jueves, 15 de mayo de 2014

La Iglesia de la ONU

ban ki-moon y benedicto xvi


Es de saberse que hay también otra congregación, pero es la de los perversos (Salmo 25,5): “Odio la iglesia de los perversos” (Santo Tomás de Aquino).


Germán Orozco Mora


Entre 2011 y 2012, el Papa Benedicto XVI cesó a alrededor de 400 sacerdotes por cometer abusos contra menores; de ahí que, según apuntara el Cardenal Arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega: “La Iglesia sí está tomando y ha tomado medidas muy concretas para evitar estos abusos y para fomentar la protección a la infancia”.

Curiosamente, en la proximidad de la Canonización de los Sumos Pontífices Juan XIII y Juan Pablo II, el Comité de los Derechos del Niño, de la ONU, que impulsa el crimen del aborto en todo el mundo, determinó que el pontificado del Papa Wojtyla “propició muchos abusos sexuales contra menores de edad, al encubrir y proteger sistemáticamente a sacerdotes pederastas que delinquieron en la más absoluta impunidad”.

Así como es evidente que la traición del Apóstol Judas Iscariote (uno de los doce, no los doce) no obstaculizó el desarrollo del Reino de Dios en la Tierra durante los últimos 20 siglos, tampoco cabría señalar que si el 0.01 % de los más de cien mil Sacerdotes que hay en el mundo han traicionado a Cristo en el sacerdocio abusando de menores, con esto hayan sido capaces de obstruir los Planes de Dios a través de la Iglesia Católica.

Y, si se hablase con sinceridad, como ya lo ha referido también el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, Arzobispo Emérito de Guadalajara, ciertamente este problema es mucho más grave fuera de la Iglesia Católica, de lo cual, sin embargo, poco se habla, ni se amplifica tan escandalosamente en los Medios de Comunicación como cuando de Sacerdotes se trata. Esto, desde luego, en nada justifica el mal comportamiento de estos pederastas, los cuales en fechas recientes están ya siendo juzgados por Tribunales Civiles, además de expulsados del estado clerical.


LOS MARCOS DE REFERENCIA

Es irracional pensar que el Papa Juan Pablo II, o cualquier otro Pontífice, pudiese tener un conocimiento directo del comportamiento no ya de los más de mil 200 millones de católicos, sino de los más de cien mil miembros del Clero y de la Vida Consagrada, esparcidos por todo el mundo. Si en ocasiones ni los mismos Obispos locales alcanzan a conocer el comportamiento del Presbiterio de su propia Diócesis, mucho menos posible que el Santo Padre sepa de la manera de actuar de cada uno de ellos dentro de la Iglesia Universal.

Pero, eso sí, el Comité de los Derechos del Niño, de la Organización de las Naciones Unidas (UNICEF-ONU), el mismo que, lo reitero, promueve el asesinato de niños en toda la Tierra a través del crimen del aborto, se dice “sumamente preocupado de que la Santa Sede no haya reconocido las dimensiones de los crímenes cometidos y no haya tomado las medidas necesarias…” En tanto que, citando de nuevo al Cardenal Robles Ortega, Presidente del Episcopado Mexicano, advirtió que “profundos analistas han señalado que la ONU se está valiendo del comportamiento de algunos Eclesiásticos (0.01 %) en relación al abuso de menores, para llevar a otros terrenos su intervención contra la Iglesia”.

Cuando un sacerdote tiene problemas de pederastia, explicaba el Cardenal Robles: “se le cesa definitivamente, y a la vez, la Iglesia informa a la familia de las víctimas sobre el derecho que tiene de llevar su caso ante las Autoridades correspondientes”.

La ONU, que recibió por primera vez a un Papa, Paulo VI, el 4 de octubre de 1965, en su sede de Estados Unidos, “pareciera que hoy pretende imponer a la Iglesia un replanteamiento de toda su Doctrina, para corregirle su visión que tiene sobre la dignidad humana y para entrometerse en la libertad religiosa. Esto es muy serio, es muy grave, pero no es extraño -según advertía el Arzobispo de Guadalajara- porque la única Institución que siempre ha criticado a la ONU respecto a sus políticas abortistas, respecto a sus ataques contra la institución familiar, respecto a su impulso a favor de los ´matrimonios´ homosexuales y a la pérdida de la moralidad en la vida en general, ha sido siempre la Iglesia Católica”.


EL ABC DE LA ONU

Entre los propósitos y principios de las Naciones Unidas, destaca éste: “Ninguna disposición de la Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados”. Y en este orden, El Vaticano es un Estado independiente. No sólo en el orden espiritual o eclesial, sino temporal, desde el Concordato de Letrán.

“Total, si callan malo; si hablan, malo. Entonces, habría que dejar que las víctimas se manifestasen y que acudiesen a los medios que están a su alcance para que se les haga justicia”, añadió el mencionado Presidente del Episcopado Mexicano.

El 4 de octubre de 1965, en el Templo de la Sagrada Familia, de la Calle 47 de Nueva York, Paulo VI se convirtió en el primer Pontífice en visitar América, y en especial la Sede Internacional de la ONU. Y ahí, en un espacio calificado como “La Iglesia de las Naciones Unidas”, el Papa sostuvo un encuentro de 25 minutos con 120 líderes de la Iglesia Católica, miembros de la Comunidad Judía y representantes de las Iglesias Protestantes. Y a 20 años de la fundación de la ONU y del fin de la II Guerra Mundial y del holocausto nazi, el saludo del Papa a sus interlocutores fue en hebreo, diciendo: “Shalom”, que significa: Paz.


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