EDITORIAL
Matar cachorros, matar bebés, ¿qué preocupa más?
Las inquietudes sociales y el sentido humano, corona del Universo, ¿dónde han quedado? ¿Estamos al borde de un humanismo en conflicto y decadencia? Muerte a cachorros: cataclismo social. Muerte a bebés: celebración de un “derecho” que nos concede la Ley. ¿Son éstas las nuevas fronteras del humanismo?
El pensamiento financiero-ultra-desarrollista y el verdadero humanismo, ¿son una disyuntiva irreconciliable? Decía la Madre Teresa de Calcuta: “El aborto mata la paz del mundo… Es el peor enemigo de la paz, porque si una madre es capaz de destruir a su propio hijo, ¿qué me impide matarte? ¿Qué te impide matarme? Ya no queda ningún impedimento…”
La diversidad de pensamiento y de opinión es válida y hasta necesaria en todos los conglomerados humanos. Sin embargo, las divergencias pueden llevarnos a la catástrofe o a un verdadero humanismo, según las preocupaciones nos importen. En la plática de ocasión, en donde se reúne gente diversa, salen con espontaneidad temas de toda índole. El abanico de problemas trae sus novedades: la miscelánea de los noticieros da oportunidad de abordar, con presunción de conocimiento, los asuntos más disparatados. El tema de actualidad: la matanza de los perritos en una Colonia de Zapopan.
¡La que se armó por la desgracia del siglo! Y más, cuando alguien dijo: “Mientras un ser humano padezca hambre no podemos presumir de alimentar y consentir perritos”. Y luego: “Es que todos tenemos un perrito para no sentirnos solos y tener calor humano”… ¿Será?
Así se comentó en las Redes: ¿Una multa? ¿Sólo eso?; ¡Que lo metan a la cárcel, y diez años por cada perrito, mínimo; “…Que lo quemen vivo!”; “…Que le den una paliza”; “¡Es mala influencia para sus hijas!”; “Sólo un psicópata realiza este tipo de cosas”; “Pobres perritos…” Y, ¿acerca de matar miles de bebés en el vientre materno? (abortar): “Es un derecho que nos otorgan las Leyes y sobre el cual cada quien podemos decidir”. La gente cuerda diría: “No hay comparación”.
Sin embargo, los Diputados “gastan la pólvora en infiernitos”. Por ejemplo: a este respecto, ya muchos ciudadanos han exhortado a los miembros del Congreso de Jalisco a no retrasar más la aprobación de la Iniciativa en la que se contempla incluir en el Código Penal el maltrato hacia los animales…. Ya hay 7,000 firmas recabadas que solicitan la promulgación inmediata de esta modificación legal. El exhorto proviene de la indignación popular en contra de la matanza de los cachorritos. Tras el incidente, la discusión en la palestra pública, incitada por los Medios de Comunicación, es comidilla de la sobras del tiempo… cuando por contraparte, la defensa del no-nacido descansa en el limbo de las Leyes.
Y ¿qué dice la voz valiente del Papa?: “La Iglesia quiere cuidar con predilección a “los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo. Frecuentemente, para ridiculizar alegremente la defensa que la Iglesia hace de sus vidas, se procura presentar su postura como algo ideológico, oscurantista y conservador. Sin embargo, esta defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano” (E.G., 213).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario