jueves, 8 de mayo de 2014

Expresiones características de su Pontificado

El modo de hablar de Francisco


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Con ocasión del primer aniversario de la elección de Francisco, hace casi dos meses, el 13 de marzo, y del inicio formal de su pontificado, que fue el Día de la Festividad de San José, presento una colección de expresiones que lo han dado a conocer de una manera peculiar:

- No sean nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo.

- Los jóvenes deben decir al mundo: “Es bueno seguir a Jesús; ir con Jesús; es bueno el Mensaje de Jesús; es bueno salir de uno mismo, a las periferias del mundo y de la existencia, para llevar a Jesús”.

- Les pido ser pastores con “olor a oveja”; que eso se note.

- Dios te espera precisamente a ti; te pide sólo el valor de regresar a Él.

- Para Dios no somos números; somos lo más importante que tiene. Aun siendo pecadores, somos lo que más le importa.

- La vida de los cristianos dormidos es una vida triste, no es una vida feliz.

- Seremos juzgados por Dios según la caridad, según como lo hayamos amado en nuestros hermanos, especialmente los débiles y necesitados.

- Hay que ser valientes para ir contra corriente y Él nos dará esta fuerza.

- Apuesten por los grandes ideales, por las cosas grandes. Los cristianos no hemos sido elegidos por el Señor para pequeñeces.

- Hemos de ir siempre más allá, hacia las cosas grandes. Jóvenes, pongan en juego su vida por grandes ideales.

- No hablar tanto, sino hablar con toda la vida: ¡precisamente la coherencia de vida!

- Vivir el Evangelio es la principal contribución que podemos dar. La Iglesia no es un movimiento político. No somos una ONG.

- Prefiero mil veces una Iglesia que haya tenido un accidente, que una Iglesia enferma por encerrarse.

- No podemos volvernos cristianos almidonados, esos demasiado educados, que hablan de cosas teológicas mientras se toman el té tranquilos. Debemos ser cristianos valientes e ir a buscar a quienes son precisamente la carne de Cristo.

- Nuestro Dios no es un dios “spray”; es concreto. No es un abstracto, sino que tiene un nombre: Dios es Amor.

- No tengan miedo de los fracasos, de las caídas. Lo que importa no es no caer, sino no quedarse caídos. Levantarse inmediatamente y seguir andando.

- Un cristiano, si no es revolucionario, en este tiempo, ¡no es cristiano! Debe ser revolucionario por la Gracia que el Padre nos da a través de Jesucristo Crucificado, Muerto y Resucitado, porque cambia el corazón.

- Predicamos el Evangelio con el ejemplo, después con las palabras. Es en nuestra vida donde los otros deben leer el Evangelio.

- Pidamos al Señor la Gracia de llorar por nuestra indiferencia, por la crueldad que hay en el mundo, en nosotros, también en aquellos que en el anonimato toman decisiones socio-económicas que hacen posible dramas como éste.

- Por favor, no tomen licuado de fe. La Fe es entera, no se licúa. Es la Fe en el Hijo de Dios hecho hombre, que me amó y murió por mí.

- Atrévanse a ir contra corriente. Y atrévanse también a ser felices.

- Una Iglesia sin mujeres es como un Colegio Apostólico sin María.

- También a nosotros nos hará bien preguntarnos: ¿Soy yo el guardián de mi hermano? Ser persona humana significa ser guardianes los unos de los otros.

- Dios no se cansa nunca de perdonar; somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su Misericordia.

- ¡Atención a la tentación de la envidia! Pidamos la Gracia de alegrarnos con los frutos ajenos, que son de todos.

- ¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora!

- El triunfo cristiano es siempre una Cruz; pero una Cruz que, al mismo tiempo, es bandera de victoria, que se lleva con una ternura combativa ante los embates del Mal.

- ¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!

- La confianza en el Señor: ésta es la clave del éxito en la vida.

- La fuerza de la Iglesia no está en ella misma y en su capacidad de organización, sino que se oculta en las aguas profundas de Dios, aguas que agitan nuestros deseos, y los deseos ensanchan el corazón.

- La Fe no es un refugio para gente pusilánime, sino que ensancha la vida.

- Si amamos a Dios y a los hermanos, caminamos en la Luz; pero si nuestro corazón se cierra, entonces las tinieblas nos rodean por dentro y por fuera.

- Pon Fe, y tu vida tendrá un sabor nuevo y una brújula que te indicará la dirección; pon Esperanza, y cada día de tu vida estará iluminado y tu horizonte no será ya oscuro, sino luminoso; pon Amor, y tu existencia será como una casa construida sobre roca; tu camino será gozoso, porque encontrarás tantos amigos que caminan contigo.


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