Eco papal en nuestro Continente
“El 13 de mayo pasado, a los pies de la Santísima Virgen Nuestra Señora de Aparecida, en Brasil, he inaugurado, con gran gozo, la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, CELAM V. Conservo el grato recuerdo de dicho Encuentro en el que he estado (nótese la ausencia del anterior ‘nos’ mayestático) unido con vosotros en el mismo afecto por vuestros queridos Pueblos (toda nuestra América), y con la misma solicitud por ayudarles a ser ‘Discípulos y Misioneros de Jesucristo’ para que en Él tengan vida” (Cfr. Carta de S.S. Benedicto XVI a los ‘hermanos en el Episcopado de América Latina y del Caribe’. Ciudad del Vaticano).
Y ya el mismo 13 de mayo de 2007, en la Sesión Inaugural, en el Salón de Conferencias del Santuario de Aparecida, para los trabajos de la V Conferencia del CELAM, reiteró: “Es motivo de gran alegría (con sabor del Papa Francisco ya hoy día) estar con vosotros”. Discurso vertebral que terminaría con aquel punto 6°: ‘Quédate con nosotros’, de los dos discípulos de Emaús (Lc. 24,29). Y la invocación paternal y papal, pletórica de Fe y confianza a Nuestra Señora: “Al concluir mi permanencia entre vosotros, deseo invocar la protección de la Madre de Dios y Madre de la Iglesia sobre vuestras personas y sobre toda América Latina y del Caribe. Imploro, de modo especial, a Nuestra Señora, bajo la advocación de Guadalupe, Emperatriz y Patrona de América, y a Ella en su advocación aquí, de Aparecida, Patrona de Brasil, para que os acompañe en vuestra hermosa y exigente (¡qué calificativos!), labor pastoral. A Ella confío el Pueblo de Dios en esta etapa del Tercer Milenio cristiano…” ¡Vaya Legado!
Y ya han pasado siete fecundos y, a veces, decisivos años. Merecen nuestra consignación en Bitácora, como un eco de la Canonización de San Juan XXIII y de San Juan Pablo II, recién vivida en Roma. Nuestros párrafos iniciales del 27 de abril, y de hoy, 11 de mayo, han querido resaltarlo en su lazo, eco, de Mensaje Papal. Eco primordial, también, de la Exhortación “Ecclessia in America”, de Juan Pablo II en 1999.
I-LOS DIEZ CAPÍTULOS VERTEBRALES DEL DOCUMENTO DE APARECIDA
Explayados en las tres grandes partes del Documento, puntualizan, y en verdad son eco, de la voz y presencia de los Padres asistentes, en y para nuestra América. El esquema habla por sí mismo.
Primera Parte: La vida de nuestros pueblos, hoy: (Y ¡vaya si podemos retratar ese hoy con todos los sacudimientos actuales en México, en Venezuela, en Argentina! Los Capítulos son dos: 1° Los discípulos, sí, pero misioneros. 2° La mirada de los discípulos-misioneros sobre la realidad, hasta en su dimensión socio-política, insiste el Documento.
Segunda parte: La Vida de Jesucristo en los discípulos-misioneros. En cuatro Capítulos. 3° La alegría de ser discípulos y misioneros para anunciar el Evangelio de Jesucristo. (Y nos parece escuchar el eco y la tónica alegre del Papa Francisco, quien vivió Aparecida). 4° La vocación de los discípulos-misioneros a la santidad. Y ahí, en Aparecida, Benedicto XVI canonizó a Fray Galvao, con toda su proyección y ejemplo para América. 5° La comunión de los discípulos-misioneros en la Iglesia, y con vocaciones específicas. (Cfr. 184). 6º El Itinerario Formativo de los discípulos-misioneros. Su espiritualidad trinitaria y su proceso de formación. La iniciación cristiana y la catequesis permanente. Puntos programáticos por vivir y por cumplir hoy, con el Papa Francisco, bajo la bendición de San Juan XXIII, el Papa Bueno, y el ímpetu misionero de San Juan Pablo II.
Tercera parte: La Vida de Nuestro Señor Jesucristo para nuestros Pueblos: 7° La misión de los discípulos (nosotros todos), al servicio de la vida plena (vida nueva en Cristo). La conversión pastoral. 8° El Reino de Dios y la promoción de la dignidad humana (¡qué enfoque más eficaz!). 9° Familia: personas y vida. La cultura de la vida: proclamación y defensa. 10° Nuestros pueblos y la cultura. La Pastoral de la Comunicación Social. (Para nosotros, en Semanario) Nuestros Areópagos, en verdad. La Pastoral Urbana. La integración de los indígenas y los afroamericanos.
Conclusión del Documento: Eco y resonancia de las Canonizaciones recientes: Jesús, Camino, Verdad y Vida. Hacia un Continente de la vida, del amor y de la paz. ¡Qué motivación para nuestra modesta y ambiciosa tarea, al servicio del Reino de Dios en Evangelización, Catequesis y Formación!
No podíamos dejar de sellar con este broche de Aparecida y Benedicto XVI, a siete años, como eco y resonancia a la vez, de nuestras recientes experiencias de las Canonizaciones con el Papa Francisco.
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