jueves, 22 de mayo de 2014

El Papa y los Obispos mexicanos

La alegría es contagiosa


Pbro. Carlos Javier Díaz Vega

Roma, Italia


Guadalajara



CRISTO ES LA PIEDRA ANGULAR DE LA IGLESIA…

“El encuentro con el Vicario de Cristo fue, de verdad, extraordinario. Estaba previsto que la reunión con el Papa Francisco fuera de una hora, pero él mismo nos mandó citar media hora antes para escucharnos más tiempo. Estuvo muy atento a todo lo que decía cada Obispo; se interesó mucho en los temas de familia, catequesis, sacerdocio y vocaciones”, comentó Monseñor José Leopoldo González González, Obispo Auxiliar de Guadalajara, al referirse a la Visita que efectuó el primer Grupo de Obispos mexicanos al Santo Padre el lunes 12 de mayo.

Sus palabras, pero sobre todo su actitud de escucha, fue lo que más impactó a los Prelados. “El Papa se mostró alegre, y lo primero que nos dijo fue: Qué bueno que hoy no necesito quién me traduzca; estoy muy contento de que estén aquí; ustedes son los primeros Obispos del Continente Americano que recibo en Visita Ad Limina y me siento muy feliz por recibir a México, porque sé que en México se está bien”, continuó platicando Monseñor González.

“Ya de frente a él, le agradecí su testimonio y su gran entereza en la pretensión de reformar la Curia Romana: Santidad, estamos rezando mucho por Usted; yo trabajé ocho años en la Curia Romana y sé que deben transformarse varias cosas, le dije. Y él me respondió: Sigan rezando por mí”, añadió don Leopoldo.

“Al entrar en los Palacios Apostólicos uno se sorprende al ver tanta formalidad, lo cual es normal. Pero en cuanto entró el Papa Francisco, nos sentimos en familia, nos saludó alegremente, sonrió muchas veces, y en algunas ocasiones hasta se carcajeó. Ésa es una alegría que contagia…”, expuso nuestro entrevistado.

“Con respecto a su viaje a Tierra Santa, pude comentarle al Papa que ese acontecimiento será muy importante; las personas están expectantes de sus palabras y sus gestos. Vamos a rezar mucho por Usted, pues queremos que le vaya bien en ese viaje, alcancé a decirle antes de dejar la sala”.


…Y EN ARMONÍA CON ÉL, LA COMUNIDAD EDIFICA EL REINO

Durante tres semanas -del 12 al 31 de mayo- los Obispos mexicanos, seccionados en tres Grupos, realizan la Visita Ad Limina Apostolorum en la Santa Sede, donde veneran los Sepulcros de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, se encuentran con el Papa Francisco y visitan los diversos Dicasterios u Oficinas de la Curia Romana. Es la Visita de nuestras Iglesias particulares al sucesor de Pedro. En este diálogo con el Papa se alentará e iluminará el camino de nuestras Diócesis mexicanas. Dichas Visitas manifiestan y reafirman la comunión entre los Obispos de todo el mundo y el Obispo de Roma; es comunión de Fe, de Sacramentos, de Ley del Amor y de Oración.

Constituye un momento muy importante para la vida de cada Diócesis. Los encuentros fraternos con el Romano Pontífice y sus más estrechos Colaboradores de la Curia Romana, ofrecen a cada Obispo una ocasión privilegiada no sólo para hacer presente la situación de su propia Diócesis y sus expectativas, sino también para obtener mayores informaciones sobre las esperanzas, alegrías y dificultades de la Iglesia Universal, así como recibir oportunos consejos y directrices en torno a los problemas de la propia feligresía.

“El lunes 19 de mayo fue el día vértice de la Visita Ad Limina Apostolorum, pues a las 12.30 horas, en la Sala Clementina, el Sumo Pontífice recibió a los más de 75 Obispos mexicanos presentes en Roma, dispuesto a darnos el Mensaje oficial a la Iglesia de Dios que peregrina en México.

“Por cierto, el Papa está muy bien enterado de la situación religiosa, moral, social y política de nuestro país; los consejos que nos ofreció no deben quedar en letra muerta”, concluyó el Obispo Leopoldo González.


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