jueves, 22 de mayo de 2014

La Zapopana salió de su casa

Mónica Livier Alcalá Gómez


Como cada año, la Virgen de Zapopan se preparó para salir a su tradicional visita a las Parroquias de la Arquidiócesis de Guadalajara, que siempre la esperan y reciben con muestras de entusiasmo y de Fe.

En punto de las tres de la tarde del martes 20 de mayo, dio inicio la Eucaristía en su Basílica, donde fue acompañada por fieles devotos y su Guardia de Honor. Al término, la Virgen Peregrina pasó revista a sus Tropas, cuyos integrantes, además de presentarse ante Ella con respeto, aprovecharon la cercanía de la “Virgencita” cuando pasó a su lado para orar, tocarla y encomendarse a su protección. Muchos de ellos, a pesar de los años de seguirla tan de cerca, continúan emocionándose y en sus rostros -tanto de hombres, como de mujeres-, algunos ya cargados de años y experiencia, no faltaron las lágrimas.

Luego, tras el Canto de la “Salve”, la Virgen dejó su casa y se dirigió a su primer destino: La Parroquia del Dulce Nombre de María, en Arenales Tapatíos, al Sur del Área Metropolitana y cerca del Cerro del Colli.

Además de su escolta, una multitud de fieles se agolpó para acompañarla hasta el Arco de entrada a Zapopan, donde sería despedida. Numerosas personas, aunque no esperaban el paso de la Generala, contentas se sumaron a la festiva Peregrinación.

Finalmente “La Chaparrita” partió; la despidieron sus Custodios, los Frailes Franciscanos, acompañada por su Guardia fiel y esperada por bastantes fieles, que al igual que en su visita inicial, lo harán sin duda, como cada año, en todas y cada una de las Parroquias y Templos programados en su itinerario, hasta que sea regresada a su Santuario, el 12 de octubre.


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