A la vera de la Virgen de Zapopan
Pbro. Óscar Maldonado Villalpando
Como antaño, como cuando éramos jóvenes, cuando íbamos a dar gracias al terminar los exámenes de cada año de estudios en el Seminario, así ahora, el martes 22 de abril, Sacerdotes y ex alumnos Laicos acudimos a la Basílica de Nuestra Señora de Zapopan para hacer una pausa en el camino y mostrar nuestra gratitud, por su cariñoso amparo, a la Santísima Virgen.
Esta Generación, que iniciara el 11 de noviembre de 1961 sus estudios y que concluyera su trayecto formativo con la Ordenación Sacerdotal el 18 de abril de 1976, ahora, al cumplir 38 años de brega en la Viña del Señor, se reunió, como queda dicho, el día 22, para dar gracias, pues no fue posible hacerlo el 18 por ser Viernes Santo.
La Misa en la Basílica Zapopana fue a las 12 horas con la participación de 12 Sacerdotes, como los Apóstoles, representando tanto a la Diócesis de Guadalajara como a la de San Juan de los Lagos. Presidió la Eucaristía el señor Cura Salvador Serrano Avelar, como anfitrión; y concelebraron los señores Curas José Guadalupe Dueñas Gómez, Felipe Alba Romo, Daniel Contreras Orozco, Enrique Orozco Benítez, Antonio Olmedo Hernández, Antonio Olivos Sepúlveda, Pedro Ruiz Navarro, así como los Padres Miguel Ángel Pérez Magaña, Jorge Ibarra Cervantes, Óscar Maldonado Villalpando y J. Jesús Gutiérrez Jiménez.
Abundante número de familiares de los Sacerdotes, que tan de cerca vivieron y acompañaron su formación durante la vida del Seminario, como lo hacen ahora con su quehacer sacerdotal, también participaron gustosos, de la misma manera que lo hicieron ex alumnos Laicos, algunos de San Juan de los Lagos y de esta ciudad, con sus familias. Todos, unidos a favor del Ministerio Sacerdotal.
El señor Cura José Guadalupe Dueñas, Párroco del Santuario de Guadalupe, en forma clara y emotiva, expresó el sentir de esta trascendente celebración. Luego de la Misa, el señor Cura Salvador Serrano invitó a todos los asistentes a disfrutar de un fraternal convivio que fue servido en la Casa de Pastoral, a corta distancia del Templo Parroquial de San Pedro, que fue amablemente atendido por un grupo de Laicos y amenizado por un conjunto musical, y el Señor Cura Felipe Alba, como es tradición, deleitó a la concurrencia con canciones graciosamente actuadas.
En medio de los problemáticos escenarios pastorales y los retos de la hora presente, esta jornada fue, sin duda, un reconfortante refrigerio espiritual y fraterno, que renovó, como nos lo pide nuestro Cardenal Arzobispo, José Francisco Robles, la identidad, la consagración y la misión sacerdotal; asunto especialmente vital ahora que nos preparamos para caminar juntos en el proyecto de “Impulsar la Nueva Evangelización” en el Sexto Plan Pastoral, que tendrá especial importancia en la Asamblea Pastoral del 24 al 26 de junio.
Así, abrevados en el cariño a la Virgen protectora, en la sustancia Eucarística y en el amor fraterno, cada uno de los participantes en este acontecimiento fuimos tomando nuestro camino de retorno a nuestras cotidianas tareas apostólicas.
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