini (30 de septiembre de 2010).
XIII Asamblea General Ordinaria
Tema: “La Nueva Evangelización para la transmisión de la Fe cristiana”.
Fecha: 7-28 de octubre de 2012.
Exhortación Apostólica Postsinodal (del Papa Francisco): Evangelii Gaudium.

PONTIFICADO DE FRANCISCO
III Asamblea General
Extraordinaria
Tema: “Los desafíos pastorales de la Familia en el contexto de la Evangelización”.
Fecha: 5-19 de octubre de 2013.
XIV Asamblea General
Ordinaria
Tema: “La vocación y la misión de la Familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”.
Fecha: 4-25 de octubre de 2015.

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