En el Polo Norte

En la mira de los mexicanos

Glaciares y calentamiento global

Pbro. Alberto Ávila Rodríguez

La Humanidad es, por definición, una Sociedad trashumante; desde todos los siglos ha venido buscando un hábitat mejor, tierras, bosques, mares, ríos; un rincón en dónde poder vivir; un espacio para trabajar, para disfrutar, para establecer ciudades, para mejorar la educación, para crear fuentes de trabajo, para impulsar el comercio.

En este sentido, muchos son los que emigran en procuración de una vida con mayor decoro. Personas mexicanas han tenido la oportunidad de viajar por motivos laborales hasta los Glaciares de Alaska, y al mismo tiempo conocer las maravillas de los bosques y llegar hasta lugares de una belleza y limpieza inigualables, que para una buena mayoría de nosotros son desconocidos.

Por ejemplo, migrantes de Nayarit, en particular de La Yesca, y de Amatlán de Cañas, están viviendo ahora esta experiencia de trabajo, así como la ocasión de descubrir y admirar puntos deslumbrantes de montañas, ríos, mares, glaciares. Allá les han ofrecido, además de faenas remuneradas, educación, en el sentido de cuidar la ecología para atemperar las terribles consecuencias del cambio climático.

Naturaleza plena de belleza
Hoy existe una preocupación a nivel mundial por los daños que estamos causando los seres humanos al medio ambiente y ocasionando acelerar el cambio climatológico. Es un tema que atañe a la ecología, a la destrucción de enormes maravillas de la Creación; pero, sobre todo, al daño irreversible al hábitat humano y animal de toda la Tierra.

Se ha advertido con alarma, pero con suficientes fundamentos científicos, que en pocos años el volumen de los mares ascenderá hasta un metro, lo que significa un enorme deterioro y afectación muy importante al entorno en donde vive una porción muy significativa de seres humanos. Y hay más preguntas que respuestas; unas, obligadas, y otras, inciertas. ¿Podemos retrasar, detener, impedir este deterioro del Planeta Tierra? ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo nos afectará?

Muchas escuelas de distintos niveles han comenzado a impartir educación en esta línea para concientizar a la raza humana y poder resguardar mejor este mundo que desde el primer día de la Creación recibimos, a fin de organizar, disfrutar y dominar la Tierra.

Veamos algunos ejemplos gráficos de la belleza y el deterioro de alarma preventiva y de esperanza que se construye. En estas fotos que aquí presentamos, podemos observar el Parque Nacional de Estados Unidos y la Reserva de la Bahía de los Glaciares. Se localiza en la Costa del Océano Pacífico de Alaska.

Operan barcos-cruceros para conocer la Bahía de los Glaciares, y la travesía comienza cuando se zarpa de Vancouver (Columbia Británica), Canadá, para navegar luego por el mar y visitar los poblados de Ketchikan, Juneau y Skagway, todos de Alaska, para de ahí dar el paso al Parque Nacional Bahía de los Glaciares. La única forma de llegar a este Parque es en avioneta o en crucero, ya que el acceso por carretera es imposible.

En total, son unos nueve glaciares en la zona, y de cuatro de ellos se desprenden constantemente bloques de hielo en forma de icebergs. Uno de los más famosos es el Glaciar Muir, aunque actualmente se encuentra en retroceso, por lo que los más de 300,000 visitantes al año se llevan la imagen del Glaciar Margerie y el Lamplugh.

¿Será hoy tiempo de llorar, de prevenir o de seguir destruyendo? ¿O será hora de educarnos en el cuidado y preservación de nuestra Tierra?…